Cazar al moro
LOS SUCESOS del mi¨¦rcoles en Terrassa (Barcelona), donde m¨¢s de un millar de vecinos se echaron a la calle para pedir la expulsi¨®n de los inmigrantes magreb¨ªes instalados en un barrio de la ciudad, desmienten emp¨ªricamente, una vez m¨¢s, esa consoladora ficci¨®n de que el racismo no va con nosotros. En determinadas circunstancias, este pa¨ªs se revela tan racista como el que m¨¢s. As¨ª lo confirman las tensiones que est¨¢ creando el realojo de unos cientos de inmigrantes rumanos en Madrid.Una pelea entre dos j¨®venes, uno de ellos magreb¨ª, durante la verbena de las fiestas de un barrio de Terrassa, est¨¢ en el origen de la ola de agresiones desatada contra los inmigrantes. Lo que en otro caso no hubiera pasado de ser un peque?o incidente ha desencadenado una serie de protestas callejeras, incluidas agresiones y destrozos en viviendas y comercios de inmigrantes al grito de "?moros, no!".
La chispa prendi¨® en la mecha de una tensi¨®n racial contenida. No hay que minimizar, porque ser¨ªa ocultar la realidad, las dificultades que pueden plantear a la convivencia diaria entre vecinos formas de vida y culturas distintas, sobre todo en un entorno urbano degradado, en el que la presencia policial es nula o escasa, y muy abundante la de j¨®venes en paro. Pero los problemas de convivencia vecinal no pueden derivar en un estallido de xenofobia. Y menos dar ocasi¨®n a que racistas ideol¨®gicos echen m¨¢s le?a al fuego del odio al extranjero como los que se pusieron al frente de la manifestaci¨®n de Terrassa enarbolando banderas espa?olas y en actitud agresiva.
Tan importante como "denunciar estos hechos de intolerancia", como ha hecho el consejero de la Presidencia del Gobierno catal¨¢n, Xavier Trias, es averiguar por qu¨¦ han sucedido. Que el Ayuntamiento de Terrassa se haya apresurado, tras el estallido del mi¨¦rcoles, a anunciar la creaci¨®n de una sociedad de promoci¨®n del barrio para mejorar sus infraestructuras y la calidad de vida de sus residentes pone al descubierto el abandono anterior. Pero convendr¨ªa ahondar en las causas por las que un barrio de antiguos inmigrantes, en su mayor¨ªa llegados a Catalu?a en los a?os sesenta, ha evolucionado hasta el punto de generar actitudes de rechazo p¨²blico hacia los nuevos inmigrantes. Todos somos jud¨ªos respecto a alguien.
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