ABECEDARIO ANDALUZ Chungo
A. R. ALMOD?VAR No parece sino que la extraordinaria fuerza expansiva del idioma andaluz estuviera concentrada en unos cuantos campos gravitatorios, algo as¨ª como supernovas del idioma, de donde irradian los cambios m¨¢s revolucionarios que nuestra variante ha prestado al conjunto del espa?ol. Uno de esos campos es el de los sonidos s, z y afines, con fen¨®menos como el seseo y el ceceo, de los que seguiremos hablando. Tan intensa es la conmoci¨®n, que acaba afectando a estrellas pr¨®ximas, como la ch. Si atendemos bien, por ejemplo, al cante de Camar¨®n, le oiremos decir "el caballo de la noche", ya muy cerca de nose. Da un poco de miedo pensar en qu¨¦ puede acabar esta -por ahora- semilatencia en los gustos fon¨¦ticos de los gitanitos de la Bah¨ªa que imitan a su rey. Pero se trata de un grado extremo de la evoluci¨®n, que no ha hecho sino apuntar. Entremedias queda la cada d¨ªa m¨¢s extendible noshe, esto es, una ch relajada (fricativa) que utilizan otros l¨ªderes populares: "Anoshe loh musasho de"r Beti..." (En las Islas Canarias, curioso, el dialecto hermano ha impulsado el desplazamiento hacia la y, muyayo). Y aunque el sonido sigue teniendo una cierta estimaci¨®n social baja, no hay duda de que se est¨¢ expandiendo, tal vez por la v¨ªa de imitaci¨®n humor¨ªstica; por cierto, uno de los motores principales del dinamismo innovador del andaluz. Es el caso de chungo (shungo), un gitanismo que cubre un amplio espectro de poliformas vaguedades: "La cosa est¨¢ chunga", decimos cuando algo no va bien. "Chungo de papeles" iba un inefable director de Canal Sur a rendir cuentas al Parlamento. "El d¨ªa est¨¢ chungalete", ni bueno ni malo, sino todo lo contrario. Otras muchas voces con esta sh tan llamativa parecen girar dentro de un campo magn¨¦tico de expresiones coloquiales de incierto o atrevido matiz: un chap¨² es un trabajito r¨¢pido e informal; una chapuza, lo mismo, pero, adem¨¢s, mal hecho. El chiquilicuatre castellano es el chipichaca en C¨¢diz y el chiquichanca en Sevilla. ?Valiente churro! se dice de algo rematadamente desastroso. Un chorizo (etimolog¨ªa popular del cal¨® chori, ladr¨®n) es un mangante de poca monta. Un chupito, la forma actual, nocturna y ruidosa del m¨¢s antiguo chicotazo. Otra vez en C¨¢diz, la muletilla chocho/picha contin¨²a universaliz¨¢ndose con la mayor frescura para diferenciar al g¨¦nero humano en sus dos mitades inequ¨ªvocas. Y hasta se neutraliza en chichinabo, curiosa manera de quitarle valor a algo mediante la coyunda, s¨®lo l¨¦xica, de los dos sexos; lo que por separado produce chumin¨¢ y carajot¨¢. Pero ¨¦stos son oscuros senderos de la sem¨¢ntica er¨®tica del andaluz, que es otro canto.
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