Razones para una moratoria
Cuando en 1997 investigadores del Institute of Cancer Research de Londres descubrieron que el retrovirus porcino pod¨ªa infectar c¨¦lulas humanas, el mundo del xenotrasplante sufri¨® una terrible sacudida. Sometido a un control f¨¦rreo desde el ¨²ltimo intento (Pittsburg, en 1992 y 1993, cuando se intent¨® sin ¨¦xito un trasplante de ¨®rganos de babuino a dos personas que fallecieron a los 70 y 26 d¨ªas, respectivamente, por causas que a¨²n son motivo de estudio), el xenotrasplante hab¨ªa avanzado lentamente con el acuerdo internacional de no realizar m¨¢s ensayos hasta lograr resultados satisfactorios.Los investigadores debieron recomponer sus esquemas y decidir el modelo experimental id¨®neo. Descartados los primates como donantes por razones de seguridad, se pas¨® al cerdo, el cual presentaba un gran obst¨¢culo: el rechazo hiperagudo. David White, de la Universidad de Cambridge, super¨® este escollo en 1996 con un cerdo modificado gen¨¦ticamente, pero nadie pens¨® que un virus porcino podr¨ªa infectar c¨¦lulas humanas.
Fritz Bach, de la Harvard Medical School, y H.B. Fineberg, de la Universidad de Harvard, firmaron en 1998 un manifiesto solicitando una moratoria en los ensayos. De la petici¨®n se hizo eco el Consejo de Europa, instituci¨®n que cre¨® una comisi¨®n de expertos. Dicha comisi¨®n, reunida por ¨²ltima vez en abril de este a?o, dictamin¨® que no hab¨ªa razones para una moratoria, aunque exig¨ªa documentar las evidencias de una posible transmisi¨®n de enfermedades antes de emitir un veredicto definitivo.
El art¨ªculo de Science no aporta soluciones. El debate se centra en saber si es preciso explorar nuevas v¨ªas con cerdos transg¨¦nicos o iniciar el ensayo con humanos. El Documento Espa?ol sobre Xenotrasplantes recomienda alcanzar cotas de eficacia superiores a las actuales. Pero otros grupos creen llegado el momento de emplear este tipo de trasplantes
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