Cumbre en peligro

LOS PRESIDENTES de Chile, Eduardo Frei, y Argentina, Carlos Menem, han anunciado que boicotear¨¢n la IX Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno del pr¨®ximo mes de noviembre en La Habana, en protesta por lo que consideran agravios contra sus intereses. En particular, el escaso eco de la reivindicaci¨®n argentina de la soberan¨ªa sobre las islas Malvinas y el proceso contra el general Augusto Pinochet iniciado a instancias del juez Baltasar Garz¨®n en Espa?a. Argentina y Chile, hist¨®ricamente enfrentadas entre s¨ª, se declaran decididas a establecer una alianza para defender posiciones comunes en esos litigios en relaci¨®n con Espa?a y el Reino Unido. Las autoridades chilenas manifiestan as¨ª su resentimiento contra la postura del Gobierno brit¨¢nico en el caso Pinochet, y las argentinas, su solidaridad con Santiago en dicho caso, que tambi¨¦n les afecta directamente porque existen diversas causas en Espa?a contra militares argentinos por supuestos delitos de genocidio, torturas y terrorismo.Ser¨ªa realmente lamentable que la cada vez m¨¢s s¨®lidamente institucionalizada Cumbre Iberoamericana, que tanto ha avanzado en la defensa com¨²n de criterios sobre ayuda al desarrollo, acci¨®n pol¨ªtica conjunta y cooperaci¨®n econ¨®mica, no sobreviviera a estos conflictos. Porque, aun comprendiendo las presiones a que pudieran verse sometidos los Gobiernos de estos pa¨ªses del Cono Sur por sectores sociales importantes, las cumbres est¨¢n precisamente concebidas para buscar puntos en com¨²n. Querer romper la baraja y recurrir al boicoteo ante las primeras diferencias no parece una actitud de gran madurez pol¨ªtica.

Los intentos de presentar las ¨®rdenes de detenci¨®n y los procesamientos contra presuntos criminales de guerra como una reactivaci¨®n de tendencias colonialistas son absurdos. Cuando el Tribunal Internacional Penal est¨¦ en pleno funcionamiento, los vac¨ªos legales y las confusiones de este estadio intermedio habr¨¢n quedado resueltos. Pero Santiago y Buenos Aires deben comprender que con boicoteos a la Cumbre Iberoamericana ya no pueden defender conceptos soberanistas en materia de derechos humanos: es anacr¨®nico, ataca la sensibilidad de la opini¨®n p¨²blica mayoritaria en las democracias y contradice las corrientes generales en el desarrollo jur¨ªdico. Otro tanto se puede decir de Argentina. La defensa de la soberan¨ªa sobre las Malvinas no puede tener mejor escenario que precisamente la Cumbre Iberoamericana. La normalizaci¨®n de relaciones entre Londres y Buenos Aires, en la que tanto se hab¨ªa avanzado, debiera ser el mejor camino para la resoluci¨®n de un litigio territorial en el que Argentina sabe que cuenta con el apoyo mayoritario, cuando no un¨¢nime, de la Cumbre Iberoamericana.

La cumbre de La Habana sin dos grandes pa¨ªses como Argentina y Chile ser¨ªa una reuni¨®n devaluada que quiz¨¢ incitara a m¨¢s deserciones y causar¨ªa un da?o quiz¨¢ irreparable a la cooperaci¨®n multilateral iberoamericana, que tantos intereses comunes puede defender con ¨¦xito. Por eso, si es muy saludable que los dos pa¨ªses del Cono Sur intensifiquen su cooperaci¨®n y estrechen sus antes dif¨ªciles relaciones, ser¨ªa lamentable que lo hicieran a costa de las relaciones multilaterales del continente. Hay que esperar que los dem¨¢s participantes, especialmente Espa?a, y tambi¨¦n Cuba como pa¨ªs anfitri¨®n, concentren sus esfuerzos en convencer a Frei y a Menem para que rectifiquen.