Ibarra descart¨® seguir al frente del PSOE extreme?o pese a la opini¨®n de los guerristas

Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra sorprendi¨® incluso a sus m¨¢s afines cuando, en la reuni¨®n del comit¨¦ federal del s¨¢bado, anunci¨® que no se presentar¨ªa a la reelecci¨®n como secretario general del PSOE extreme?o en el congreso del oto?o del 2000. La noche anterior, un grupo de guerristas intent¨® convencerle de que no mezclara la elecci¨®n del candidato a La Moncloa con asuntos internos, pero el presidente extreme?o quiso rebatir a quienes acusan a los cr¨ªticos de querer constituirse en corriente s¨®lo para asegurarse puestos en el partido.

Con su decisi¨®n, Rodr¨ªguez Ibarra parece dejar la puerta abierta a liderar una corriente dentro del PSOE, pero sin comprometer a su federaci¨®n.A la inmensa mayor¨ªa de los miembros del comit¨¦ federal reunido el s¨¢bado para votar la candidatura de Joaqu¨ªn Almunia les faltaban los datos fundamentales para entender una parte del discurso del presidente de la Junta de Extremadura. S¨®lo quienes hab¨ªan cenado la v¨ªspera con ¨¦l en Madrid y hab¨ªan acudido el lunes pasado a M¨¦rida, para asistir a su toma de posesi¨®n como presidente, supieron interpretar sus palabras, que mucho tienen que ver con la posibilidad de crear en un futuro una corriente de opini¨®n dentro del PSOE. "Le pedimos que no hiciera menci¨®n a su posible dimisi¨®n en este comit¨¦ federal pero no nos hizo caso". Esta manifestaci¨®n de algunos dirigentes guerristas a la salida del comit¨¦ federal contribu¨ªa a¨²n m¨¢s a la confusi¨®n.

El presidente extreme?o hab¨ªa recordado que en el anterior comit¨¦ federal hab¨ªa pedido a Almunia que hiciera todo lo posible para que su candidatura fuera fruto del consenso, y que se tomara en consideraci¨®n la opini¨®n de algunos personajes del partido hoy alejados de la direcci¨®n. "En aqu¨¦l comit¨¦ federal dije que algunos compa?eros, si sent¨ªan que no eran ¨²tiles para nada, no tendr¨ªan m¨¢s camino que irse a casa o formar una corriente", rememor¨® Ibarra. "Sobre la corriente yo no puedo arrastrar a mi federaci¨®n porque eso ser¨ªa desleal y deshonesto, por lo que a m¨ª no me queda m¨¢s remedio que irme y lo har¨¦ en el pr¨®ximo congreso regional de Extremadura porque no se dan las condiciones en el partido para convivir en paz". Estas palabras dejaron perplejos a los miembros del comit¨¦ federal.

La traducci¨®n de las personas que en la noche anterior y en otras ocasiones recientes le han escuchado es un tanto compleja: Rodr¨ªguez Ibarra, cuando llegue el momento de su congreso regional, por el oto?o del 2000, tendr¨¢ que decir a los militantes extreme?os que ¨¦l no se siente en sinton¨ªa con la ejecutiva federal y es posible que en ese momento haya podido madurar la decisi¨®n de participar o incluso liderar la creaci¨®n de una corriente de opini¨®n. En esas circunstancias, es posible que la militancia extreme?a no desee tener un l¨ªder que est¨¦ enfrentado a la direcci¨®n federal y, adem¨¢s, que vaya a emprender la tarea de crear una plataforma organizada.

Estos interlocutores a?aden que si algo irrita al pol¨ªtico extreme?o es escuchar que los guerristas s¨®lo buscan tener cargos y que sus cr¨ªticas nacen del resentimiento por haber sido derrotados en el anterior congreso del partido.

Los dirigentes guerristas consultados consideran, no obstante, que el cr¨¦dito de Rodr¨ªguez Ibarra entre sus militantes est¨¢ muy consolidado, por lo que no creen que le dejen marcharse a pesar de que les explicara que est¨¢ peleado con la direcci¨®n.