Los vecinos de Ca n"Anglada se?alan a un grupo de j¨®venes magreb¨ªes como origen de la tensi¨®n
Los habitantes de la zona piden la expulsi¨®n de los inmigrantes m¨¢s conflictivos
Los vecinos de Ca n"Anglada, en Terrassa, quieren que expulsen de su barrio a una cuarentena de magreb¨ªes a los que responsabilizan de haber creado el clima que dio pie a los incidentes con la comunidad musulmana. La mayor¨ªa de los 11.658 vecinos se sienten molestos con las acusaciones de racismo que se les hacen. Aunque las agresiones de los cabezas rapadas, los apedreamientos de comercios y algunas airadas declaraciones en medios de comunicaci¨®n, no dejen duda de que ¨¦ste es el peor episodio xen¨®fobo en Catalu?a, donde viven 50.000 magreb¨ªes, de los que 1.500 habitan en Ca n"Anglada.
"Yo tengo un libro de familia como el tuyo y tengo derechos", afirma un magreb¨ª. "?Como el m¨ªo, no! T¨² eres un ciudadano de segunda mano", le replica un vecino. "?No se dice de segunda mano!, yo tambi¨¦n tengo derechos aqu¨ª", advierte el magreb¨ª. Ese tipo de discusiones, m¨¢s que los recientes "disturbios" [como se les llama aqu¨ª] son los que determinan las actitudes racistas. Muchos vecinos sienten verg¨¹enza ante lo sucedido. "Todo lo que pasa aqu¨ª se ve en Espa?a entera, en el mundo. Es penoso", afirma un militante de Esquerra Unida i Alternativa, (EUiA) bajo un retrato de Sim¨®n S¨¢nchez Montero, en la sede del partido en el barrio.En Ca n"Anglada los vecinos critican que los establecimientos comerciales de musulmanes no paguen impuestos. El p¨¢rroco, Jes¨²s Navarro, va m¨¢s lejos: "Aqu¨ª se oyen comentarios vergonzosos cuando ven a un magreb¨ª con un coche".
Los magreb¨ªes se defienden y quieren dialogar. Addislam Tanyaqui, secretario de la Asociaci¨®n Cultural Musulmana de Terrassa, cree que "se han magnificado los incidentes que han producido unos pocos incontrolados que han minado la convivencia", explica en catal¨¢n. "Yo llevo 32 a?os aqu¨ª", afirma, "y conozco a nuestra gente, son sencillos, est¨¢n asustados. Nunca pens¨¦ que esto pod¨ªa llegar. Es incre¨ªble". Tanyaqui deplora la violencia: "Tenemos que sentarnos a hablar con los vecinos y vigilar entre todos la convivencia. Si es necesario, esos incontrolados deben ir fuera".
Islamizaci¨®n
Aisha Bouleili es una joven marroqu¨ª que lleva nueve a?os en Catalu?a y desde hace uno trabaja en el barrio de Ca n"Anglada, en la secci¨®n de Ayuda Mutua a los Emigrantes, una entidad que gestionan el Ayuntamiento de la ciudad y UGT. "Les orientamos sobre c¨®mo buscar trabajo, les acompa?amos al m¨¦dico y les damos informaci¨®n porque no entienden bien el idioma". "Son trabajadores pac¨ªficos y algunos llevan varios a?os en Terrassa y tienen hijos nacidos aqu¨ª. En los ¨²ltimos d¨ªas hay familias que no salen a la calle para evitar problemas. La gran mayor¨ªa son trabajadores que est¨¢n ocupados en la construcci¨®n y las mujeres trabajan en el servicio dom¨¦stico". Hacen lo que nadie quiere hacer.En el barrio, "la reciente llegada de los que est¨¢n en situaci¨®n ilegal ha supuesto una islamizaci¨®n. Mujeres que ya vest¨ªan a la occidental han vuelto al shador, las babuchas y la chilaba", explica J. S., educador.
Paco S¨¢nchez, alias Paco el Churrero, militante socialista, resume lo sucedido: "En plena fiesta mayor, despu¨¦s de los fuegos, por una chorrada, los j¨®venes se enfrentaron a unos chavales y espont¨¢neamente salieron a la calle los vecinos y se produjeron episodios lamentables. Nos sorprendi¨® a todos. La gente de aqu¨ª es solidaria, combativa, que luchaban en esta misma plaza. Algo falla. Pero esto hay que pararlo porque no puede ser lo que ocurri¨® ayer, que un ni?o marroqu¨ª de 9 o 10 a?os entre en este establecimiento con miedo. Todos nosotros formamos parte de la misma clase social, marroqu¨ªes o espa?oles".
La plaza en la que afirman que antes los grupitos de magren¨ªes molestaba a ni?os y chicas, est¨¢ hoy repleta de j¨®venes con el pelo al uno y abundan los pantalones de ch¨¢ndal con la bandera espa?ola y las camisetas verdes del Ej¨¦rcito espa?ol. En el barrio, los r¨®tulos comerciales en ¨¢rabe han desparecido y las pintadas "Moros, no" o "Skinheads Catalunya" aumentan. Carlos Romero, militante de EUiA, entiende as¨ª lo sucedido: "Desde hace unos seis meses, ves a j¨®venes magreb¨ªes tumbados en la plaza, dando signos de mal comportamiento. Son 40 o 50 t¨ªos que se han ido envalentonando, en la calle, en la piscina, escupiendo a las mujeres, a las que en general menosprecian. Eso ha creado un caldo de cultivo".
"Cuando un chico recibi¨® un corte en la oreja de un marroqu¨ª, la furia se apoder¨® de todos y se desbordaron las actitudes peligrosas. Persecuciones, apedreamientos, golpes e incluso un ¨¢rabe herido grave a pu?aladas. Actos en los que se ha detectado a cabezas rapadas, muchos de fuera del barrio. Esos grupos son j¨®venes que salen a "cazar moros". No les considero vecinos".
Adelaida Principal, una se?ora mayor, con tres nietos, asegura haber vivido aterrorizada el apedreamiento de una carnicer¨ªa musulmana que se encuentra en los bajos de su domicilio mientras gritaban "Moros putos". La vecina se abraz¨® a sus nietos aterrorizada ante semejante barbarie.
"No se puede concentrar en un solo barrio a 1.500 o m¨¢s magreb¨ªes y no trabajar en su integraci¨®n", explica Joan Coscubiela, secretario general de CC OO de Catalu?a. "Para Pujol esto no es un problema y no hemos conseguido nunca que se interese por la pol¨ªtica de inmigraci¨®n. Tiene datos de que es m¨¢s f¨¢cil que hablen el catal¨¢n que muchos castellanohablantes y con eso le basta".
Pisos aluminosos
La iglesia de Sant Crist¨°for, por su actitud comprometida durante el franquismo, tiene mucho peso. El p¨¢rroco sustituto, Jes¨²s Navarro, explica: "Todo este odio es irracional e incomprensible. Aqu¨ª est¨¢n las casas m¨¢s baratas de Terrassa. Est¨¢ lleno de agencias inmobiliarias, a una incluso la llaman "la inmobiliaria de los moros" porque les facilita pisos aluminosos". El cura entiende que "es un buen sitio, discreto para un marroqu¨ª sin papeles. Su comunidad lleva mucho aqu¨ª, hay carnicer¨ªas isl¨¢micas y dos mezquitas. Esta gente vive indignamente. Diez, doce personas por piso". Seg¨²n Navarro, este conflicto estaba latente y tiene dif¨ªcil superaci¨®n. "Ya nos trajeron gitanos de Barcelona cuando los Juegos Ol¨ªmpicos, y ahora se ha concentrado una gran cantidad de magreb¨ªes en un barrio del que la gente huye".En la plaza mayor, una de las pocas de Catalu?a que tiene una pe?a del Real Madrid, la iglesia compite con las mezquitas y tambi¨¦n tiene chamuscado el portal¨®n de madera. "Los vecinos quieren que se vayan porque para esta gente, los "moros" molestan, porque se pasan el d¨ªa en la calle trapicheando".
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