Las tendencias demogr¨¢ficas actuales y las pensiones futuras
Los espa?oles tenemos un dicho muy sarc¨¢stico y desvergonzado que demuestra a la perfecci¨®n la teor¨ªa del free rider, es decir, la del aprovechado o, literalmente, la del poliz¨®n o "viajero que viaja sin pagar billete". "En esta vida", se dice, "hay que intentar vivir de los padres hasta que se pueda vivir de los hijos".Esta alusi¨®n viene a cuento cuando se debaten los graves problemas del nivel de deuda actual y de la probable insuficiencia de las pensiones futuras en nuestro pa¨ªs y, en general, en toda Europa, y sus graves consecuencias sobre las generaciones posteriores. ?Son las generaciones en Espa?a altruistas y se preocupan de las que vienen detr¨¢s? ?Se comportan como free riders y se aprovechan de las anteriores y/o de las futuras?, ?son solamente neutrales? No es nada f¨¢cil contestar a estas preguntas, pero s¨ª es conveniente plante¨¢rselas.
Uno de los fundamentos de la solidaridad y el altruismo intergeneracional espa?ol y europeo es el actual sistema de reparto en las pensiones. Los padres pagan la educaci¨®n de los hijos y ¨¦stos pagan la jubilaci¨®n de los padres. Sin embargo, dicho sistema puede llegar a tener graves problemas de financiaci¨®n a largo plazo, dadas las tendencias demogr¨¢ficas y laborales actuales.
En la actualidad nos encontramos con dos problemas demogr¨¢ficos muy importantes que est¨¢n relacionados. Por un lado, la tasa de fecundidad de las mujeres espa?olas es la segunda m¨¢s baja de la UE, despu¨¦s de la de Italia, alcanzando solamente 1,2 hijos por mujer, y lleva descendiendo desde 1977, a?o en que superaba 2,1 hijos, que es la tasa de reposici¨®n normal.
La principal raz¨®n de la ca¨ªda de la tasa de fecundidad es que la edad media de maternidad de las mujeres, que en los a?os setenta era de 25 a?os, ha pasado ahora a ser de 30 a?os. Esta tendencia se debe, a su vez, a que la tasa de nupcialidad no s¨®lo es mucho menor que antes, sino que se ha retrasado considerablemente.
Por otro lado, la tasa de mortalidad ha seguido descendiendo y la esperanza de vida ha ido subiendo, siendo en la actualidad de 82 a?os para la mujer y de 74 a?os para el var¨®n.
Las consecuencias econ¨®micas de ambas tendencias son preocupantes. Por un lado, la ca¨ªda de la tasa de fecundidad reduce las posibilidades de crecimiento econ¨®mico futuro de Espa?a a menos que se compense con una mayor entrada de inmigrantes de otros pa¨ªses. Por otro lado, la mayor esperanza de vida, unida a la menor fecundidad, aumenta la tasa de dependencia de la poblaci¨®n pasiva en relaci¨®n con la activa, lo que hace cada vez m¨¢s dif¨ªcil la viabilidad financiera futura del sistema de pensiones espa?ol, que est¨¢ basado en el reparto intergeneracional.
Es verdad que la reciente ca¨ªda de la fecundidad permitir¨¢ reducir el nivel de desempleo espa?ol a un mayor ritmo del previsto, ya que aumentar¨¢ a menor ritmo la poblaci¨®n en edad de trabajar, con lo que, dado un crecimiento estable del empleo, el nivel de paro tender¨¢ a caer m¨¢s r¨¢pidamente.
Ahora bien, esto no empezar¨¢ a ocurrir hasta el a?o 2005, ya que la poblaci¨®n en edad de trabajar, es decir, la de 16 a 64 a?os, es a¨²n creciente hasta dicho a?o, puesto que a¨²n siguen entrando a formar parte de la misma los nacidos entre 1982 y 1990, que eran a¨²n muchos. Sin embargo, a partir de dicho a?o empieza a caer vertiginosamente hasta el a?o 2020, mientras que la poblaci¨®n mayor de 65 a?os se dispara a partir del 2004. La poblaci¨®n susceptible de estar empleada cae, en dicho periodo de quince a?os, en m¨¢s de 1,2 millones de personas, mientras que la poblaci¨®n jubilada pensionista aumenta otro mill¨®n. Es decir, que para entonces el sistema de reparto de pensiones ser¨¢ mucho m¨¢s dif¨ªcil de financiar, ya que el n¨²mero de contribuyentes netos caer¨¢ aceleradamente y el de receptores netos aumentar¨¢ a un ritmo parecido, aumentando la brecha entre unos y otros en m¨¢s de dos millones. En este momento existen 1,9 afiliados por cada pensionista, y en el 2020 pasar¨ªan a menos de 1,5 cotizantes por perceptor. De seguir dicha tendencia, en el 2040 la situaci¨®n ser¨ªa inversa y el sistema ser¨ªa inviable.
La situaci¨®n se complica a¨²n m¨¢s con la pr¨¢ctica, cada vez m¨¢s extendida en las empresas, de aumentar la jubilaci¨®n voluntaria anticipada hasta los 55 a?os e incluso menos. Si esta tendencia continuase y se ampliase a todo el grupo comprendido entre 55 y 65 a?os, el problema ser¨ªa todav¨ªa mucho m¨¢s grave, ya que aumentar¨ªan a¨²n en mayor medida el n¨²mero de pasivos y se reducir¨ªa igualmente el de los empleados que est¨¢n cotizando, ya que las jubilaciones anticipadas no est¨¢n creando nuevos empleos entre los j¨®venes, con lo que la brecha no s¨®lo aumentar¨ªa, sino que, adem¨¢s, se adelantar¨ªa en el tiempo. De todas maneras, a partir del a?o 2006 las jubilaciones anticipadas no podr¨¢n acogerse al sistema de la Seguridad Social por no existir ya ning¨²n mutualista previo a 1967, que es la condici¨®n que deben cumplir.
El problema demogr¨¢fico tiene por tanto dos implicaciones. Una afecta a la solidaridad intergeneracional y la otra a la crisis fiscal potencial.
El problema de la crisis fiscal se puede producir por dos v¨ªas. Por la imposibilidad de que los contribuyentes netos puedan sostener a los receptores netos de las prestaciones de jubilaci¨®n, incapacidad y otras, lo que podr¨ªa suponer a largo plazo la insolvencia del sistema, y, por otro, por la ca¨ªda del ahorro, ya que el n¨²mero de personas con mayor propensi¨®n al ahorro, que son los empleados, se reduce fuertemente. A trav¨¦s de ambas v¨ªas se puede llegar a conseguir una explosi¨®n de la deuda p¨²blica.
El problema de la solidaridad intergeneracional es tambi¨¦n importante, porque, de seguir con el sistema actual de reparto, nuestros hijos heredar¨ªan una doble carga financiera, por la suma de dicha deuda p¨²blica y de las pensiones, dif¨ªcilmente financiable. De acuerdo con el gr¨¢fico, hasta el 2020 el n¨²mero de personas de 0 a 15 a?os descender¨ªa en medio mill¨®n, al tiempo que aumenta en casi un mill¨®n y medio el de los mayores de 65 a?os, lo que har¨ªa a¨²n m¨¢s dif¨ªcil su situaci¨®n futura. Esto plantea a su vez dos cuestiones fundamentales. La primera corresponde a qu¨¦ se puede hacer para mejorar la situaci¨®n, y la segunda, cu¨¢ndo hay que hacerlo.
?Qu¨¦ hacer? Una medida posible es, naturalmente, volver a una edad de jubilaci¨®n obligatoria a los 70 a?os para retrasar al menos cinco a?os el problema.
Esta medida puede no ser suficiente, ya que las empresas pueden continuar ofreciendo la prejubilaci¨®n voluntaria. La manera m¨¢s directa de desincentivar la prejubilaci¨®n voluntaria es reducir a¨²n m¨¢s los impuestos sobre la renta, ya que existe una estrecha correlaci¨®n entre el nivel de tipos impositivos y la edad media de prejubilaci¨®n.
Otra medida posible es fomentar la inmigraci¨®n para que se aumente la poblaci¨®n susceptible de ser contribuyente neta, pero para ello hay que tener puestos de trabajo que ofrecer en todos los niveles de retribuci¨®n. Sin embargo, la medida m¨¢s importante y complementaria de las anteriores ser¨ªa, sin duda, ir preparando una transici¨®n parcial y no traum¨¢tica hacia un sistema de capitalizaci¨®n. El problema financiero a largo plazo es de tal envergadura que s¨®lo con el sistema actual de incentivar fiscalmente los fondos de pensiones privados para complementar los p¨²blicos no ser¨ªa suficiente, ya que a largo plazo, a partir del 2011, probablemente habr¨ªa que empezar a reducir todas las pensiones p¨²blicas, ya de por s¨ª muy reducidas (la pensi¨®n media actual es de 75.000 pesetas) y los m¨¢s afectados ser¨ªan los que no tienen medios para complementar privadamente sus pensiones p¨²blicas. Una soluci¨®n intermedia ser¨ªa mantener el sistema actual de reparto para unas pensiones m¨ªnimas y, sobre ¨¦l, ir edificando un sistema b¨¢sico de capitalizaci¨®n para los dem¨¢s.
Es decir, el sistema futuro de pensiones podr¨ªa tener un sistema p¨²blico de reparto para mantener pensiones m¨ªnimas, otro p¨²blico de capitalizaci¨®n para las pensiones por encima de las m¨ªnimas y otro privado de capitalizaci¨®n complementaria.
?Cu¨¢ndo empezar a hacerlo? El momento ideal es entre el a?o 1999 y el a?o 2005, periodo en el que a¨²n est¨¢ aumentando la poblaci¨®n entre 16 y 64 a?os y en el que la de m¨¢s de 65 aumenta s¨®lo moderadamente. ?sa es la que ahora se llamar¨ªa la "ventana de oportunidad" para intentar hacer una transici¨®n m¨¢s suave de un sistema a otro; despu¨¦s ser¨¢ cada vez m¨¢s dif¨ªcil y costosa. En definitiva, si se cumplen las perspectivas demogr¨¢ficas, habr¨¢ que tomar medidas muy importantes de mejora del sistema actual y de desarrollo de otro complementario, y el momento ¨®ptimo para tomarlas es lo antes posible durante los pr¨®ximos seis a?os.
Finalmente, uno de los problemas fundamentales es c¨®mo financiar la transici¨®n. Los pa¨ªses que lo han logrado part¨ªan de niveles de deuda muy bajos y tuvieron margen para aumentarlos, mientras que en nuestro pa¨ªs superan ya el 65% del PIB y no existe margen para subirlos, dadas las obligaciones de Maastricht, que nos obligan a bajarlos al 60%.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.