Orden en Kosovo
LA COMUNIDAD internacional, los miembros de la OTAN en particular, pero tambi¨¦n Rusia y otros pa¨ªses de la regi¨®n, tienen un compromiso muy serio con la pacificaci¨®n de Kosovo y la creaci¨®n en los Balcanes de una zona de cooperaci¨®n y estabilidad cuyos beneficios a medio plazo logren apagar los odios generados por la guerra y las matanzas. Pero, una vez concluida la campa?a militar y reconocida la capitulaci¨®n de Milosevic, la comunidad internacional parece haber vuelto a su habitual pol¨ªtica de falta de acci¨®n, e incluso inter¨¦s, por la regi¨®n. Muchas decisiones se posponen y muchas promesas hechas durante la intervenci¨®n no parecen importar hoy tanto. Desde las ayudas directas a los dos pa¨ªses de la regi¨®n m¨¢s afectados, Macedonia y Albania, hasta los proyectos de estabilizaci¨®n regional. En estos momentos, la m¨¢xima prioridad es la implantaci¨®n del orden p¨²blico en Kosovo. Las tropas internacionales no pueden ni deben asumir una labor policial que ponga coto a la venganza, castigue represalias y persiga a las bandas que intentan imponerse en una situaci¨®n de vac¨ªo legal y brutalidad. Por eso es alarmante la lentitud con que llegan fondos, medios y personal para establecer la fuerza policial que frene los desmanes e impida que Kosovo se convierta en un santuario de bandas y mafias cuyos m¨¦todos de terror en poco se diferenciar¨ªan de los de las fuerzas especiales de Milosevic.
La intervenci¨®n se ha hecho para poner fin al r¨¦gimen de una mafia y no para que otras bandas criminales se aprovechen ahora de ese exceso de calma y falta de decisi¨®n que parece volver a imponerse en las capitales occidentales. El ciclo de la venganza y de la impunidad en el ataque contra personas y bienes ha de romperse de inmediato. Es lo que la ONU reclama con fuerza al denunciar la persecuci¨®n sistem¨¢tica de la poblaci¨®n serbia en Kosovo por parte de grupos radicales albanokosovares.
El proceso de desmilitarizaci¨®n del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (ELK), para el que se dio un plazo de noventa d¨ªas, est¨¢ funcionando mejor de lo que se pod¨ªa esperar. La llegada de Ibrahim Rugova a Kosovo, la buena disposici¨®n mostrada hasta ahora por el l¨ªder del ELK, Hashim Thaci, y el creciente papel de pol¨ªticos de vocaci¨®n democr¨¢tica, como Vetton Surroi, son aspectos prometedores del proceso. Pero no puede haber pol¨ªtica democr¨¢tica sin orden p¨²blico. Urge, pues, la creaci¨®n de un cuerpo policial kosovar que refleje la relaci¨®n ¨¦tnica de la provincia y se gane, con tiempo y paciencia, la confianza de la poblaci¨®n.
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