Las zapatillas m¨¢s r¨¢pidas del mundo
La ingenier¨ªa y la biomec¨¢nica cuidan del calzado que usa el plusmarquista de los 100 metros
Cuando un atleta alcanza la cima de su especialidad, se le abre un mundo inaccesible para la mayor¨ªa de sus colegas. No s¨®lo en cuestiones relacionadas con el dinero y con la popularidad, tambi¨¦n con los medios que se ponen a su disposici¨®n para preservar su privilegiada posici¨®n. Maurice Greene refleja perfectamente lo que le sucede a un plusmarquista mundial, estadounidense para m¨¢s se?as (con todo lo que eso significa en el mercado publicitario). Y adem¨¢s con el a?adido de ser el hombre m¨¢s r¨¢pido del mundo. A su alrededor todo est¨¢ preparado para mantenerle en la cumbre y favorecer aquello que le caracteriza: su velocidad.Toby Hatfield es un dise?ador de zapatillas para atletas. Mitad zapatero, mitad ingeniero. Un artesano muy especial, encargado de idear el calzado m¨¢s conveniente para Maurice Greene, una zapatilla que se adapte a sus cualidades como velocista y que, si es posible, le ayude a ganar alguna cent¨¦sima, alguna mil¨¦sima, lo que sea, pero que haya ganancia. Hatfield trabaja a las ¨®rdenes de Simon Taylor, jefe de dise?o de la compa?¨ªa Nike. La base de operaciones de ambos es Beaverton (Oregon), donde est¨¢ radicada la casa matriz de su empresa. Durante los ¨²ltimos dos a?os han trabajado en conseguir el dise?o adecuado para los el¨¦ctricos pies de Greene. Lo que ha surgido es una zapatilla de colores fosforecentes (rojo, amarillo y verde) que pesa 200 gramos y que tiene un car¨¢cter singular: s¨®lo las usa Greene. De ah¨ª el ribete cosido en uno de los laterales: "Mo". Con esas zapatillas venci¨® Mo Greene en la final de anteayer.
A pesar de su ligereza, las zapatillas de Greene pesan casi el doble de las utilizadas por Carl Lewis en el Mundial de 1991, cuando bati¨® el r¨¦cord del mundo con 9,86 segundos. Las de Lewis pesaban 116 gramos, y eran de usar y tirar. "S¨®lo se pod¨ªan utilizar en una carrera", dice Hatfield. Se dir¨ªa que las de Greene tienen una mayor esperanza de vida: cuatro carreras. Las diferencias entre las que us¨® Lewis en Tokio respecto a las de Greene no radican ¨²nicamente en el peso. La estructura de cada una de ellas apenas guarda relaci¨®n en el dise?o y en los componentes.
"Aunque es m¨¢s bajo que Lewis (1,76 frente a 1,86), Greene es m¨¢s potente, m¨¢s grande. S¨®lo por eso ", contin¨²a, " necesita otro tipo de calzado, una estructura que le permita aprovechar lo mejor posible su forma de pisar sobre la pista. Greene pisa con m¨¢s potencia que Lewis y con un ¨¢ngulo diferente cuando contacta con el suelo".
Mo golpea el suelo como un martillo, con una proyecci¨®n descomunal de watios. Lewis ten¨ªa una pisada m¨¢s deslizante. Michael Johnson, otro sobre el que se trabaja intensivamente en el dise?o de sus zapatillas, tampoco se parece al plusmarquista mundial de 100 metros. Aunque Johnson es un atleta de 200 y 400 metros, nadie ha alcanzado una media de velocidad m¨¢s alta que ¨¦l. En Atlanta corri¨® los 200 metros en 19,32s, con una media de 9,66 segundos en cada 100. Sin embargo por su estilo, menos abrasivo que el de Greene, su calzado es diferente. Cada una de sus zapatillas pesa 125 gramos (75 menos que las de Greene) y el tejido es m¨¢s sedoso. "A Johnson se le notan las marcas de los dedos cuando corre", dice Hatfield. Y a?ade: "Es un atleta que ha tenido propensi¨®n a las lesiones musculares y debemos cuidar muy bien el dise?o para que no se produzca ning¨²n tipo de desequilibrio cuando corre".
A Greene no se le notan los dedos cuando avanza. Sus zapatillas parecen robustas, muy armadas, dispuestas a resistir los martillazos del mejor velocista del mundo contra la superficie. Por sus caracter¨ªsticas, su rotunda pisada apenas deja aire entre el tal¨®n y el suelo. El ¨¢ngulo entre las dos resultantes es muy peque?o, raz¨®n por la cual Greene hace un fort¨ªsimo apoyo contra la parte central de la suela. Esa parte de sus zapatillas est¨¢ reforzada especialmente. Se trata de un peque?o tocho de nailon plastificado, muy r¨ªgido, casi una piedra debajo de su pie. De esa manera se mejora el efecto rebote en el contacto con la pista, contacto instant¨¢neo, de apenas 80 mil¨¦simas de segundo. En el caso de Lewis, como en el de Michael Johnson, su calzado no s¨®lo era m¨¢s ligero; tambi¨¦n mucho m¨¢s flexible.
"Greene tiene unos pies muy grandes para su estatura. Necesita m¨¢s superficie en la planta de sus zapatillas para guardar el equilibrio que se requiere al correr t¨¢n r¨¢pido", dice el dise?ador norteamericano. "Hasta que conseguimos la zapatilla que quer¨ªamos, tardamos 18 meses. Durante ocho sesiones, estuvimos grabando su manera de correr. Con una c¨¢mara nos fij¨¢bamos en las prestaciones de su cuerpo. Con otra, nos dedic¨¢bamos a recoger toda la informaci¨®n sobre su manera de golpear la pista con el pie".
La c¨¢mara grababa a una velocidad de 500 fotogramas por segundo, de tal manera que ning¨²n detalle pas¨® inadvertido para las 12 personas que ten¨ªan encomendado el trabajo de construir una zapatilla especial para el hombre m¨¢s r¨¢pido del mundo. "Cada atleta tiene unas caracter¨ªsticas propias. Por ejemplo, observamos que Michael Johnson pone el pie izquierdo casi perpendicular a la l¨ªnea que traza su cuerpo en las curvas, cuando corre los 200 metros. Es algo ins¨®lito porque requiere de un tobillo que es casi goma. Lewis no pod¨ªa hacerlo. Sus pies segu¨ªan la direcci¨®n que marcaba su cuerpo".
Todos los detalles de Greene han tenido respuesta en su zapatilla. Dec¨ªa Valent¨ªn Rocandio, responsable del ¨¢rea de velocidad de la Federaci¨®n Espa?ola, que cuando el estadounidense pisa contra la superficie, tira el pie con la m¨¢xima fuerza hacia adelante, para producir un efecto cepillo. Las cerdas del cepillo quedar¨ªan alineadas hacia adelante, para impulsar mejor. Las zapatillas de Greene, que cuentan con ocho clavos frente a los 10 de las de Marion Jones, contienen una multitud de peque?as p¨²as de goma, que generan ese efecto cepillo. Todo dispuesto, en suma, para que a Greene no le falte ayuda en la caza de r¨¦cords.
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