Concurso de poca altura
La ausencia del cubano Javier Sotomayor rebaja las expectativas de buenas marcas, pero aumenta la emoci¨®n en la final de hoy
El salto de altura es una de las pruebas malditas del atletismo en los ¨²ltimos tiempos. No ha progresado mucho en sus marcas, y adem¨¢s no tiene en Sevilla a su mayor y ¨²nica figura, el cubano Javier Sotomayor, envuelto en un esc¨¢ndalo de dopaje (se le acusa de haber consumido coca¨ªna) y supuestamente lesionado en la espalda. Sin embargo, todo esto tiene una vertiente positiva: la prueba est¨¢ m¨¢s abierta que nunca, y la emoci¨®n por el resultado elevar¨¢ el list¨®n del inter¨¦s.Mientras que en la velocidad o en el medio fondo y en el fondo se han producido mejoras, el asombro de los concursos ha decrecido. La longitud se est¨¢ salvando con la sorprendente aparici¨®n en la ¨¦lite de Yago Lamela para disputarle la hegemon¨ªa al cubano Iv¨¢n Pedroso. Pero tanto en ese salto, como en los restantes, incluidos la p¨¦rtiga y el triple, el list¨®n de los r¨¦cords se puso tan alto en los a?os recientes, que si no hay competici¨®n atractiva entre los aspirantes (caso Lamela-Pedroso) el inter¨¦s baja enormemente. El estadounidense Mike Powell roz¨® los nueve metros (8,95 en 1991) en el salto de longitud; y Pedroso est¨¢ en 8,60 este a?o, y Lamela en 8,56. El brit¨¢nico Jonathan Edwards super¨® por tanto margen los 18 metros en triple (su r¨¦cord mundial est¨¢ en 18,29 desde 1995) que pasar de los 17 ahora casi no es noticia, y s¨®lo lo consiguen ¨¦l mismo o el cubano Yoelbis Quesada, su gran rival habitualmente. El ucranio Serg¨¦i Bubka, que ya no ha podido luchar por su s¨¦ptimo t¨ªtulo mundial consecutivo aqu¨ª en Sevilla, pas¨® muchas veces de los seis metros (su tope lo dej¨® en 6,14 en 1994) y ahora apenas tres atletas consiguen con esfuerzo superarlos: Tarasov, el ruso, 6,05; Jeff Hartwig, el estadounidense, 6,02; y Tim Lobinger, el alem¨¢n, 6,00).
En altura, como por contagio,sucede lo mismo. Ni siquiera Javier Sotomayor se ha vuelto a acercar a los 2,45 metros que salt¨® en Salamanca en 1993 y que pemanecen como plusmarca mundial. Una mirada a la lista mundial de todos los tiempos indica que las ?12 marcas siguientes! son anteriores a esa fecha. Y entre las 20, la mejor posterior es de 1996. La logr¨® el polaco Arthur Partyka, uno de los ausentes en Sevilla por lesi¨®n. El otro que no estar¨¢, el m¨¢s importante, es el propio Sotomayor. La raz¨®n oficial aportada dice que se debe operar de una hernia discal, pues se lesion¨® tras saltar 2,30 metros para ganar los recientes Juegos Panamericanos en Winnipeg (Canad¨¢). Pero a¨²n pende sobre su cabeza una sanci¨®n de dos a?os porque dio positivo con coca¨ªna. No la necesitaba para lograr un nuevo t¨ªtulo, pero su gran superioridad en la prueba, as¨ª como su relajaci¨®n y car¨¢cter habituales, hacen muy factible que se pasara de la raya en una fiesta sin calcular el tiempo para limpiarse. Oficialmente, al tratarse de una figura emblem¨¢tica en Cuba, se le ha defendido totalmente con acusaciones sin pruebas incluso de que hab¨ªa sido un atentado, pero habr¨¢ que esperar a ver cu¨¢nto le marca en el futuro un asunto tan turbio en un pa¨ªs tan especial como el suyo.
Sin Sotomayor en liza, que a pesar de todo daba siempre una seguridad por encima de los 2,30 o 2,35 metros, la final es una loter¨ªa en la que puede ganar incluso el mejor competidor, aunque tenga la peor marca personal. Eso era imposible hace a?os con nombres como el sueco Patrick Sjoeberg, o los alemanes Dieter Moegenburg y Carlo Traenhardt en competici¨®n. Ahora todo queda abierto. Y emocionante.
El estadounidense Charles Austin, que tiene el m¨¦rito de haber saltado ya 54 cent¨ªmetros por encima de su estatura (mide 1,84 y ha pasado 2,40) fue campe¨®n ol¨ªmpico en Atlanta 96 (Sotomayor estaba lesionado), pero fall¨® en la clasificaci¨®n previa de los Mundiales de Atenas. Esta temporada s¨®lo ha saltado 2,32, y sin embargo se mostr¨® muy fuerte hasta los 2,29 pedidos para entrar aqu¨ª en la final. El brit¨¢nico Steve Smith, en cambio, bronce en Atlanta y que tiene la mejor marca del a?o con s¨®lo 2,36, ha pasado a la final en la repesca sin superar los 2,26. Y hubo otras sorpresas notables, como la clasificaci¨®n del surcoreano Lee Jim Taek. En el marem¨¢gnum, la promesa mayor parece el alem¨¢n Martin Buss, de s¨®lo 23 a?os (Austin tiene ya 32, y Smith 29), que ha rozado el podio en las ¨²ltimas grandes competiciones y est¨¢ ya maduro para dar el salto definitivo. Y tambi¨¦n los canadienses Kwaku Boateng y Mark Boswell, derrotados por Sotomayor en la pista de Winnipeg pero ganadores despu¨¦s por el dopaje. Est¨¢n en gran forma y encabezaron los dos grupos de clasificaci¨®n el s¨¢bado. Tras el primero, pas¨® otro veterano, el yugoslavo Dragutin Topic, que a sus 28 a?os se ha sobrepuesto al bloqueo de su pa¨ªs y a¨²n pelea por el podio.
Y en medio de esa discreci¨®n internacional, tambi¨¦n la espa?ola: sin representantes y echando de menos a alg¨²n que otro Arturo Ortiz que echarse a la vista. Pero los saltadores de altura han desaparecido.
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