La guerra olvidada

La guerra de desgaste contra Irak contin¨²a a diario en medio de la indiferencia mundial. Los bombardeos sistem¨¢ticos de aviones estadounidenses y brit¨¢nicos -m¨¢s de un centenar en lo que va de a?o, seg¨²n el Pent¨¢gono- sobre las zonas de exclusi¨®n a¨¦rea impuestas por Londres y Washington tras la guerra del Golfo provocan un inacabable goteo de muertes. En contraste con el contundente ataque de diciembre pasado, el rutinario castigo contra Bagdad pasa ya tan inadvertido, incluso para el mundo ¨¢rabe, como el hecho de que se han cumplido nueve a?os de las sanciones internacionales contra el pa¨ªs de Sadam Husein. El dictador, de 61 a?os, controla sin fisuras todas las riendas del poder -acaba de nombrar comandante en jefe del Ej¨¦rcito a su hijo menor- y sus s¨²bditos siguen pasando hambre.Desde que la inspecci¨®n por la ONU del armamento qu¨ªmico y biol¨®gico de Sadam se viniera abajo en diciembre, desencadenando la Operaci¨®n Zorro del Desierto, no ha habido nuevos intentos para reducir su arsenal de destrucci¨®n masiva. Tras meses de inactividad, el Consejo de Seguridad ha iniciado ahora conversaciones sobre c¨®mo reanudar las relaciones con Irak y mejorar la vida de sus sufrientes ciudadanos, sometidos a la doble dictadura de un d¨¦spota y de la miseria. El actual programa petr¨®leo por alimentos permite a Bagdad vender cada seis meses 5.300 millones de d¨®lares de crudo para comprar alimentos y medicinas. En Irak, la mortalidad infantil duplica ya la media mundial.

El Consejo ha comenzado a dar vueltas a un proyecto de resoluci¨®n anglo-holand¨¦s que propone suspender el embargo petrolero (pero no el control financiero) si Sadam responde satisfactoriamente sobre su arsenal. El incentivo ser¨ªa permitir inversiones exteriores en el sector del petr¨®leo iraqu¨ª una vez que Bagdad haya reanudado su cooperaci¨®n con la ONU. Para ello se crear¨ªa una nueva organizaci¨®n de vigilancia armamentista que sustituyera a la controvertida UNSCOM, acusada por Irak de espiar para EEUU.

Las sanciones, como muestra la experiencia, son una herramienta de eficacia dudosa para llamar al orden a los tiranos. Pero suspenderlas, como quieren Rusia y China, y m¨¢s matizadamente Francia, enviar¨ªa a Bagdad un mensaje equivocado. El de que la intransigencia acaba pagando dividendos. Washington sobre todo sigue consider¨¢ndolas como el pilar de su estrategia para contener las ambiciones regionales del hombre que invadi¨® Kuwait hace nueve a?os e intentar animar a sus militares a rebelarse contra ¨¦l. Hasta ahora, tanto esa pol¨ªtica como la de ayudar a la dividida oposici¨®n iraqu¨ª han servido de poco.

Naciones Unidas, sin embargo, debe romper urgentemente este c¨ªrculo vicioso de par¨¢lisis pol¨ªtica y bombardeos rutinarios. Ha de manosear el borrador anglo-holand¨¦s hasta convertirlo en una resoluci¨®n aceptable para los cinco miembros permanentes del Consejo. La situaci¨®n actual, am¨¦n de socavar a la ONU, prolonga contra toda justificaci¨®n el sufrimiento de millones de inocentes sin capacidad para actuar.