El precio del gas¨®leo de automoci¨®n en Madrid es el m¨¢s caro de toda Espa?a

Madrid atesora dos misterios. Por qu¨¦ se lic¨²a la sangre de san Pantale¨®n y por qu¨¦ se paga el gas¨®leo de automoci¨®n m¨¢s caro de toda Espa?a. El conductor madrile?o abona hasta cinco pesetas m¨¢s que en la costa y, como m¨ªnimo, 3,2 pesetas por encima de la media espa?ola. Incluso Baleares, donde el combustible ha de ser transportado en barco, dispone de un gas¨®leo m¨¢s barato. El motivo de este elevado precio es objeto de discusi¨®n entre petroleras y gasolineros. Las primeras lo atribuyen a los costes log¨ªsticos, la fuerte demanda y el escaso n¨²mero de gasolineras; los segundos se?alan que los grandes operadores -Repsol y Cepsa-, ante la falta de competencia, imponen sus precios.

El fen¨®meno se repite en cada uno de los muestreos mensuales que el Ministerio de Industria efect¨²a sobre 5.600 de las 7.000 gasolineras existentes en Espa?a. El misterio del precio del gas¨®leo madrile?o se hace m¨¢s inextricable si se tiene en cuenta que Madrid est¨¢ por debajo de la media en el precio de los otros combustibles, como la gasolina sin plomo de 95 octanos y la s¨²per. Hay 10 comunidades donde ambas cuestan m¨¢s. El precio en Madrid est¨¢ 30 y 40 c¨¦ntimos, respectivamente, por debajo de la media espa?ola.Justo lo contrario ocurre con el gas¨®leo. El de Madrid es el m¨¢s caro de Espa?a. Una diferencia de 4,7 pesetas con respecto de la comunidad m¨¢s barata: Murcia. La m¨¢s cercana por coste medio, Baleares, se sit¨²a a 1,8 pesetas, a pesar de que el combustible debe ser transportado en barco desde las refiner¨ªas de la Pen¨ªnsula. Este fen¨®meno se traduce en que los madrile?os compran el litro de gas¨®leo a 3,2 pesetas por encima de la media estatal. Un hecho que induce a preguntarse por qu¨¦ en Madrid unos combustibles est¨¢n por debajo de la media (por ejemplo, la s¨²per) mientras que el gas¨®leo es r¨¦cord nacional.

El dinero que est¨¢ en juego no es balad¨ª. La diferencia de precio, de tres a cinco pesetas frente a otras comunidades, ha de multiplicarse por el m¨¢s de un mill¨®n de toneladas m¨¦tricas vendidas en 1998 en la regi¨®n. En otras palabras, en Madrid, llenar un dep¨®sito de 60 litros implica pagar 300 pesetas m¨¢s que en la provincia m¨¢s barata. Una diferencia equivalente al precio de tres litros.

Y esto no se produce en una provincia donde el consumo de este combustible sea escaso. Por el contrario, Madrid se halla a la cabeza de su consumo, con 619.818 toneladas m¨¦tricas vendidas hasta el pasado mes de junio, seguida por Barcelona, con 528.853 toneladas m¨¦tricas.

Mutuas acusaciones

Petroleros y gasolineros se acusan mutuamente de elevar artificialmente los precios en Madrid. Los gasolineros dicen que est¨¢ en muy pocas manos el grifo que vende el gas¨®leo. Las petroleras replican que faltan estaciones de servicio en Madrid para recibir y vender su combustible. Pero unos y otros coinciden en que los gastos log¨ªsticos s¨®lo explican una m¨ªnima parte de esa diferencia de hasta cinco pesetas."Hasta 2,5 pesetas de diferencia se pueden justificar. Porque responden al coste de trasladar el gas¨®leo hasta Madrid, y no es lo mismo tener una gasolinera en Madrid, donde los costes de alquiler, compra o seguridad son m¨¢s altos, que en otras zonas. Pero las otras 2,5 pesetas que cobramos extras son sencillamente porque nos lo imponen las petroleras. No es verdad que haya liberalizaci¨®n. Hay casi s¨®lo un ofertante, Repsol, que controla m¨¢s del 50% del mercado, y Cepsa, con el 20%. Y ellos fijan los precios. Ellos ya tienen su margen asegurado y les da igual subir el precio en la capital. En la periferia de Madrid puede costar el gas¨®leo 10 pesetas menos que en la capital. Esto muestra que no es cuesti¨®n de costes de transporte. Yo preferir¨ªa venderlo m¨¢s barato y vender m¨¢s cantidad". Es la explicaci¨®n que ofrece Antonio Onieva, directivo de la Asociaci¨®n Provincial de Estaciones de Servicio de Madrid.

"No deber¨ªan imponer los precios de venta. Si fueran libres, se desatar¨ªa una feroz competencia en Madrid que provocar¨ªa una guerra de precios y una bajada sustancial. Pero no puede ser. Dominan el mercado y tenemos que seguir su mandato", a?ade Onieva. Este directivo de la patronal gasolinera aporta un factor que, a su juicio, explica esta disparidad de cifras entre la costa, con su ¨¢rea de influencia, y Madrid, costes log¨ªsticos aparte. "En la costa hay muchos puntos de venta fuera de control de las petroleras. Son francotiradores que compran por su cuenta gas¨®leo, y lo venden a los camioneros. Eso abarata los precios. En Madrid no hay tal competencia", dice Onieva.

Faltan gasolineras

Repsol invierte los argumentos. "Hay varios factores que explican esta diferencia de precios. Uno es la lejan¨ªa de las refiner¨ªas. Otro es que Madrid es una de las capitales europeas con menor dotaci¨®n de gasolineras por su poblaci¨®n y parque automovil¨ªstico. El n¨²mero de gasolineras en Madrid es claramente escaso. Y hay una fuerte demanda. Todo esto dispara los precios". Este portavoz de Repsol explica que nunca pactan los precios y que s¨®lo los imponen donde son due?os, pero que, en general, s¨®lo sugieren. La portavoz de Cepsa declin¨® dar su versi¨®n.Un alto funcionario del Ministerio de Industria perfila este esquema: "En Madrid, el gas¨®leo es m¨¢s caro por su ubicaci¨®n en la Pen¨ªnsula, pero tambi¨¦n porque el n¨²mero de gasolineras es insuficiente. por una pol¨ªtica restrictiva del Ayuntamiento y porque hay una demanda, muy alta, que tira del precio. Y es una clientela muy especial. El madrile?o no viaja para encontrar un gas¨®leo m¨¢s barato. Reposta donde le es c¨®modo. No mira el precio. En otras zonas, el usuario, sobre todo el profesional del volante, se desplaza hasta donde halle gas¨®leo m¨¢s barato".