Seedorf se hace notar

No fue un Milan con may¨²sculas el que visit¨® el Bernab¨¦u, no lo fue por alineaci¨®n -sin Bierhoff, sin Weah, sin Maldini, sin Albertini...- y tampoco por actitud, pero el Madrid de ayer tiene motivos para sentirse feliz. Porque ciertamente lo hizo bien, a ratos muy bien. Por una vez, adem¨¢s, no vivi¨® en exclusiva de su descomunal pegada. De hecho, fall¨® muchas m¨¢s ocasiones de gol de las que materializ¨®. La desmotivaci¨®n del adversario influy¨® en la mejor¨ªa del Madrid, no cabe duda, pero tambi¨¦n la reuni¨®n en su propio centro del campo de futbolistas como Seedorf, Redondo y Guti. Tres tipos t¨¦cnicos, de buen toque, de criterio y de precisi¨®n en el pase. Tres centrocampistas, en suma. Al fin tres medios de una sola tacada en una alineaci¨®n de Toshack.El que m¨¢s luci¨® fue Seedorf, que se tom¨® la cita como algo personal. Por eso, aunque ubicado en la misma banda derecha de la que tantas otras veces reneg¨®, vivi¨® el partido con intensidad. Abus¨® de la conducci¨®n de la pelota, costumbre incorregible, pero en otros lances se asoci¨® magn¨ªficamente con sus compa?eros, les busc¨® con acierto en los desmarques, luch¨® y se mostr¨® fino e inteligente en los pases al hueco. Adem¨¢s marc¨® un gol, el 1-1, un c¨®modo tiro a placer tras un rechace como punto final a una jugada, eso s¨ª grande, inventada en su origen por ¨¦l. Seedorf, qui¨¦n sabe si en su ¨²ltima aparici¨®n por el Bernab¨¦u con la camiseta blanca, recibi¨® el cari?o de la hinchada. La misma afici¨®n que el curso pasado le recriminaba por todo, ahora, perpleja ante su pulso con Toshack, se ha puesto de su parte.

No s¨®lo Seedorf contribuy¨® a pintar los minutos de buen juego del Madrid. Tambi¨¦n Anelka, por mucho que realmente pase muy lejos de sus mejores d¨ªas. Estuvo horroroso en el remate, en los mano a mano con el portero, pero portentoso en algunos movimientos. Se perfila bien, tiene fortaleza para resistir las embestidas de los defensas y potencia para dejarlos atr¨¢s. Gust¨® Anelka, en suma, pero de nuevo no tanto como Morientes, una m¨¢quina dentro del ¨¢rea. Esta vez no tuvo el gol de cara -tir¨® un bal¨®n al palo y malogr¨® otra ocasi¨®n clara-, pero ayud¨® a la causa con dos asistencias sensacionales. Por lo dem¨¢s, ya en la segunda parte, Savio volvi¨® a reclamar un sitio en el equipo y Mc Manaman le insinu¨® al p¨²blico que tal vez convenga tenerle paciencia.

No debe tirar cohetes el Madrid por su goleada, pero s¨ª sentirse contento. Jug¨® mejor que de costumbre, aunque ayudado por el pasotismo que cal¨® en el rival a la media hora de juego, y adem¨¢s se quit¨® simb¨®licamente de encima el s¨ªndrome Milan.