El pelot¨®n se distrae con asuntos menores
El ruso Konishev resuelve la escapada del d¨ªa, y Armstrong llegar¨¢ tranquilo a los Pirineos
La escapada de la jornada tard¨® en cerrarse porque el pelot¨®n anda metido en asuntos menores. Se entiende por ello cuidar la general por equipos. O, tambi¨¦n, ver a Zabel disputando cualquier sprint con tal de sumar puntos. Todos estos menesteres favorecen al l¨ªder, que observa c¨®mo le quitan trabajo de encima. Sea lo que fuere, seis ciclistas formaron la escapada de rigor; uno de ellos era franc¨¦s, el bueno de Jacky Durand, pen¨²ltimo de la general ayer mismo. Pero no gan¨®, tendencia que parece que preocupa y mucho a la prensa local. Lo hizo el ruso Dimitri Konishev, que suma su cuarta victoria en un Tour. Ten¨ªa su l¨®gica: era el m¨¢s r¨¢pido.Konishev, de 33 a?os, se hab¨ªa escapado con Durand en el kil¨®metro nueve, bien temprano como es h¨¢bito estos d¨ªas, porque el pelot¨®n quiere tranquilidad y buenos alimentos. Pero lo curioso es que ambos no encontraron acompa?antes hasta casi 50 kil¨®metros despu¨¦s: no era l¨®gico pretender una fuga de casi 190 kil¨®metros sin alguna colaboraci¨®n extra.
No es que los dem¨¢s estuvieran perezosos, sino que el pelot¨®n tard¨® en decidirse, porque se ha instalado una lucha sorda por asuntos de importancia relativa.
Debe de ser el caso de la general por equipos: si se escapa un Banesto, el Kelme se molesta; si lo hacen un Banesto y un Kelme, es el ONCE el que no lo ve bien. Si los tres, los Festina reaccionan, que tambi¨¦n quieren parte en el asunto. Y viceversa.
Salvo ?lvaro Pino, que reconoce que est¨¢ cuidando la general por equipos, sus colegas niegan todo inter¨¦s por esta clasificaci¨®n. ?La general por equipos, yo? No, gracias. Pero la cuesti¨®n es que, hasta que no hubo ni Banestos, ni Kelmes, ni Onces entre los escapados, no se dio via libre. Debi¨® de ser pura coincidencia.
As¨ª que fueron finalmente cuatro los que se marcharon para hacerles compa?¨ªa a Konishev y Durand, que esperaban y esperaban y casi estuvieron a punto de dejarlo por imposible: en un momento dado, el pelot¨®n se les acerc¨® hasta los 12 segundos de diferencia. Los cuatro acompa?antes, un Telekom (Wesseman), un Mapei (Faresin), un Festina (Belli) y un Cofidis (Lelli), recibieron la autorizaci¨®n para formar el grupo de rigor. A partir de ah¨ª, pista libre.
La diferencia rond¨® los 18 minutos, momento en el que se apreci¨® una incre¨ªble alianza Banesto-Kelme al frente del pelot¨®n. ?D¨®nde estaba el problema?. Muy f¨¢cil: entre los escapados hab¨ªa un Festina, equipo rival para la general por equipos; y regalarle 18 minutos era demasiado. Armstrong debi¨® de disfrutar con el espect¨¢culo. Finalmente, en el sprint del pelot¨®n, 13 minutos despu¨¦s de llegar los escapados, Zabel saltaba disparado como si hubiera visto la sombra de Cipollini. ?Qu¨¦ le pasaba a Zabel que corr¨ªa tanto?, ?trataba de dar espect¨¢culo a la concurrencia? Pues no: luchaba por ser ?s¨¦ptimo! y sumar los puntos correspondientes que le consolidan en el liderato de la clasificaci¨®n del maillot verde. As¨ª est¨¢n las cosas por el pelot¨®n en este aburrido tr¨¢nsito de cuatro etapas entre los Alpes y los Pirineos: los corredores disput¨¢ndose la calderilla a la vista de Lance Armstrong y los franceses esperando hacer la glosa alg¨²n d¨ªa a uno de los suyos.
El candidato de ayer era Durand, hombre con experiencia en estas lides, dado que ha ganado tres etapas en el Tour. Pero Durand, a quien acompa?aban un ruso, un alem¨¢n y nada menos que tres italianos, dio muestras de cansancio en los ¨²ltimos kil¨®metros y lleg¨® sin fuelle para intentar la sorpresa. Durand ya lo hab¨ªa intentado un par de veces durante la primera semana, y ah¨ª debi¨® de dejar buena parte de sus fuerzas. Como quiera que el Tour anda en asuntos menores, habr¨¢ que esperar c¨®mo se interpreta, desde el lado local, el fracaso de Durand.
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