El emperador
Primero fue Said Auita, el atleta marroqu¨ª que relev¨® a los brit¨¢nicos del pesado peso del mediofondo mundial. Luego, demasiado r¨¢pido para el gusto de Auita, lleg¨® el argelino Nurred¨ªn Morceli. Los a?os noventa le estaban prometidos al gran Morceli, pero demasiado pronto, ya en 1995, cuando s¨®lo ten¨ªa 25 a?os, empez¨® a sentir que el hombre que le iba a retirar de la cabeza del atletismo mundial ya corr¨ªa, y muy deprisa, a su lado.Sus 3.44,39 en la milla y sus 3.27,37 en los 1.500 metros ten¨ªan los d¨ªas contados. Todav¨ªa campe¨®n mundial en los Mundiales de Gotemburgo por delante de su delf¨ªn, un chaval El Guerruj que s¨®lo ten¨ªa 20 a?os, el relevo oficial en competici¨®n se produjo en el Mundial de Atenas 97, y en lo que se refiere a marcas s¨®lo un a?o despu¨¦s.
En Roma, en julio de 1998, El Guerruj dejaba el r¨¦cord del mundo de 1.500 en 3.26,00, contando a su favor con una liebre keniana de 19 a?os llamada Noah Ngeny, su gran rival de aqu¨ª a un futuro que parece cercano. Su era comenzaba. Y s¨®lo un a?o despu¨¦s, s¨®lo hace dos meses, tambi¨¦n en Roma ca¨ªa el segundo sello de la corona de Nurred¨ªn Morceli, su r¨¦cord de la milla. 3.43,13 para El Guerruj. Una marca a la altura de sus 3.26 en los 1.500. Conseguidos los r¨¦cords, El Guerruj, un hombre del medio Atlas, atleta en emulaci¨®n a Auita, ambicioso porque quiere borrar el nombre de Auita, el viejo, de todos los libros de marcas, ya piensa en las coronas, en la mundial, hoy; en la ol¨ªmpica, dentro de un a?o en Sydney (si Ngeny se lo permite); y luego, m¨¢s marcas, la de 2.000, la de 3.000, la de 5.000. Todas las del mediofondo. Para eso es el actual emperador.
Ni siquiera unas hemorroides inoportunas, que todo lo m¨¢s le privaron de alg¨²n ingreso extra v¨ªa reuniones lucrativas, ha impedido su puesta en forma para la cita de Sevilla.
El Guerruj, de piernas m¨¢s largas que lo que permitan suponer su 1,76 metros de altura, de pecho alto y ligero, de s¨®lo 60 kilos, es un hombre nacido para correr el 1.500. Su extraordinaria clase natural le permite coger la forma r¨¢pidamente. S¨®lo necesita un par de semanas de entrenamientos a los 1.800 metros de Ifr¨¢n (en el Atlas marroqu¨ª), con sus compa?eros del grupo Duada.
All¨ª, a las ¨®rdenes de Abdelkader Kada, un fondista marroqu¨ª especialista en 5.000 y 10.000 metros, El Guerruj trabaja sobre todo el ritmo y la velocidad, la capacidad para mantener velocidades de crucero elevad¨ªsimas y la capacidad para convertir sus cambios de ritmo progresivos en ataques verdaderamente explosivos que dej¨¢n at¨®nitos a sus rivales.
Se entrena a ritmo de carreras de 300, de 400, de 500 y de un kil¨®metro. Encadena series de 400 metros en 55 segundos. Y una vez a punto, se baja del Atlas, de las praderas donde sus estiramientos s¨®lo se ven afectados por las ovejas ramoneando los frescos pastos, y desembarca en las pistas. Y entonces, cuando los rivales le ven en la l¨ªnea de salida todos simplemente piensan en ser segundos.
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