Un mill¨®n de personas se unen a la b¨²squeda de se?ales extraterrestres inteligentes
Los ordenadores personales de voluntarios de todo el mundo ayudan a rastrear el espacio
Si alguna vez se hace el descubrimiento m¨¢s impactante que cabe imaginar, la existencia de vida inteligente fuera de la Tierra, seguramente no ser¨¢ gracias a las grandes instituciones espaciales, sino tal vez al esfuerzo de cient¨ªficos cabezotas y a la generosidad de un mill¨®n de personas de unos 200 pa¨ªses que se han unido, cediendo sus ordenadores personales, a la b¨²squeda de un bip-bip-bip en el cielo que acabe con la aparente soledad c¨®smica de los terr¨ªcolas. Un equipo de radioastr¨®nomos de la Universidad Berkeley (EEUU) coordina la colaboraci¨®n internacional.
El esfuerzo colectivo se inscribe en el proyecto SETI (siglas en ingl¨¦s de B¨²squeda de Inteligencia Extraterrestre), que est¨¢ en marcha, a trompicones, desde hace 40 a?os gracias a decenas de grupos y equipos en varios pa¨ªses que trabajan con financiaci¨®n muy irregular.Abandonado por la NASA en 1993 y sin apoyo de otras agencias espaciales, el programa SETI, en concreto el grupo de Berkeley, recurri¨® en mayo de este a?o a una petici¨®n internacional de ayuda inform¨¢tica que ha recibido la respuesta millonaria.
?En qu¨¦ consiste la multitudinaria colaboraci¨®n? Sencillamente, en instalar un peque?o programa inform¨¢tico en el ordenador personal de cada uno para que procese datos que recibe, a trav¨¦s de Internet, del grupo SETI de Berkeley. "Es todo un fen¨®meno. Una persona pone en marcha el programa en su ordenador de la oficina y enseguida todos sus compa?eros lo est¨¢n haciendo", ha comentado David Anderson, director de esta nueva iniciativa del programa, denominada SETI@home y desarrollada en colaboraci¨®n con la Planetary Society que fundara Carl Sagan. Estos miles de ordenadores son el o¨ªdo de la b¨²squeda que procesa los registros, pero la gran oreja que escucha el cielo es el mayor radiotelescopio fijo del mundo, el de Arecibo (Puerto Rico). Con su antena de 300 metros de di¨¢metro, alojada en el cr¨¢ter de un volc¨¢n apagado, esta instalaci¨®n se utiliza para observaciones astron¨®micas normales. Los miembros de los grupos SETI, financiados con aportaciones privadas y trabajando en universidades, sobre todo de EEUU, lo utilizan como autoestopistas, es decir, gratis pero sin decidir el rumbo de la observaci¨®n.
Los cazadores de se?ales extraterrestres artificiales sencillamente rastrean en todos los registros astron¨®micos que se hacen en el telescopio de Arecibo, en busca de su particular trofeo. Hasta ahora no han tenido ¨¦xito, ni en ¨¦ste ni en otros teles-copios m¨¢s peque?os tambi¨¦n utilizados para SETI.
Potencial de c¨¢lculo
El problema es que la cantidad de datos brutos es descomunal para bucear en ellos con s¨®lo unos pocos ordenadores de los cient¨ªficos. Por ello se le ocurri¨® al grupo de Berkeley explotar la enorme potencia de c¨¢lculo dispersa en miles de ordenadores personales en todo el mundo, y surgi¨® la petici¨®n internacional de ayuda. Ellos hab¨ªan calculado recibir unas 200.000 respuestas, pero esa cifra se super¨® s¨®lo en la primera semana y ahora el equipo de SETI@home (formado por tres personas) intenta aumentar su capacidad para soportar tanto dato y tanto c¨¢lculo parcial.En empresas grandes y peque?as, en escuelas y en institutos, en laboratorios y en universidades, se han formado grupos para competir a ver qui¨¦n procesa m¨¢s datos de Arecibo en sus ordenadores. El an¨¢lisis lo hace autom¨¢ticamente un programa que es un salvapantallas, y los resultados se van enviando a Berkeley. Mientras, los voluntarios pueden ir viendo el progreso de la b¨²squeda en sus ordenadores personales.
"SETI@home es la mayor computaci¨®n distribuida que se ha hecho en el mundo. Hemos acumulado ya el equivalente a m¨¢s de 50.000 a?os de c¨®mputo", dice Dan Werthimer, de la universidad californiana. La computaci¨®n distribuida consiste en trocear una tarea de c¨¢lculo, asignar a cada ordenador una parte y luego recomponer los resultados obtenidos. Dado el ¨¦xito logrado ya con SETI, Anderson est¨¢ pensando en otros proyectos que se puedan beneficiar de esta t¨¦cnica.
Radiose?ales
Mientras tanto, la b¨²squeda de extraterrestres sigue. M¨¢s de sesenta programas SETI se han hecho en varios pa¨ªses desde que se lanz¨®, en 1959, la idea de buscar se?ales en el universo -sobre todo en nuestra galaxia- de alguna forma de vida tecnol¨®gicamente avanzada, capaz de emitir radiose?ales claramente diferentes de las emitidas por fen¨®menos naturales. Para ello, se dise?an estrategias de b¨²squeda en frecuencias apropiadas en funci¨®n de las capacidades de equipo en cada momento. La idea central de SETI es: "Con nuestra tecnolog¨ªa actual, tenemos la capacidad de descubrir evidencias de lugares en el cosmos donde la vida haya evolucionado y desarrollado hasta un nivel tecnol¨®gico por lo menos tan avanzado como el nuestro".Aunque no se ha visto ninguna se?al con las caracter¨ªsticas necesarias para ser considerada extraterrestre artificial, hubo unos d¨ªas de tensa emoci¨®n en 1977, cuando un observatorio de Ohio (EEUU) capt¨® la c¨¦lebre se?al Wow (la palabra que escribi¨® el astr¨®nomo en el margen del registro cuando lo vio), que nunca se repiti¨® ni pudo ser confirmada. Si ahora surgiera otro Wow, ser¨ªa una exclamaci¨®n coral de un mill¨®n de voces.
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