El doble dilema de Yeltsin

(...) Por primera vez desde su reelecci¨®n hace tres a?os, Yeltsin encara un movimiento de oposici¨®n cre¨ªble, dirigido por duros pragm¨¢ticos a los que ¨¦l no puede demonizar, tanto ante el mundo occidental como ante sus propios votantes, como con los comunistas o fascistas. La decisi¨®n, esta semana, de Yevgueni Primakov de unirse a una amplia coalici¨®n de barones regionales podr¨ªa hacer a este movimiento virtualmente invencible si las elecciones se celebran en su calendario legal y se llevan a cabo m¨¢s o menos sin irregularidades.El problema es que algo m¨¢s est¨¢ ocurriendo, tambi¨¦n por primera vez desde 1996: helic¨®pteros rusos, aviones y artiller¨ªa est¨¢n otra vez ametrallando las monta?as del norte del C¨¢ucaso, ahora en la multi¨¦tnica Daguest¨¢n.(...).

Indiferentemente de qui¨¦n sea el culpable de desencadenar esta crisis, hay pocas dudas del grave riesgo creado con el doble problema del Kremlin. Yeltsin est¨¢ pol¨ªticamente en un aprieto. (...)

Una crisis en el C¨¢ucaso ofrecer¨ªa al Kremlin una perfecta oportunidad para posponer las elecciones parlamentarias de diciembre. (...)

Est¨¢ claro que si los rusos quieren un C¨¢ucaso en calma, la necesidad primordial es establecer una paz duradera entre los l¨ªderes rusos y el presidente electo de Chechenia, Asl¨¢n Masj¨¢dov. (...) Ese acuerdo reforzar¨ªa la posici¨®n de ¨¦ste frente a los extremistas y los se?ores de la guerra. (...)

Si Yeltsin est¨¢ preparado para lograr un acuerdo con Masj¨¢dov, puede haber alguna esperanza para la paz en el C¨¢ucaso y para la democracia en Rusia.

, 21 de agosto