Un espacio de libertad
ERNEST LLUCHDon Fernando, Don Fernando,/ socialista de guante blanco;/ Juli¨¢n Besteiro es elegante,/ pero no tanto fueron unos versitos que le dedic¨® Garc¨ªa Lorca al fundador de la Universidad Internacional de Santander en su estancia en el Palacio de la Magdalena. Efectivamente, Fernando de los R¨ªos, siendo ministro de Instrucci¨®n P¨²blica, fue quien puso en pie esta "prolongaci¨®n universitaria". Posiblemente conoci¨® el Seminario de Salzburgo de caracter¨ªsticas inspiradoras. El nuevo tipo de universidad permit¨ªa (y permite) sortear el escalaf¨®n de catedr¨¢ticos, organizarlo de otra manera o atraer profesores ind¨ªgenas o for¨¢neos, universitarios o no. Santander fue sede adecuada con actividad cultural anterior y con un palacio real en era republicana. La nueva f¨®rmula en poco tiempo fue un ¨¦xito gracias al secretario general, Pedro Salinas, y tambi¨¦n a sus rectores Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal y Blas Cabrera. Un ¨¦xito que dej¨® un recuerdo imperecedero que acab¨® imponi¨¦ndose al cierre de una iniciativa de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza. Se afirma que se empez¨® a abrir para que algunos alemanes nazis aprendieran castellano. Una vez reabierta, ya se empezaron a montar cursos con el "nuevo estilo", pero con el tiempo fue uno de los ¨¢mbitos en los que se crearon "espacios de libertad" seg¨²n el t¨¦rmino de Santiago Carrillo. Espacios plenamente abiertos con la democracia. El ejemplo de la Men¨¦ndez cundi¨® hasta tal punto que en un verano como el actual en Andaluc¨ªa debe haber cursos universitarios de verano en una docena de ciudades, y en Catalu?a, en cifra cercana. Muchas razones abonan esta expansi¨®n. De entrada el que se sobrepase, y en bastante, el mill¨®n de universitarios y que existan largas vacaciones. En los ¨²ltimos a?os, la necesidad de tener "cr¨¦ditos", es decir, de horas de clase fuera de tu centro, es un acicate, as¨ª como los mayores de 30 a?os que desean aprender nuevas cosas o repasar olvidadas. Quiero subrayar lo ¨²til que es la difusi¨®n de temas culturales y cient¨ªficos en los medios de comunicaci¨®n aprovechando el estiaje de noticias. ?Es un fen¨®meno exclusivamente espa?ol? ?sta es la impresi¨®n existente y err¨®nea. Ya hemos aludido al caso de Salzburgo, pero existen muchos otros, antes y ahora. As¨ª, las escuelas de verano de los partidos pol¨ªticos ingleses hicieron una labor muy cercana a la que estamos describiendo. No en vano, Keynes las utiliz¨® para presentar algunas de sus mayores innovaciones en la del Partido Liberal. Actualmente, universidades como Harvard, Amsterdam o Cambridge tienen universidades de verano. Existen aquellas que se concentran en una sola disciplina. Pienso en la de derecho internacional en el centro de Europa, con una participaci¨®n originaria de Jim¨¦nez Asua, o una de f¨ªsica en el sur de Italia y otra en Inglaterra, u otra de econom¨ªa en Trieste. En Espa?a es cierto que han tenido notorio arraigo, aunque siempre de car¨¢cter generalista. Un caso singular es la universidad de verano de Prada, en la Catalu?a del Norte, imprescindible cuando la lengua y la cultura catalanas estaban vetadas. Sin embargo, el que existan tantas universidades de verano es bueno, pero la conveniencia de que existieran algunas especializadas habr¨ªa que tenerla en cuenta. El n¨²mero de existentes parece muy alto, pero ya se ir¨¢ clarificando. Sus d¨¦ficit econ¨®micos o su escasa matr¨ªcula ayudar¨¢n a ello. S¨ª creo que no fuera bueno que existieran universidades de verano con tres tipos de predominio. El primer predominio negativo ser¨ªa el de los profesores, que ya es posible escuchar en el curso normal; el segundo ser¨ªa el que los estudiantes no se desplazaran de sus lugares de origen, y el tercero el que no hubiera una gran apertura de profesores, estudiantes y temas muy alejados. A favor de evitar estos predominios es que, con frecuencia, atrae m¨¢s lo que no es la pesca en A Coru?a y lo que no es la naranja en Valencia. Especialmente ¨²til es atraer a investigadores espa?oles que est¨¢n fuera, y que posiblemente es ¨²til que contin¨²en fuera, pero que estos "veranos de universidades" los pueden conectar con su pa¨ªs. Pellicer, Messeguer o Perucho son buenos ejemplos de lo que quiero decir. Perdonen una expansi¨®n final: "Como la Magdalena no hay otra". (Sustit¨²yanla por su nostalgia personal).
Ernest Lluch fue rector de la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo de 1989 a 1995
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