Irse / quedarse
ALEJANDRO LUQUEIrse qued¨¢ndose. As¨ª encabez¨® Fernando Qui?ones un art¨ªculo de despedida a su gran amigo Juan Farina, aquel flamenco que andaba cojo y bailaba sano, de cuya muerte se cumplen ahora dos a?os. Su propia despedida de la vida la firm¨® el de Chiclana en el Diario de C¨¢diz. Llevaba por t¨ªtulo Saber irse y encerraba una lecci¨®n similar: marcharse con la cabeza alta, con entereza y si se puede, con la montera en la mano. Ya lo dec¨ªa Manolo V¨¢zquez Montalb¨¢n en El pianista: se pierde m¨¢s tiempo intentando ganar que aprendiendo a perder con dignidad. Y la vida es un deporte de riesgo que casi siempre tiene desenlace fatal. El padre del inmortal Carvalho pas¨® por los encuentros que organiza cada verano la Fundaci¨®n Alberti, en El Puerto, y sugiri¨® la urgente conveniencia de imponer el catal¨¢n como lengua oficial en Catalu?a. Montalb¨¢n aparte, en los cursos y simposios estivales cada vez pesan m¨¢s los nombres sonoros y las vacas sagradas que los verdaderos contenidos a estudiar. Tal vez por eso, este a?o los de la Fundaci¨®n Alberti, coordinados por Gonzalo Santonja, han experimentado un lamentable decrecimiento de p¨²blico. S¨®lo el mexicano Arturo Azuela, que vener¨® con justicia a Emilio Prados en su centenario, y Antonio Hern¨¢ndez, que todos los veranos se escapa a C¨¢diz a descansar con un balc¨®n al mar como condici¨®n sine qua non, destacaban en el cartel junto al charnego V¨¢zquez Montalb¨¢n. El Noni Hern¨¢ndez, como le llaman sus amigos m¨¢s veteranos -es p¨²blico que sus enemigos se aplican en llamarle de todo, menos bonito- fue el primero en dolerse por la p¨¦rdida de Claudio Rodr¨ªguez, quien apadrin¨® a su hijo Miguel y con quien comparti¨® en muchas ocasiones el don de la ebriedad y las claras del d¨ªa. "Te has ido. No te vayas. T¨² me has dado la mano", escribi¨® hermosamente el zamorano hace m¨¢s de 25 a?os. Y eso mismo hubo de recitar Antonio Ca?a y su gente de Ma¨ªta Vende C¨¢ ante la desaparici¨®n coincidente y silenciosa de su mentor, el Joaqui. Claudio Rodr¨ªguez lega un trono, su sill¨®n de la Academia, y una obra en verso sin desperdicio ni fisura. El Joaqui, chispeante personaje isle?o, catedr¨¢tico em¨¦rito de la vida, demostr¨® por ¨²ltimo que es posible irse de este mundo convertido en canci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.