Fiona May: "Ha sido un salto nulo"

Fiona May, brit¨¢nica casada con un italiano y que, como Niurka Montalvo, ha adquirido la nacionalidad de su marido, mostr¨® ayer actitudes contradictorias despu¨¦s de su derrota. Primero se mostr¨® enfadada. Despu¨¦s, muy deportiva. M¨¢s tarde dijo estar dispuesta a retirarse por la decepci¨®n de anoche...Eran las 23.15. Y le preguntaron los periodistas:

-Fiona, ?ha visto por televisi¨®n el salto de Montalvo?

-S¨ª. -?Y qu¨¦ le ha parecido?

-Nulo.

La saltadora italiana, campeona del mundo en 1995, pasa por el control antidopaje. La rutina de las grandes competiciones. Pero es casi media noche y Fiona May no se ha ido del estadio. Se la ve deambulando por los pasillos vac¨ªos por los que ya ni suena el eco de la algarab¨ªa que hasta hace nada ha inundado las gradas. Precedida por su marido y entrenador, Gianni Iapichino, la imponente May se dirige hacia las entra?as del estadio, a la parte trasera de los estudios televisivos. En una oficina cercana est¨¢ reunido el comit¨¦ de apelaci¨®n de la IAAF. La reuni¨®n dura y dura. May, como una leona enjaulada, se levanta, se mueve, no para quieta.

Silencioso, con un m¨®vil en la mano, irrumpe en la zona Giovanni Tucciarone, el t¨¦cnico de la federaci¨®n italiana encargado de saltos. Se acerca a May con la mirada baja. Se acerca m¨¢s. Le da un beso triste en la mejilla. Le dice: "Lo siento". May no necesita m¨¢s. Desconsolada, se echa llorar. S¨®lo abre la boca para pedir un Aquarius. No quiere m¨¢s para pasar el trago. Antes, May, veterana, de 30 a?os, hab¨ªa intentado disimular. "Esto es la vida", dec¨ªa. "Yo por m¨ª no reclamar¨ªa, pero mi equipo es el que manda". Poco despu¨¦s, maquillada, los ojos limpios, Fiona May entra al estudio televisivo. El drama sigue. Y su marido cuenta que piensa en retirarse.