Saldar una deuda hist¨®rica
Las derrotas veleras marcan la singladura marina del buque escuela de la Armada espa?ola Juan Sebasti¨¢n de Elcano. La propulsi¨®n generada por sus 20 trapos de lino desplegados al viento ha querido que el nav¨ªo m¨¢s majestuoso de la Marina llegase ayer al puerto de Getaria, pueblo natal del ilustre marino que da nombre a la nave, el primero en circunnavegar el mundo, en 1522. El Juan Sebasti¨¢n de Elcano, construido en 1927 por los astilleros Echevarrieta y Larr¨ªnaga de C¨¢diz, ha navegado desde entonces cerca de un mill¨®n y medio de millas, pero nunca hasta ayer hab¨ªa fondeado en Getaria, bien por que las derrotas veleras marcaron otra singladura, bien por que las invitaciones que recibe de muchos pa¨ªses y los intereses de la pol¨ªtica exterior espa?ola aconsejaron otra ruta. La presencia solemne del velero a unos 300 metros de la costa cant¨¢brica s¨®lo tiene un precedente, cuando en 1973 entr¨® en el Puerto de Pasajes. Ayer, vigilado por la estatua de bronce de Elcano, el barco detuvo en Getaria su viaje de tr¨¢nsito -las maniobras militares ya acabaron- para rendir honores al navegante vasco. 71 a?os despu¨¦s de su primer crucero de instrucci¨®n, en 1928, el Elcano y su tripulaci¨®n -277 personas, entre oficiales, suboficiales, cabos y guardiamarinas- saldaron una deuda hist¨®rica con Getaria. Por este bergant¨ªn-goleta de cuatro palos con los nombres de antiguos buques escuela (Blanca, Asturias, Almansa y Nautilus) pasar¨¢n entre ayer y hoy unas 2.500 personas que han solicitado visitarla. Los marinos aseguran que este barco es "blanco y silencioso, limpio, lento, luminoso y joven"; es un velero que "marca al marinero para siempre", afirma el suboficial G¨®mez. Es "la universidad para el contramaestre", a?ade, "la mejor escuela para formar el car¨¢cter del marinero, para convivir con el medio marino, para forjar el esp¨ªritu de la profesi¨®n naval". Dec¨ªa Calder¨®n de la Barca que "aqu¨ª la principal haza?a es obedecer", y as¨ª consta en una placa de alpaca que cuelga en la entrada a los camarotes de los 47 guardiamarinas que componen la dotaci¨®n de la Escuela Naval Militar, a quienes se les recuerdan los valores del "buen trato, la verdad, la firmeza, la lealtad, el valor y la bizarr¨ªa". Este barco de ¨¦poca est¨¢ niquelado por doquier, reluce por exceso cuando llega a puerto y se respira el ajetreo constante de los guardiamarinas maniobrando con los aparejos. Ha llegado a escorarse 45 grados por el azote de un temporal de 90 nudos de viento en Baltimore, ha completado nueve veces la vuelta al mundo en ambos sentidos y navega a vela las m¨¢s de las veces, aunque posee un motor de 2.000 caballos de potencia. El Juan Sebasti¨¢n de Elcano no es un buque de combate al uso, m¨¢s bien es una joya flotante que pasea su primorosa silueta por los mares mientras los j¨®venes cadetes sue?an con llegar alg¨²n d¨ªa a ser oficiales de la Armada espa?ola.
En la c¨¢mara del comandante
"?Elcano, el se?or comandante a bordo!", suena por la megafon¨ªa para conocimiento de toda la tripulaci¨®n y de las decenas de visitantes que observan perplejos la espl¨¦ndida construcci¨®n del Juan Sebasti¨¢n de Elcano. El comandante Constantino Lobo Franco, regio ante los saludos de sus oficiales, abandona la cubierta y se recluye en una zona reservada. Se dirige a la c¨¢mara del comandante. Un retrato del navegante vasco que da nombre al buque, pintado por Ignacio Zuloaga, y dos vidrieras con los escudos de Guip¨²zcoa y de Getaria presiden este privilegiado aposento, un lujoso sal¨®n situado en la popa de la nave donde son recibidos los jefes de Estado y distinguidas autoridades civiles y militares. Las peredes de este opulento rinc¨®n est¨¢n revestidas de madera de caoba y decoradas con innumerables recuerdos y regalos -los hay donados por los chilenos Salvador Allende y Augusto Pinochet-. En su c¨¢mara, el comandante Lobo Franco ense?a con orgullo un ajedrez ¨²nico, obsequio del ex presidente de Per¨² Fernando Belaunde Terry, con piezas esculpidas a mano que simbolizan a los conquistadores y a los incas. "Este buque es embajador y navegante. Es el barco m¨¢s querido en todo el mundo, y el m¨¢s emblem¨¢tico de la Armada espa?ola", afirma con orgullo este marino, quien suplica por fotografiarse junto a la figura de Elcano. Con la misma satisfacci¨®n reconoce la "emoci¨®n" que representa para "todos los miembros de esta tripulaci¨®n arribar a la cuna del marino que da nombre al buque escuela. Por fin, despu¨¦s de muchos a?os de visitar este pueblo por tierra, veo cumplido el sue?o de entrar a Getaria por mar", asegura el comandante, mientras cierra el libro de honor que se guarda en su recinto. En el extremo contrario, surcando la mar, un barroco mascar¨®n del siglo XIX con la imagen de la diosa Minerva embellece la estampa marina del Elcano.
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