Momento cero
-Ser¨¢ maravilloso / viajar hasta Mallorca. Repaso al tunt¨²n de la prensa mallorquina. Tunt¨²n: a) una plaga de ara?as rojas invade los ¨¢rboles de la Pla?a Constituci¨®, Palma; b)un se?or que dice: "El perro me mord¨ªa los brazos, ped¨ª ayuda, pero nadie se acerc¨®"; c) Pollen?a en fiestas vuelve a celebrar su simulacro de batalla entre Moros i Cristians -volvieron a ganar los cristianos; por KO-; d) Ana Garc¨ªa Obreg¨®n sigue por aqu¨ª de vacaciones con su ni?o -el menor m¨¢s exhibido del planeta, si exceptuamos a uno que tiene dos cabezas y que est¨¢ dentro de un pote en Coney Island-; e) la se?ora Oliver comunica a sus distinguidos clientes que para el mes de agosto tiene preciosas novedades, max. disc. 20.000; y f) Melilla: lo de Malika parece una de Miliki.-Las sensibilidades. El punto g) y, como su nombre indica, el m¨¢s excitante, son noticias sobre el nuevo Govern balear. De hecho, se trata de una novedad al sur de los Pirineos. A saber: no s¨®lo es el primer Gobierno de izquierdas en el archipi¨¦lago desde el big-bang, sino que integra a varios partidos, algo ex¨®tico en las culturas ib¨¦ricas, que tanto les tira la unanimidad, y que tantos reparos tienen hacia el pacto -el pacto es como el gol en el f¨²tbol: la esencia-. La izquierda es una amplia gama de sensibilidades -existe incluso, glups, la izquierda sin sensibilidad-. As¨ª, a oj¨ªmetro, en la coalici¨®n de gobierno coexiste la izquierda que se sube el sueldo, la que va en bicicleta, la que no se depila, la socialdemocracia dura y la blanda, y la izquierda que practica el programa-programa-programa hasta con su pareja de hecho. Para archivar al PP han tenido o querido pactar con Uni¨® Mallorquina, partido con alguna conexi¨®n epistemol¨®gica con la derecha qu¨¦-hay-de-lo-m¨ªo, tan nuestra. El pacto ha sido dif¨ªcil. El d¨ªa en que se consum¨® en el Parlament, la oposici¨®n luc¨ªa morena y deprimida, mientras que el poder estaba blanco y alegre, tras un mes de estar encerrado estir¨¢ndose de los pelos y acarici¨¢ndoselos alternativamente hasta dibujar el pacto. En la calle se respira cierto optimismo y pitote ambiental. Hay cierto sentimiento de momento cero. El otro d¨ªa iba caminando junto a un nuevo director general. Sus amigos le saludaban riendo y dici¨¦ndole ?qu¨¦ hay de lo m¨ªo?, una frase que ahora era un chiste, pero tambi¨¦n una meditaci¨®n sobre el poder en el viejo Sur.
-El poder por la ma?ana. Bueno. No hay tantos momentos cero en la Pen¨ªnsula y colaterales. Ni han durado mucho en el tiempo. Llamo al Govern. Ring-ring. Para conseguir una cita con Francesc Antich, el nuevo presi. La cosa es hablar del sentimiento del momento cero desde el otro lado. Por cierto, una revista peninsular ha presentado como un esc¨¢ndalo que Antich, en una recepci¨®n, se despidiera de la reina con una palmada en la espalda. Plaf. Consigo la cita autom¨¢ticamente. Algo que hist¨®ricamente y normalmente ya no pasa en el momento 1. Y menos en el momento 3,1416. El encuentro es en un caf¨¦. La ilusi¨®n: "Hombre, hay cierta ilusi¨®n colectiva. No s¨®lo es el primer Gobierno de izquierdas tras 16 a?os de PP, sino que los del PP aqu¨ª han gobernado siempre"; "la derecha aqu¨ª se ha comportado como si esto fuera su posesi¨®n". ?La derecha y la izquierda ib¨¦ricas comparten cierta tendencia a confundir los cargos con propiedades personales? "Nosotros contamos con dos ventajas: podemos aprender de los errores del pasado, y somos un Gobierno plural, lo que es una vacuna para que te creas que alguna instituci¨®n es tuya". El momento cero: "Tengo mucho respeto a la instituci¨®n, pero me sorprendi¨® que el primer d¨ªa todos los empleados se levantaran a mi paso. Con eso te dabas cuenta del poder que manejaban los anteriores". "El primer d¨ªa sientes cierto susto, sensaci¨®n de que esto es un gran barco". "?Una met¨¢fora del momento cero? Entr¨¦ en mi despacho y no encontr¨¦ ni un solo papel. En ning¨²n sitio. No ha habido intercambio de poder. Momento cero total". ?Dentro de un a?o se ve recibiendo a un periodista -que, por cierto, hoy no se ha afeitado- en un caf¨¦? "Mi primer reto es bajar a tomar caf¨¦ cada ma?ana. Uno de los errores del progresismo ha sido no salir del despacho a tomar caf¨¦".
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