La popularidad de la secta Falun Gong aumenta tras su prohibici¨®n por el Gobierno de Pek¨ªn
La campa?a que ha desatado el Gobierno chino contra la secta Falun Gong -que cuenta con unos cien millones de adeptos, seg¨²n la propia organizaci¨®n- la ha convertido en la m¨¢s conocida del pa¨ªs, con una popularidad s¨®lo comparable a la del Partido Comunista chino. Si antes la mayor¨ªa de la poblaci¨®n no se mostraba excesivamente preocupada por la existencia de esta secta, la caza de brujas desatada por el Gobierno del presidente Jiang Zemin -que ha encarcelado a 30.000 adeptos en las ¨²ltimas dos semanas, ha destruido libros y reprime a los que practican ejercicios espirituales en la calle- ha picado la curiosidad de los chinos, que quieren saber m¨¢s de la secta, considerada por Pek¨ªn como una "organizaci¨®n sat¨¢nica". "Han acabado con Falun Gong por el momento", seg¨²n un sin¨®logo occidental, "pero nadie sabe qu¨¦ va a pasar dentro de cuatro a?os". La televisi¨®n china emite constantemente anuncios en los que se ve a personas llorando ante la c¨¢mara y arrepinti¨¦ndose por haber pertenecido a la secta, y aconseja a la poblaci¨®n que practiquen "bailes de sal¨®n" y la danza de los abanicos, porque "no hay que hacer cosas raras para vivir 100 a?os", en alusi¨®n a la secta. "Yo ten¨ªa un amigo que beb¨ªa baiyu -aguardiente- todo el d¨ªa. S¨®lo encontr¨® un apoyo para rehacer su vida practicando Falun Gong", asegura Chu Liying, un taxista que habla con miedo a represalias. "Falun Gong no es un peligro para nadie", afirma Chu. Sobre el l¨ªder de la secta, Li Hongzhi, un guru de 47 a?os que vive en EEUU, pesa una orden de detenci¨®n internacional dictada por Pek¨ªn, aunque Washington rechaz¨® extraditarlo la semana pasada. Li critica el ate¨ªsmo marxista del r¨¦gimen chino, pide la libertad de culto y aconseja la pr¨¢ctica del qiqong -meditaci¨®n combinada con la respiraci¨®n- para curar enfermedades y "conseguir la realizaci¨®n espiritual".
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