El drama turco
Las im¨¢genes son demasiado conocidas y terriblemente banales, provocan impotencia y rabia. Esos infelices liberando con las manos desnudas a sus familiares, los supervivientes desorientados, los pobres de entre los pobres contemplando la ruina de sus casuchas. Inmuebles construidos sin cumplir las normas, lepra urban¨ªstica donde se aloja la miseria. Peque?os rascacielos abatidos como castillos de naipes, un drama sin motivo ni salvaci¨®n.Es la descripci¨®n del oeste de Turqu¨ªa, sacudido el martes por un terremoto. (...) Hay miles de muertos y muchos m¨¢s desaparecidos, los da?os materiales son inmensos. Ning¨²n pa¨ªs se salva de los temblores de tierra. Los cient¨ªficos lanzan advertencias, pero no especifican el mes ni el a?o del desastre. (...) Una ma?ana entre las ruinas y los cad¨¢veres se repite la misma frase: la sorpresa, la c¨®lera contra la desorganizaci¨®n de la ayuda.
La prensa turca se niega a culpar nada m¨¢s que a la fatalidad. Todos acusan al poder como "asesino". Castigan la l¨®gica mafiosa, no la geolog¨ªa. El juego pol¨ªtico donde pol¨ªticos, empresarios y delincuentes se unen para construir salvajemente, sin normas, incrementando los beneficios sobre la seguridad. Los peri¨®dicos se interrogan sobre la lentitud del Ej¨¦rcito, el verdadero poder, en intervenir. La instituci¨®n que engulle la parte del le¨®n en los presupuestos, demasiado ocupada en su guerra contra los kurdos para auxiliar a las v¨ªctimas. (...) La Uni¨®n Europea debe acudir sin reservas al auxilio de Turqu¨ªa. Inmediatamente. La necesidad es inmensa.
, 20 de agosto.
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