Castillos
Acabamos de llegar. Mi hija, la m¨¢s peque?a, quiere que nos vayamos a la playa. Trato de explicarle que quedan por bajar las cosas del coche y comprobar que, en el apartamento, no faltan toallas ni s¨¢banas, adem¨¢s hay que pagarlo. No quiere entender. Tiene calor y, dice, que ha cogido la pala y el rastrillo, como si no lo supiera por los golpes que ha venido durante el viaje, y con el cubito quiere hacer castillos en la arena. Al final nos vamos la madre, la ni?a y yo a la playa. Cojo el cubito, la sombrilla, las sillas de sentarse, ellas, y las toallas. El coche queda cargado y el apartamento pendiente de comprobar si es nuestro o el de los vecinos del pasado a?o. Ojal¨¢ que no hayan venido. Su perro meaba m¨¢s que Genaro, el perrito del alcalde de Madrid. El que reg¨® la playa de Vera, mientras ?lvarez del Manzano re¨ªa la gracia. Nada, llegamos a la playa. Un viento de no te menees. La ni?a se quiere ba?ar y las olas de a metro. A pesar de todo nos situamos. Nada m¨¢s sentarnos, otra vez de pie. Los vecinos. Saludos del rigor, del verano, y el "que tal el a?o". El perro no se ve. Pregunto y, dicen, no lo hemos tra¨ªdo. Estupendo, debe ser porque se meaba en los ba?istas sin que nadie le tosiera y han seguido un cursillo de educaci¨®n. Despu¨¦s me entero que lo han abandonado. Era un rotwailer. De los calores me meto en el mar. Estoy en ella y una moto acu¨¢tica pasa como Eddie Irvine con su f¨®rmula 1. Salvo la cabeza, miro y veo que conduce un ni?o en braga n¨¢utica, por lo de hacer juego, y que no cuenta m¨¢s de 17 a?os. Debe de ser la Orden de la ministerial que aparece en el BOE del 31 de julio. La ha dictado Arias Salgado, el ministro que mont¨® la carajera con los aeropuertos y, ahora, con las acu¨¢ticas. Mi consuelo es que tendr¨¢ permiso y seguro, aunque seguro que estaba a menos de 200 metros de la orilla, pero, de eso, no dice nada la Orden. Dejamos la playa y nos vamos al apartamento. La ni?a se ha dormido, sube en brazos y descargo el coche. Me tiro en la cama y pienso que estamos de vacaciones y que, el primer d¨ªa, no ha sido tan malo como el pasado a?o. Es posible que ma?ana sea mejor, que el de la moto rompa el embrague y el perro no me mate a nadie.
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