El supermercado de los m¨¢s pobres
Los dos millones de kilos de comida que reparte cada a?o la Fundaci¨®n Banco de Alimentos a trav¨¦s de 170 instituciones ben¨¦ficas, calman el hambre de 15.000 personas en la Comunidad Valenciana. Una poblaci¨®n equivalente a la de una cabecera de comarca como Ll¨ªria y que, si se concentrara en un punto geogr¨¢fico, conformar¨ªa la ciudad valenciana con la renta m¨¢s miserable. Donde una caja de cart¨®n bajo un puente es un dormitorio y una fuente hace las veces de ducha. Entre estos 15.000 comensales figuran los cerca de 300 indigentes que, seg¨²n las estimaciones de la fundaci¨®n, dormitan en invierno en el Jard¨ªn del Turia de Valencia y por el d¨ªa venden pa?uelos en los sem¨¢foros o mendigan en la puerta de las iglesias. Algunos son ancianos que fueron echados de casa por sus hijos, como un hombre de Cuenca. En verano s¨®lo quedan unos 70 porque los que pueden se han ido a la vendimia o a recoger manzanas a Lleida. El 30% de las familias que alimentan son inmigrantes o refugiados, como un matrimonio bosnio con tres hijos que vende el peri¨®dico La Farola y cada semana acude a la sede del banco en La Pobla de Vallbona para llenar su despensa. Pero entre esta multitud de ciudadanos que no pueden pagar la cuenta del supermercado tambi¨¦n se incluyen, seg¨²n el presidente del Banco de Alimentos en Valencia, Jaume Serra, 82 familias de "pobres vergonzantes", que residen en calles de L"Eixample burgu¨¦s de Valencia como Cirilo Amor¨®s, y "estaban acostumbradas al abrigo de vis¨®n y al ch¨®fer en la puerta". Hasta que la empresa quebr¨® o sufrieron alguna otra calamidad y se vieron abocados a la pobreza. Ahora subsisten sin perder su dignidad gracias a los alimentos que la fundaci¨®n les entrega a trav¨¦s de un convento de frailes del barrio. La actividad de los 13 objetores de conciencia y los siete voluntarios que trabajan en el almac¨¦n de La Pobla de Vallbona comienza a las seis de la ma?ana. Con una furgoneta se desplazan hasta Mercavalencia para recoger los excedentes de frutas y verduras que les regalan y luego recorren diversas empresas alimenticias que les entregan productos que no se venden o con defectos en los envases, pero que siguen siendo consumibles. Los m¨¢s generosos cooperan con productos en perfecto estado que les sobran. A cambio, la fundaci¨®n les entrega una factura para que puedan desgravar el coste de esos productos ante Hacienda. Luego, reparten los productos por las instituciones ben¨¦ficas y a las familias necesitadas que acuden a su almac¨¦n. A veces tienen que abrir bien entrada la noche, porque hay gente aguardando ante su puerta. "No podr¨ªa cenar sabiendo que hay gente que se acuesta sin cenar por mi culpa", confiesa Serra, un empresario de la construcci¨®n de 48 a?os que fund¨® la sede valenciana del Banco de Alimentos en 1995 a imagen de las que ya exist¨ªan en Espa?a y de la pionera, creada en Estados Unidos en 1967. Este fil¨¢ntropo destaca la generosidad de una empresa que les regala 50.000 yogures diarios y otra que cada semestre les env¨ªa un cami¨®n desde Ciudad Real cargado de pasta italiana. "Son empresas extranjeras, porque las valencianas nos ayudan muy poco ", protesta. A pesar del gran volumen de comida que reparten, calcula que apenas llega para cubrir una d¨¦cima parte de las necesidades. El arroz y la leche son los productos que m¨¢s les faltan. Est¨¢n acostumbrados a que las empresas de arroz les den con la puerta en las narices: "Algunas nos dicen que s¨®lo regalan arroz para los concursos falleros de paellas". Pero su mayor decepci¨®n se la han llevado con la Generalitat. Serra cree que les "ignora" porque "si les apoyara tendr¨ªa que reconocer la existencia de una gran bolsa de pobreza que pasa hambre en la Comunidad, y ¨¦sa es una realidad que intentan ocultar a toda costa".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.