El camarote de los Hermanos Marx
El pacto firmado en Baleares entre cinco partidos o coaliciones para arrebatar al PP -la lista mas votada en el archipi¨¦lago- el Gobierno auton¨®mico, los consejos insulares y la presidencia de la Asamblea ha sido denunciado por los populares como un teratol¨®gico acuerdo contra natura nacido de la concupiscencia pol¨ªtica socialista; seg¨²n Aznar, la estrategia de alianzas municipales y auton¨®micas maquinada por el PSOE despu¨¦s del 13-J es tan monstruosa que le inhabilita -nada menos- para gobernar Espa?a. Es verdad que los gabinetes de coalici¨®n o los pactos de legislatura entre formaciones heterog¨¦neas suelen tener mala prensa y plantean con frecuencia problemas de estabilidad y coherencia. Sin embargo, el actual presidente del Gobierno ense?¨® en el pasado c¨®mo salir airoso de esos inc¨®modos trances; si los pactos con los nacionalistas catalanes y vascos en mayo de 1996 para asegurar su investidura parlamentaria le exigi¨® un viraje de 180 grados en sus pronunciamientos sobre la estructura del Estado y la definici¨®n de Espa?a como naci¨®n, los acuerdos de Aznar y Anguita contra el PSOE durante la anterior legislatura achicaron considerablemente los espacios -para emplear s¨ªmiles futbol¨ªsticos- de confrontaci¨®n ideol¨®gica.Los socialistas han unido sus fuerzas con Uni¨® Mallorquina (UM), el Partit Socialista de Mallorca y Menorca (PSM), Izquierda Unida-Els Verts y el Pacto Progresista de Ibiza y Formentera (una minicoalici¨®n de fuerzas pol¨ªticas de izquierda y nacionalistas) para controlar las instituciones de autogobierno del archipi¨¦lago. Los tres consejos insulares (equiparables a las diputaciones provinciales) sirvieron en el pasado para ensayar esa alianza mediante diferentes combinaciones interpartidistas; ahora ese entendimiento se ha convertido en global y se ha extendido al Gobierno y al Parlamento auton¨®micos.
Para mantenerse en el poder durante toda la legislatura, este pentapartido no s¨®lo deber¨¢ evitar o resolver los desacuerdos nacidos eventualmente de la triple divisoria (derecha e izquierda, nacionalistas y no nacionalistas, intereses locales de cada isla) inscrita potencialmente en su programa de gobierno: tambi¨¦n tendr¨¢ que arregl¨¢rselas para impedir la huida de tr¨¢nsfugas parlamentarios dispuestos a cambiar de bando. Los populares se ver¨¢n obligados a purgar los pecados cometidos a lo largo de 16 a?os de poder salpicados por esc¨¢ndalos de corrupci¨®n (sirvan de ejemplo el caso Calvi¨¢ y el caso S¨®ller), desafueros urban¨ªsticos y gestos arrogantes.
Por lo dem¨¢s, la estrategia de alianzas ensayada tras el 13-J por el PP -primero en Baleares y luego en Arag¨®n- para completar su insuficiente mayor¨ªa ha constituido un monumento a la desverg¨¹enza y a la incompetencia: en sus negociaciones con los nacionalistas del archipi¨¦lago (UM y PSM, dos formaciones emparentadas con CiU, negocian su unificaci¨®n) y con el Par (Partido Aragon¨¦s), los populares o no han llegado o se han pasado. Si la variedad de las fuerzas que participar¨¢n en las instituciones del autogobierno balear podr¨ªa evocar el hacinado camarote del transatl¨¢ntico en que los Hermanos Marx viajaban de polizones a Nueva York, la comparaci¨®n con Una noche en la ¨®pera resulta a¨²n mas pertinente aplicada a las ofertas -con cargo a los presupuestos generales del Estado- dirigidas por el PP a las comunidades de Baleares y Arag¨®n a cambio de los votos -nacionalistas o regionalistas- necesarios para alcanzar la presidencia del Gobierno auton¨®mico. Las demag¨®gicas promesas de dinero p¨²blico hechas por los populares a UM y al Par no pueden sino traer a la memoria los reiterados encargos gritados por Groucho Marx al esforzado camarero que intentaba recoger a trav¨¦s de la puerta del camarote los pedidos para el almuerzo: ?Y dos huevos duros! Pero el asunto no se presta a demasiadas bromas: la desviada patrimonializaci¨®n por el PP de recursos p¨²blicos para financiar ileg¨ªtimamente sus ambiciones partidistas de poder implica desconocer que la asignaci¨®n de esos fondos presupuestarios corresponde exclusivamente a un Parlamento donde los populares no tienen mayor¨ªa absoluta y que ser¨¢ renovado dentro de pocos meses.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.