"A los partidos nacionales se les ha secuestrado su voluntad desde Madrid"
Ha convertido la presidencia de Melilla en una cuesti¨®n de honor. Mustafa Aberchan, de 39 a?os, tiene herido el suyo por quienes no ven oportuno un alcalde musulm¨¢n en la ciudad. Su partido, Coalici¨®n por Melilla (CM), fue el segundo en votos el 13-J, tras el Grupo Independiente Liberal (GIL). "Hemos buscado f¨®rmulas de gobernabilidad [en las negociaciones] y se nos ha excluido por criterios contrarios a la Constituci¨®n. Nos hemos cargado el precepto b¨¢sico de la igualdad", se lamenta. De ah¨ª, su huida hacia adelante, hacia un entendimiento con el GIL, pese a que los proyectos de uno y de otro est¨¢n muy distantes. Es consciente de que la falta de mayor¨ªa puede hacer que los acuerdos "no lleguen a nada", pero asegura que no le importa la estabilidad, que puede ser "una farsa", y que "lo realmente valioso es mantener los principios". "Ten¨ªamos la oportunidad de gobernar con una mayor¨ªa estable de 15 diputados [contando con los tres del PIM, de Enrique Palacios, su predecesor en el cargo], pero hemos dicho que eran m¨¢s importantes los instrumentos de nobleza, de no estar presionados o chantajeados por quienes apelan en falso al inter¨¦s general".
Ser el primer regidor bereber de Melilla es una circunstancia, seg¨²n Aberchan, "excepcional, hist¨®rica, pero no m¨¢s". "Hay que pisar terreno firme y tener cuidado con los an¨¢lisis", advierte, porque "s¨®lo plantear si es el momento o no, si la ciudad est¨¢ preparada o no, va contra el Estado de derecho". "Muchos hemos luchado para que todos seamos iguales", a?ade. Reconoce, eso s¨ª, que tal hecho hist¨®rico se ha visto empa?ado por que su investidura se produjera con los siete votos del GIL: "Evidentemente. Y decimos con suma claridad que el GIL representa un proyecto que no se identifica con nosotros". Pero a continuaci¨®n se justifica: "El GIL ha levantado muchas sospechas por su forma de gestionar otras ciudades, pero ha tenido el apoyo de una parte importante del pueblo melillense y hay que respetarlo. Hay que poner medios para que el poder judicial funcione de la forma m¨¢s eficaz y r¨¢pida para que no ocurra lo que ocurre, para que no se precinten las urnas y no se haga una redada de la militancia. Hay que respetar la libertad de pensamiento".
Aberchan, que milit¨® en las Juventudes Socialistas antes de estudiar medicina en Granada, se autodefine como progresista y ofrece como prueba la gesti¨®n de CM en las consejer¨ªas de Medio Ambiente y Bienestar Social en los ¨²ltimos 15 meses. "?Qu¨¦ partido se puede oponer o criticar que hayamos puesto 3.000 luces en los barrios o hayamos inyectado 12 millones de litros de agua al d¨ªa en viviendas donde a partir de las tres de la tarde no la hab¨ªa?", inquiere. "Hemos demostrado que somos progresistas al bajar las tarifas del agua y no permitir la privatizaci¨®n del servicio", insiste. ?Qu¨¦ le une, entonces, al GIL? "Algo muy sencillo", responde; "representa a una parte del pueblo melillense, igual que nosotros, y desde la presidencia se debe representar a todos los ciudadanos, a todos".
Aberchan est¨¢ empe?ado en demostrar que no exist¨ªa ning¨²n pacto con el GIL para que apoyase su investidura. Y est¨¢ convencido de haberlo demostrado al incluir a cinco independientes en el equipo de gobierno, lo que, en su criterio, garantiza "un gran autocontrol".
"Todos los ciudadanos desean la pol¨ªtica social que hace el GIL: vivienda, asfaltado, limpieza...", afirma. Pero sabe que "se cuestionan sus formas de proceder", por lo que intenta despejar dudas: "Habr¨¢ que ver si eso, en el ma?ana, es un obst¨¢culo o un motivo de discrepancia. Si se produce, seguiremos con los mismos principios que hemos defendido y nuestra personalidad propia".
Admite Aberchan que, al votarle, el GIL pudo intentar utilizarle porque era su ¨²nica posibilidad de tocar poder: "Yo he dicho que su voto ha sido muy inteligente. Soy una persona modesta que cumple sus compromisos y, aunque no exist¨ªan previamente, est¨¢ claro que, al votar mi investidura, se produc¨ªa un compromiso moral que yo iba a mantener".
Aberchan est¨¢ especialmente dolido con los dos partidos nacionales, el PP y el PSOE, que "no han tenido en cuenta los intereses de los melillenses". As¨ª, explica que "precisamente por las sospechas que levanta el GIL, que no son buenas para la gobernabilidad ni para generar un clima de confianza", pens¨® que la mejor soluci¨®n era "la coparticipaci¨®n y corresponsabilidad". Por eso ofreci¨® una f¨®rmula para controlarse todos "e impedir que el GIL pudiera hacer nada sin el consentimiento de los dem¨¢s". Pero "a esos dos partidos se les ha secuestrado su voluntad desde Madrid": "Lo que me han pedido es que eche al GIL. Y yo les he dicho que no se trata de la presidencia, sino de mantener la coherencia o la moralidad pol¨ªtica con que fui investido".
"No defiendo el sill¨®n, sino los principios que deben tenerse en democracia", asevera. Por eso, dice, no le preocupa la posibilidad de una moci¨®n de censura, un "instrumento legal y leg¨ªtimo" que ahora considera "absurdo, sin argumentos, porque no existe gesti¨®n".
En la complicada situaci¨®n creada. Aberchan confiesa que estuvo tentado de dimitir: "Pens¨¦ si val¨ªa la pena ese disfraz de los pol¨ªticos. Nos creemos que somos muy buenos y luego caemos en miserables defensas de cuestiones que no tienen nada que ver ya no con ser dem¨®crata, sino con la condici¨®n de ser humano sin m¨¢s".
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