Aceite peligroso

Hace pocos d¨ªas, un amigo irland¨¦s en tr¨¢nsito en el aeropuerto de Gatwick (Londres) camino de Dubl¨ªn, vio con estupor c¨®mo una peque?a garrafa de aceite de oliva -?nada menos que de Arbeca!- que llevaba como su m¨¢s preciado souvenir de Espa?a le era confiscada por los agentes de aduanas del Reino Unido al figurar en la lista de sustancias consideradas por la compa?¨ªa British Airways como hazardous, es decir, peligrosas. Su estupor se convirti¨® en desolaci¨®n cuando supo que, debido al peligro que entra?aba, no era posible almacenar el aceite en el aeropuerto, por lo que ser¨ªa inmediatamente destruido.Tras a?os de residencia en Inglaterra, me resultar¨ªa demasiado f¨¢cil traer aqu¨ª a colaci¨®n las terror¨ªficas sustancias grasas -sin duda alguna, en gran parte responsables de la alta incidencia de enfermedades coronarias en el Reino Unido- que all¨ª se emplean en la preparaci¨®n de alimentos tales como los populares fish and chips, o esos diet¨¦ticos y delicados desayunos consistentes en salchichas, beicon y huevos fritos, a veces acompa?ados de unas indescriptibles alubias rojas. Sin embargo, y como creo que la responsabilidad sobre la imagen de nuestros productos recae en nosotros mismos, me permito preguntar a los responsables del Ministerio de Agricultura: ?en qu¨¦ quedaron aquellas gloriosas batallas de do?a Loyola de Palacio en defensa de nuestros productos agr¨ªcolas? Mucho me temo que en no mucho m¨¢s que unas cuantas fotos empinando la bota, o recorriendo al trote los olivares. La prueba: una de las joyas de nuestra gastronom¨ªa, destruida por peligrosa.- .