?Viva Gershwin!
La plaza de la Trinidad volvi¨® a llenarse en la cuarta jornada del 34? Donostiako Jazzaldia. Niels-Henning Orsted-Pedersen, Herbie Hancock, Sole Gim¨¦nez y, sobre todo, George Gershwin fueron los responsables no s¨®lo de que en la Trini no quedara ni un asiento libre en la jornada del domingo por la noche sino de que la velada comenzara exitosa y acabara incendiaria.Una noche de alto voltaje que pod¨ªa haberse llamado Noche Gershwin. Las relecturas de los cl¨¢sicos m¨¢s cl¨¢sicos de George Gershwin perpetradas por Herbie Hancock fueron una de las mejores celebraciones imaginables del centenario de este genio neoyorquino.
Y, como entrem¨¦s, NHOP (dej¨¦moslo en las siglas, como se le conoce en todo el mundo) hab¨ªa ofrecido una interpretaci¨®n de Our love is here to stay rozando la maravilla. As¨ª pues: Gershwin a tope y por todo lo alto.
El tr¨ªo de NHOP fue una incorporaci¨®n de ¨²ltima hora al fallar el anunciado Kenny Barron. Si a priori alguien tuvo reticencias ante la sustituci¨®n seguro que cambi¨® radicalmente de opini¨®n tras concluir el segundo tema, un Old folks que subi¨® hasta las nubes.
El dan¨¦s exterioriz¨® en San Sebasti¨¢n una m¨²sica tan bella que, por momentos, parec¨ªa surgida de alg¨²n sue?o. NHOP ha conseguido materializar la aut¨¦ntica dimensi¨®n solista del contrabajo con un tratamiento mel¨®dico que desmiente la proverbial pesadez del instrumento y una sonoridad redonda, expansiva y tremendamente hermosa.
Si a?adimos un exquisito buen gusto, una contenci¨®n siempre reconfortante y una capacidad r¨ªtmica repleta de duende no es dif¨ªcil imaginar que NHOP pueda convertir cualquier melod¨ªa en una peque?a joya. Todo su concierto fue como un collar de piedras preciosas coronado con unas penetrantes Feuilles mortes.
Antes y despu¨¦s
En la segunda parte del concierto, una vez recuperado el aliento, Herbie Hancock se encarg¨® de bajar a los asistentes de las nubes y clavarlos a sus asientos con una visi¨®n de Gershwin de las que marcan un antes y un despu¨¦s. El mejor Hancock de la d¨¦cada volvi¨® a demostrar que la palabra repetirse no est¨¢ en su vocabulario. Esta vez ha rizado el rizo al darles la vuelta a melod¨ªas mil veces o¨ªdas mostrando todos sus entresijos y exteriorizando sus enormes potenciales r¨ªtmicos. Sorprendentes arreglos y mejores interpretaciones para un resultado de los que pueden devolverle a cualquiera su fe perdida en el jazz actual.Menci¨®n aparte merece la participaci¨®n de Sole Gim¨¦nez. En esta gira, Hancock suele pedir una cantante local para recrear los dos temas que en su ¨²ltimo disco canta nada m¨¢s y nada menos que Joni Mitchell. La cantante de Presuntos Implicados fue la escogida, una elecci¨®n no desprovista de morbo ya que convocar a una cantante de jazz hubiera sido lo m¨¢s sencillo. Al final el morbo se torn¨® desilusi¨®n. Gim¨¦nez salv¨® su papeleta con cierta dignidad, tiene una buena voz, pero el jazz no es lo suyo. Lo dej¨® claro con los altibajos de un pobre The man I love y acall¨® las dudas con una inaceptable entrada en Summertime. Una ocasi¨®n fallida que, por su corta duraci¨®n y su talante anecd¨®tico, no empa?¨® la apabullante actuaci¨®n de Hancock.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.