Sus fiestas ya no son las que eran
Son nuevos en la plaza. No superan los 29 a?os y, a esa edad, les distingue tener el rango de empleados de los ciudadanos, o lo que es lo mismo, pol¨ªticos. Acaban de incorporarse a la vida municipal y, cosas del cargo, las fiestas ya no se viven igual. No es cuesti¨®n de presentarse como un aut¨¦ntico zombi, deambulando por los pasillos del Ayuntamiento donostiarra. El cargo obliga, aunque en alguno se noten las secuelas de la noche festiva. A los nuevos ediles les asalta un debate interno nada m¨¢s concluir los fuegos artificiales: o se retiran a una hora prudencial o pagar¨¢n la penitencia de noches alegres y ma?anas tristes. Ram¨®n, Enrique, Mikel y Arritxu son concejales. Y quieran o no, es una condena. Una de las veteranas, la socialista Arritxu Mara?¨®n, ten¨ªa un recorrido festivo semejante al del cualquier donostiarra de su edad -28 a?os-. Sal¨ªa por la Parte Vieja con sus amigos, cenaba algo y se acercaba hasta la calle Ferm¨ªn Calbet¨®n, all¨ª donde el ¨ªndice de bares por metro cuadrado supera cualquier previsi¨®n. ?se era su plan hasta que el pasado lunes, nada m¨¢s entrar en el Casco Viejo, un grupo de 50 violentos le rodearon, insultaron, escupieron e incluso le dieron patadas. A estas alturas de la feria, todav¨ªa hay quienes se preocupan muy mucho de que algunas personas tengan vetada su presencia en ciertos lugares donde la fiesta se desarrolla en plenitud. "No soy de piedra. Soy humana, tengo sentimientos y miedo. Hasta que se me pase el susto, seguramente siga sin entrar en la Parte Vieja". Y a pesar de todo, la edil intenta sobreponerse y volver a coger el ritmo de estas fiestas, que define como poco participativas y m¨¢s contemplativas, gracias al apoyo que le demuestran sus compa?eros y amigos. De hecho, su compa?ero de partido Ernesto Gasco, concejal de Tr¨¢fico, tuvo el detalle de invitarle ayer a ver de cerca al que dicen es gran promesa del toreo, El Juli. Y all¨¢ que se fue, a pesar del batacazo emocional sufrido. "Por la noche, si estoy m¨¢s tranquila", dec¨ªa Mara?¨®n, "me dar¨¦ una vueltecita por los fuegos". Lo que s¨ª espera con verdadera ilusi¨®n es el concierto de hoy de Pablo Milan¨¦s, al que promete asistir si su familia se lo permite. Horas antes de que ocurriera el atropello, el concejal m¨¢s joven de San Sebasti¨¢n, el popular Ram¨®n G¨®mez, de 23 a?os, expresaba con toda crudeza c¨®mo ¨¦l hab¨ªa renunciado a moverse por la ciudad como cualquier otro ciudadano. Rincones como el Paseo Nuevo, donde est¨¢n ubicadas las txosnas, o la Parte Vieja, los ha tenido que borrar de su itinerario. "Por lo dem¨¢s hago lo mismo que antes, aunque el trabajo me impide salir tanto". Y ese plan consiste fundamentalmente en fuegos, terrazas y alguna copa que otra por el centro de la ciudad. Este a?o se ha quedado sin entradas para los toros, fiesta de la que se muestra absolutamente partidario. A Ram¨®n G¨®mez le hace mucha ilusi¨®n participar el pr¨®ximo domingo en el acto en el que se rinde homenaje a la virgen en la Bas¨ªlica de Santa Mar¨ªa. "Tendr¨¦ el orgullo de llevar la bandera de la ciudad por ser el concejal m¨¢s joven", dijo. El edil de la coalici¨®n nacionalista PNV-EA Mikel Iturbe anda estos d¨ªas intentando ubicarse en su nuevo lugar de trabajo. Y no le entusiasman en absoluto las fiestas de Semana Grande. Por eso, los primeros d¨ªas se los pas¨® en Santander y ha tenido que regresar porque ayer se celebraba un pleno municipal. "Antes sal¨ªa casi todos los d¨ªas por la noche. Ahora no puedo". Le parece que las fiestas son m¨¢s apropiadas para los ni?os y los mayores. "Las actividades aqu¨ª est¨¢n muy desperdigadas, los conciertos los ponen muy lejos y no se crea un ambiente donde se concentre la gente joven". Este ingeniero industrial, de 25 a?os y reci¨¦n salido de la universidad prefiere acudir al Paseo Nuevo o a la Parte Vieja. "La verdad es que estas fiestas son como un fin de semana m¨¢s. Eso s¨ª, con m¨¢s d¨ªas". Algo que ahora que es edil le empiezan a echar en cara sus amigos. A Enrique Ramos, el noveno concejal socialista en el consistorio, son los a?os los que le pasan factura para que no viva las fiestas como acostumbraba. Ahora cuenta con 29 y le cuesta reponerse de los excesos. Eso s¨ª, procura no perderse un s¨®lo d¨ªa, y para ello toma el autob¨²s y se baja hasta San Sebasti¨¢n para ir a comer alg¨²n bocata en la Parte Vieja. "Ya no soy capaz de llegar a casa a las seis de la ma?ana. Adem¨¢s tengo que trabajar, aunque antes tambi¨¦n lo hac¨ªa en un despacho de abogados". Tiene dos planes claros: los conciertos de Pablo Milan¨¦s y M¨¢rtires del Comp¨¢s. Donde dice que no ir¨¢, seguro, es a los toros.
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