Imagen e intenci¨®n
DE PASADALos prop¨®sitos e intenciones del individuo son directamente proporcionales a la imagen que proyecta. No es ning¨²n descubrimiento, pero conviene recordarlo. Es decir, esta ley de la intencionalidad existe desde que existe el prejuicio. Son ellos, los prejuicios -padecidos y practicados- los que delimitan nuestro campo de actuaci¨®n, nuestras metas y prop¨®sitos. "La gente nos escucha, escucha lo que les decimos y prometemos; pero tambi¨¦n nos mira c¨®mo somos". Joaqu¨ªn Almunia hizo esta advertencia en una cena de hermandad con militantes socialistas en un municipio cercano donde veranea en Almer¨ªa. La frase transmite un consejo cari?oso en pro de una imagen apacible, unida y "honrada" de un partido con aspiraciones para retornar a Moncloa. Esa intenci¨®n de Almunia es tan intensa como la de Sergio Dalma, que inaugura los conciertos de la Feria de Almer¨ªa el pr¨®ximo viernes, y espera que su heterog¨¦neo p¨²blico baile y se lo pase bien. El artista catal¨¢n, en una divertida rueda de prensa -con eclipse solar incluido- reconoci¨® que lo de la imagen y la intenci¨®n, a ¨¦l, le ha jugado una mala pasada. "En vez de titular sobre mi ¨²ltimo trabajo, los peri¨®dicos titulan sobre mi vida personal", se quej¨®. L¨¢stima que estropeara la imagen victimista al responderle a una periodista "?Enamorado? En estos momentos no. La verdad es que sal¨ª un poco escaldado". Si no quieres sopa, toma tres tazas. A veces, sin embargo, aun teniendo una imagen inmejorable, que cuenta con las bendiciones de la mayor¨ªa, la intenci¨®n se frustra. Es lo que ha experimentado la torera Cristina S¨¢nchez, que tambi¨¦n quiso despedirse del p¨²blico almeriense en Vera. En este caso la intenci¨®n fall¨® por una imagen general, que no personal, de un ¨¢mbito profesional y un sexo minoritario en dicho ¨¢mbito. Pero lo de que la imagen presupuesta pueda abortar proyectos adquiere un rango mayor de dificultad cuando, por avatares del destino, se rompe la regla. Es decir, cuando alguien triunfa con una imagen p¨¦sima y sin merec¨¦rselo. Es entonces cuando surge la envidia y cuando toman sentido declaraciones de cantantes decepcionados de que Espa?a cree ¨ªdolos de la nada. La reuni¨®n de artistas como Picasso, Barcel¨®, Souto Feijoo, Ferrant o Bot¨ª en una antol¨®gica sobre tauromaquia expuesta estos d¨ªas en el museo de Almer¨ªa, invita al juego del caprichoso destino, la fatua imagen y las dichosas intenciones. De seguro, la casu¨ªstica descrita encuentra correlaci¨®n en cada uno de ellos. MAR?A JOS? L?PEZ D?AZ
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