Banderas
Seguramente yo tendr¨ªa que escribir sobre la candidatura de Te¨®fila Mart¨ªnez a la Presidencia de la Junta, sin ning¨²n riesgo por cierto, porque la candidata piensa nadar y guardar la ropa, es decir: seguir siendo alcaldesa de C¨¢diz, aunque la l¨®gica indique, como ha dicho el presidente Manuel Chaves, que el gesto conveniente es el de la dimisi¨®n. Pero la se?ora Mart¨ªnez, ya se sabe, es conservadora. Hay variados asuntos pol¨ªticos de los que escribir, y, sin embargo, yo quiero escribir de Antonio Banderas, que ha vuelto a Marbella, haciendo lo que todos los emigrantes del mundo: aprovechar las vacaciones para volver a su pueblo y abrazar a los suyos. Ya s¨¦ que Banderas es un emigrante de lujo y que a ¨¦l no le pasar¨¢ nunca lo que a los pobres magreb¨ªes de Tarrasa, pero al fin, emigrante es quien se arma de valor y se planta en un pa¨ªs que no es el suyo para tratar de ser alguien, en ese lugar donde todos los nativos, por esa ley inhumana y racista de las fronteras, piensan que ya no caben m¨¢s y lo que hay debe ser para los de casa. Antonio Banderas se fue nada menos que a Hollywood donde hab¨ªa cientos como ¨¦l, so?ando la gloria. De todos los que pudieron ser y no fueron no sabremos nunca: enterrar¨¢n sus sue?os poco a poco en unas cuantas pel¨ªculas miserables, a pesar de haber nacido norteamericanos. De Antonio Banderas sabemos nosotros y saben ellos. Yo no s¨¦ si Banderas, a quien no conozco, es buena persona; no s¨¦ si en el Hollywood en el que ¨¦l ha triunfado habr¨ªa, cuando ¨¦l tuvo la primera oportunidad, muchos mejores que ¨¦l y sencillamente a ¨¦l le se?al¨® la suerte. No me importa. Me parece maravilloso que un chico que quiso ser actor primero, y estrella de Hollywood despu¨¦s, lo haya conseguido. Al ver a Antonio Banderas paseando por la playa de la mano de su estrella de Hollywood, estrella ¨¦l igualmente, no siento que el mundo sea hermoso y la vida bella y los pajaritos canten y las nubes se levanten, pero constato que si a veces algunos consiguen hacer realidad sus sue?os, es necesario seguir reclamando justicia para que nadie se sienta abandonado de la suerte. Y me alegro por ¨¦l, que la sigue teniendo de su parte. Y por su madre, que es un encanto y lo disfruta con naturalidad y simpat¨ªa.
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