?xito apote¨®sico de La Fura del Baus y el Orfe¨®n en Salzburgo
Con el montaje de 'La condenaci¨®n de Fausto' la ¨®pera se adentra en el siglo XXI
El Festival de Salzburgo vivi¨® ayer una de sus jornadas de ¨¦xito m¨¢s impresionantes de los ¨²ltimos a?os. Raras veces una premiere levanta tal grado de unanimidad, de bravos, de pateos sonoros (una forma de manifestar el entusiasmo), de p¨²blico puesto en pie, de salidas interminables de los artistas. La Fura y Plensa adelantaron con su concepci¨®n esc¨¦nica la est¨¦tica oper¨ªstica del siglo XXI. El Orfe¨®n, en una noche de ensue?o, lleg¨® directamente al coraz¨®n.
Con La condenaci¨®n de Fausto conclu¨ªa La Fura su trilog¨ªa de iniciaci¨®n a la ¨®pera, despu¨¦s de La Atl¨¢ntida y El martirio de San Sebasti¨¢n. El proceso de madurez alcanzado en tan breve recorrido es espectacular. Las lecturas de La Fura se sit¨²an a un triple nivel. En primer lugar, respetan al pie de la letra los contenidos musicales. Las arias de los cantantes, especialmente, son subrayadas con toques est¨¦ticos muy precisos, pero nunca interferidas para resaltar un efecto teatral. En segundo lugar realizan una sinopsis argumental subjetiva, expuesta con humildad y de aplicaci¨®n solamente sugerida. En tercer lugar, se mueven en un nivel pl¨¢stico y espacial de enorme originalidad, con un dominio apabullante de los recursos tecnol¨®gicos, desde las proyecciones hasta la luz.Plantean una est¨¦tica en cierto modo futurista, pero desde una visi¨®n po¨¦tica sensible e imaginativa. El cilindro, los moldes, la escalera, las lecheras, dise?adas por Plensa, son elementos de un ballet imaginario que asombra por su novedad. Las sorpresas se suceden. Hombres-lagartija que descienden boca abajo por las paredes verticales, im¨¢genes del director de orquesta metido en el cilindro m¨¢gico, donde tambi¨¦n se acumulan los objetos de la memoria vertidos por la luz de las lecheras, desde un piano hasta un coche, y donde Margarita destila una fuerza interior enigm¨¢tica. El misterio de las im¨¢genes atrapa. La Fura llama a esto ¨®pera digital. Bueno. Hay algo que recuerda el cine m¨¢s avanzado en el terreno de los efectos especiales. Pero La Fura est¨¢ contenida, su energ¨ªa es m¨¢s profunda que exterior, su dominio tridimensional es aplicado con una naturalidad pasmosa y su inventiva fluye ante los ojos del espectador con una frescura contagiosa. Deslumbraron.
Grandes ovaciones
El Orfe¨®n Donostiarra no se qued¨® atr¨¢s y su hist¨®rica actuaci¨®n acumul¨® todos los elementos que le hacen estar en la ¨¦lite de la excepcionalidad: afinaci¨®n impecable, matizaci¨®n en los pianos y en los fuertes, un color c¨¢lido como pocos y un sentido expresivo emocional determinante. Adem¨¢s, se movieron en escena con una pericia asombrosa, aguantando la presi¨®n de Salzburgo como si actuasen aqu¨ª cada temporada. Se prepararon psicol¨®gicamente asistiendo masivamente el d¨ªa anterior a La flauta m¨¢gica, de Achim Freyer. Las ovaciones que les dedicaron fueron delirantes. Dirigi¨® con orden, claridad, dominio, equilibrio y empuje Sylvain Cambreling, al frente de una estupenda Staatskapelle de Berl¨ªn, multiplicada visualmente por los espejos que Plensa situ¨® con acierto en el foso. Cantaron maravillosamente Vesselina Kasarova, Paul Groves y Willard White. Un reparto de lujo para una noche asombrosa.Asisti¨® ayer al estreno el secretario de Estado de Cultura, Miguel ?ngel Cort¨¦s. Entre los espectadores destilaba un entusiasmo extraordinario el escritor Mario Vargas Llosa. Una apuesta combinada entre vascos y catalanes, investigaci¨®n y tradici¨®n, La Fura y el Orfe¨®n, s¨®lo se le pod¨ªa ocurrir a Mortier. Estos d¨ªas est¨¢ ultimando detalles para presentar este espect¨¢culo el pr¨®ximo a?o en Santiago de Compostela, dentro del festival Millenium, y en San Sebasti¨¢n, dentro de la Quincena. De momento, el 25 de agosto se transmite en directo por televisi¨®n en el canal Arte. No se lo pierdan. La condenaci¨®n es el espect¨¢culo estrella de Salzburgo 99. Desde una perspectiva espa?ola, es para emocionarse.
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