El Congreso venezolano insiste en discutir hoy su futuro, pese al veto de la Constituyente
ENVIADO ESPECIALEl revolucionario proceso de cambios acometido en Venezuela por su presidente, Hugo Ch¨¢vez, entr¨® en una fase de fuertes turbulencias al romperse la precaria cohabitaci¨®n entre los nuevos y los viejos poderes. El Congreso, pr¨¢cticamente intervenido la noche del mi¨¦rcoles por la Asamblea Constituyente, nacida de las elecciones del pasado 25de julio con la misi¨®n de redactar una nueva Carta Magna, mantuvo su convocatoria a sesiones para hoy con un asunto de fondo: abordar lo que consideran una usurpaci¨®n de funciones por la Asamblea.
La confrontaci¨®n de poderes era ayer inevitable sobre el terreno, y probablemente se acompa?e de disturbios, pues los constituyentes prohibieron la reuni¨®n de los congresistas y es de esperar la irrupci¨®n en escena de las turbas que habitualmente secundan a gritos las aceleradas reformas del Estado y el vaciamiento de contenido de los actuales poderes p¨²blicos emprendido por la Constituyente.La Asamblea y el Congreso, elegido en noviembre del pasado a?o, un mes antes del arrollador triunfo electoral de Ch¨¢vez en las presidenciales, entraron en colisi¨®n la noche del martes. Ese d¨ªa, dirigentes del conservador Proyecto Venezuela, de Acci¨®n Democr¨¢tica (AD), socialdem¨®crata, y de Copei, democristiano, mayor¨ªa en el Parlamento a extinguir, acordaron sublevarse contra la Constituyente, que decret¨® su cierre t¨¦cnico al aprobar un proyecto que reduce al m¨ªnimo sus funciones. Repentinamente, cuando diputados y senadores parec¨ªan haber aceptado unas vacaciones hasta octubre, y, concluido el receso veraniego, su definitivo ajusticiamiento institucional, reclaman ahora haber sido vejados y amenazan con reclamaciones ante organismos internacionales.
"Est¨¢n disolviendo el Congreso y dej¨¢ndolo virtualmente en calzoncillos, pero dicen que est¨¢ all¨ª, que la Comisi¨®n Delegada puede legislar", protest¨® con sarcasmo el constituyente de oposici¨®n Jorge Olavarr¨ªa durante la discusi¨®n del decreto de emergencia legislativa. "?D¨¦jenlo morir en paz, no se ensa?en con ¨¦l. Quieren regalarle una vida miserable con una Comisi¨®n Delegada que, entre otros atributos, tiene el de participar de alg¨²n traslado de restos al Pante¨®n Nacional!", agregaba Alberto Franceschi, constituyente de Proyecto Venezuela. "?Es un golpe de Estado que Ch¨¢vez le impone a la democracia a trav¨¦s de su brazo pol¨ªtico!", denunci¨® en la calle C¨¦sar P¨¦rez Rivas, jefe de la bancada de Copei en el Congreso.
La respuesta de los constituyente leales a Ch¨¢vez lleg¨® en andanada. "Aqu¨ª, el golpe de Estado es el hambre del pueblo, el golpe de Estado es la salud del pueblo, el golpe de Estado es la corrupci¨®n", replic¨® el tribuno Hermann Escarr¨¢, presidente de la Comisi¨®n Constitucional de la Soberan¨ªsima, como Ch¨¢vez llama a la Constituyente. Los dem¨¢s oradores vinieron a calificar de alevosa la iniciativa del Congreso porque, en su criterio, es consecuencia de la maquinaci¨®n, trata de crear una mala imagen del nuevo proceso en el exterior con falsedades, y contraviene el compromiso de pac¨ªfica coexistencia de poderes.
La crisis viene causada por un asunto no resuelto pese a su env¨ªo a la consideraci¨®n del descalabrado Supremo, en una de cuyas salas duerme el sue?o de los justos: el car¨¢cter originario o no de los nuevos trabajos constituyentes. La Asamblea, controlada por la coalici¨®n gubernamental, que ocupa 120 de sus 131 esca?os, asumi¨® en el art¨ªculo primero del reglamento de funcionamiento su car¨¢cter originario, entendido como la capacidad de aqu¨¦lla de reformar y sustituir a los poderes del Estado y paralelamente redactar la nueva Carta Magna. El Congreso admite la facultad de la Asamblea para redactar un texto fundamental originario, partiendo desde cero, y no admite que pueda suplantar a los poderes p¨²blicos constituidos ni atentar contra el articulado de la Constituci¨®n de 1961, moribunda pero vigente.
Arist¨®bulo Isturiz, vicepresidente de la Asamblea, pidi¨® a los congresistas que no se aventuren demasiado hoy, que no mantengan la convocatoria a sesiones porque "el soberano", el pueblo, puede cerrarles el paso. "Que ni siquiera lo intenten [reunirse]. Y no es una amenaza", avis¨® en el pleno que acord¨® suspender las sesiones del Congreso. Grupos callejeros tocados con las boinas rojas chavistas protagonizaron frecuentes algaradas junto al Congreso en exigencia de su disoluci¨®n, y las invectivas contra sus inquilinos son directas. "?Ah¨ª se esconde la cuerda [grupo] de sinverg¨¹enzas y corruptos que han robado al pa¨ªs durante cuarenta a?os", es la reflexi¨®n dominante. Los parlamentarios de los apaleados partidos tradicionales, a quienes la dimisionaria presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Cecilia Sosa, hab¨ªa llamado traidores d¨ªas atr¨¢s por no haber sabido defender el Congreso cuando fue sometido por la Asamblea, mantienen la convocatoria aunque conocen que encontrar¨¢n cerradas las puertas principales del Palacio Legislativo. "Entraremos, aunque sea por una puerta lateral, y celebraremos las sesiones en el patio", dijeron. Vivas no descart¨® una interrupci¨®n forzosa de sus intenciones. "Si esas sesiones no se concretan, ser¨¢ s¨®lo por el uso de la fuerza bruta de que dispone el Gobierno".
[Estados Unidos, el mayor comprador de petr¨®leo venezolano, expres¨® ayer preocupaci¨®n ante la amenaza que se cierne sobre la democracia venezolana como resultado de las medidas adoptadas contra el Congreso por la Constituyente, informa Efe.]
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