El cat¨¢logo m¨¢gico
A prop¨®sito de la destrucci¨®n de La Pagoda, hay dos disparates que han destacado sobre todos los dem¨¢s: el primero, la demolici¨®n ser¨ªa legal por no estar el edificio entre los catalogados. El segundo, la demolici¨®n era adecuada porque el edificio no estaba siendo utilizado.La cobertura legal para incluir un edificio en un cat¨¢logo urban¨ªstico es algo m¨¢s que discutible y discutido por la doctrina cient¨ªfica. El cat¨¢logo es un documento complementario del plan, pero no un instrumento urban¨ªstico. Adem¨¢s, las leyes del Suelo de 1976 y de 1992 hablaban de cat¨¢logos para conservar y mejorar monumentos, jardines, parques naturales o paisajes, a salvo de la protecci¨®n espec¨ªfica para los bienes de inter¨¦s cultural. No todos los edificios de la lista son monumentos, m¨¢s a¨²n si son de autores vivos. Por ¨²ltimo, el Tribunal Supremo es muy receloso con los cat¨¢logos urban¨ªsticos y no admite que las limitaciones al derecho de propiedad puedan depender de la discrecionalidad de unos t¨¦cnicos municipales.
El cat¨¢logo urban¨ªstico, de origen administrativo, otorga especial protecci¨®n material y fiscal, protecci¨®n a?adida a ciertas edificaciones hist¨®ricas o contempor¨¢neas, protecci¨®n especial que deriva de un inter¨¦s colectivo acentuado y que limita el derecho de propiedad, en especial su uso y modificaci¨®n. El cat¨¢logo en modo alguno deroga la general protecci¨®n b¨¢sica material y legal -constitucional- que tienen los propietarios de casas y los autores de obras de arquitectura. Porque la obra de Fisac, como los cines reconvertidos de la Gran V¨ªa y como tantas otras obras no incluidas en el cat¨¢logo, no es una mera acumulaci¨®n m¨¢s o menos organizada de ladrillos, hormig¨®n y acero, sino una obra singular pensada para un espacio concreto. Es una obra con originalidad protegida por nuestras leyes de propiedad intelectual y por los tratados internacionales. ?Que no est¨¢ en el cat¨¢logo municipal? ?Que a un probo funcionario no le ha gustado? Son datos irrelevantes para su respeto y protecci¨®n conforme a la ley, que permite al autor impedir la destrucci¨®n de su obra ¨²nica e incluso los ejemplares de una obra seriada.
Lo ¨²ltimo har¨ªa felices a muchos madrile?os en busca de piso: si la desocupaci¨®n temporal de La Pagoda, obra legal, da derecho a demolerla, pod¨ªa el Ayuntamiento ir destruyendo las doscientas mil viviendas desocupadas en Madrid por una funci¨®n social encomiable: el derecho a una vivienda digna. Quiz¨¢ el Ayuntamiento consiga abaratar la vivienda; nunca se aplic¨® la vieja ley que autorizaba el alquiler forzoso de las viviendas desocupadas.
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