Suresnes
F?LIX BAY?N Es bastante exagerado comparar con el de Suresnes el ¨²ltimo congreso extraordinario de los socialistas malague?os, como ha hecho el todav¨ªa vicesecretario general del PSOE andaluz y secretario general de M¨¢laga, Jos¨¦ Asenjo, pero hay que reconocer que esta reuni¨®n ha tenido mucho de extraordinaria, y no s¨®lo por su convocatoria. El congreso de los socialistas malague?os ha aprobado una ponencia que merece la pena leer (como todo hoy d¨ªa, est¨¢ en Internet: www.psoemalaga.org/ponencia.htm). En ella hay unos cuantos lugares comunes y esas dosis de autocomplacencia que parecen inevitables en cualquier documento pol¨ªtico -se dice, por ejemplo, que las ¨²ltimas elecciones han sido para el PSOE "un indudable ¨¦xito"-, pero, sobre todo, se hacen cr¨ªticas al propio PSOE sin ning¨²n complejo. "El Partido ha dejado de ser, en gran medida", se afirma, "el referente de las pol¨ªticas solidarias, igualitarias y de progreso" y "ha perdido presencia en la sociedad y capacidad para intervenir en los procesos sociales". En un partido que era incapaz de reconocer hasta hace no mucho tiempo la existencia incluso de tensiones internas, un documento como ¨¦ste resulta sorprendente. Pero la franqueza no s¨®lo se ha quedado en los papeles: las declaraciones pol¨ªticas que se han hecho en torno al congreso fueron igualmente desenvueltas. Asenjo lleg¨® a asegurar algo que la gente de izquierdas tiene claro desde hace tiempo: que el PSOE tiene un electorado que no se merece, cosa que la ponencia dice tambi¨¦n, aunque de modo m¨¢s fino, al denunciar "algunos h¨¢bitos endog¨¢micos que hacen, a veces, que las consideraciones org¨¢nicas primen sobre las sociales". Pero lo m¨¢s sorprendente del congreso malague?o ha sido la composici¨®n de la ejecutiva provincial, que por vez primera en mucho tiempo, se puede decir que es propiamente una ejecutiva y no una especie de parlamento en el que se busque el equilibrio entre tendencias, familias y comarcas. En M¨¢laga se ha roto con la est¨¦ril proclividad tribal del PSOE andaluz. Las luchas de tribus, es cierto, se encuentran en cualquier organizaci¨®n social, pero su fuerza ha sido mayor en el partido de los socialistas andaluces, cuyos l¨ªderes han sido d¨¦biles al ejercer el poder de forma vicaria: por delegaci¨®n de la calle Ferraz o de la Moncloa, cuando en la Moncloa gobernaba el PSOE. Ahora, que ya no es as¨ª, el timorato liderazgo de Manuel Chaves sigue dejando much¨ªsima cancha a las tribus, lo que imposibilita una pol¨ªtica s¨®lida y f¨¦rtil. En este paisaje, es notable que una mayor¨ªa cre¨ªble -no una mayor¨ªa aplastante, b¨²lgara- de socialistas malague?os opte por olvidar sus problemas internos y haya hecho posible la creaci¨®n de una ejecutiva con las manos libres para organizar el partido y no obsesionada -como viene acostumbr¨¢ndonos en los ¨²ltimos a?os el PSOE- por transferir sus problemas internos a la ciudadan¨ªa. El asunto es a¨²n m¨¢s notable si se tiene en cuenta que M¨¢laga ha sido quiz¨¢ el lugar de Espa?a en el que las guerras intestinas del PSOE fueron m¨¢s crueles. Ahora los ex combatientes -entre los que hay nombres hist¨®ricos- siguen la operaci¨®n desde el banquillo y, por lo que se ve, no lo hacen de forma indiferente, sino aplaudiendo.
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