Marcha atr¨¢s
EUSKAL HERRITARROK ha seguido el viejo lema de "un paso adelante y dos atr¨¢s". Apenas 48 horas despu¨¦s de firmar en las Juntas Generales de ?lava un manifiesto institucional de rechazo a la violencia, EH se ha retractado de la condena y asegura que la firma del rechazo a la violencia "fue un error". La explicaci¨®n, seg¨²n la formaci¨®n pol¨ªtica radical abertzale, es que el texto que condena la violencia ofrece una lectura "reduccionista" de la situaci¨®n pol¨ªtica en Euskadi. No debe ser casualidad que casi al mismo tiempo que EH renegaba de tal documento un grupo de encapuchados atacara con botellas incendiarias los juzgados de Barakaldo y la sede del PP en esa localidad vizca¨ªna.Algunos interpretan esta marcha atr¨¢s de EH como el resultado de tensiones internas, tal vez no ajenas a la anterior Mesa de HB, recientemente excarcelada. Pero ser¨ªa aventurado atribuir esta secuencia de avance-retroceso a diferencias entre los dos equipos dirigentes. Probablemente tiene que ver mucho m¨¢s con el temor a perder la iniciativa y a que las exigencias del Pacto de Lizarra en t¨¦rminos de autodeterminaci¨®n de los vascos queden deste?idas. Una vez aprobado por unanimidad el documento en las Juntas alavesas, nada impide que la iniciativa pueda repetirse en otras instituciones, y en la peculiar interpretaci¨®n pol¨ªtica del nacionalismo radical, esto es tanto como endosar los beneficios del proceso de paz en la cuenta pol¨ªtica de los espa?olistas.
La marcha atr¨¢s de EH descoloca a sus socios nacionalistas, PNV y EA. Sobre todo despu¨¦s de proclamar que el acuerdo de legislatura firmado con EH inclu¨ªa el rechazo expl¨ªcito de la violencia como m¨¦todo pol¨ªtico. Garaikoetxea ha manifestado que si EH no condena de forma "absolutamente clara" los actos de violencia callejera se pone en grave riesgo el acuerdo tripartito, en tanto que el PNV se muestra m¨¢s cauteloso.
Si EH pretende incorporarse a un proceso democr¨¢tico, no puede contemporizar con la violencia. La reciente campa?a electoral del 13-J ha sido la demostraci¨®n m¨¢s palmaria de que la kale borroka cesa en cuanto deja de interesar t¨¢cticamente a HB. El rebrote de acciones violentas en los ¨²ltimos d¨ªas resulta as¨ª inseparable de los ¨²ltimos pronunciamientos; es su responsabilidad restaurar la tranquilidad ciudadana en el Pa¨ªs Vasco. Mientras esto no suceda, no ser¨¢ cre¨ªble el compromiso de Otegi y su equipo con el proceso de paz.
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