Traca final de m¨²sica y fuegos
Donostiarras y visitantes llevan una semana mirando al cielo, con la excusa de los fuegos artificiales o con la excusa de asistir al ¨²ltimo eclipse del milenio. Ma?ana alzar¨¢n la vista a las 23.30 para contemplar, despu¨¦s de la dosis diaria de fuegos, Milenium Donostia 1999, un espect¨¢culo piromusical que cerrar¨¢ las fiestas. El montaje tiene label valenciano de calidad. Es una creaci¨®n de Caballer, una de las pirotecnias m¨¢s se?eras del sector, cuyos responsables conocen adem¨¢s al detalle las posibilidades de la bah¨ªa de la Concha. La casa valenciana ha competido en 32 de las 35 ediciones del concurso de fuegos artificiales de San Sebasti¨¢n, ganando en siete ocasiones. Sabe lo que se hace. As¨ª las cosas, no existe mejor aval de garant¨ªa para un montaje arriesgado que funde los estruendos colosales de los fuegos con la fuerza de la m¨²sica y necesita de una perfecta sincronizaci¨®n. Caballer arrancar¨¢ el espect¨¢culo a trav¨¦s de un programa inform¨¢tico que determina los impulsos electr¨®nicos para el disparo, en concordancia con el fragmento sonoro que se quiere revestir de brillantez. La Concha se convertir¨¢ as¨ª en un auditorio improvisado. La casa pirot¨¦cnica ha escogido siete temas musicales que se prestan al espect¨¢culo de fuegos y que son f¨¢cilmente reconocibles por el p¨²blico. Para los donostiarras, La marcha de San Sebasti¨¢n, de R. Sarriegui; para aut¨®ctonos y visitantes, Carmina Burana, de Carl Orff, en una versi¨®n del Orfe¨®n Donostiarra; la fanfarria de la 20th Century Fox, Fin de siglo, de Jean Michel Jarre; La conquista del Para¨ªso, de Vangelis; Danzas Fant¨¢sticas, de Joaqu¨ªn Turina y Alpha. Los fuegos se quemar¨¢n en los jardines de Alderdi Eder y en dos plataformas sitas en el mar, seg¨²n explic¨® Miguel Zamorano Caballer. Todo se ha dise?ado al mil¨ªmetro y se han escogido los efectos pirot¨¦cnicos novedosos que se adaptan mejor a este escenario. Pero hay algo que ni la casa pirot¨¦cnica ni el Ayuntamiento ni el Centro de Atracci¨®n de Turismo pueden controlar: el mar. "Tenemos bastantes problemas", reconoci¨® Zamorano. "Esto no es el Mediterr¨¢neo, no es ning¨²n r¨ªo, no es ning¨²n lago, tenemos m¨¢s movimientos, pero vamos a hacer un espect¨¢culo digno". Caballer decorar¨¢ el agua con un fuego acu¨¢tico fijo, a modo de bengalas rojas. S¨®lo queda que el tiempo acompa?e y el mar se convierta en balsa. El Milenium Donostia 1999 es un avance de un espect¨¢culo "todav¨ªa m¨¢s majestuoso y grandioso" que anuncia el alcalde, Od¨®n Elorza, para despedir la Semana Grande del a?o 2000.
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