Las paradojas de la liberalizaci¨®n

A finales de 1997, gasolineros y transportistas consiguieron enfrentar a los Ministerios de Industria y Fomento en su pugna por la liberalizaci¨®n de la distribuci¨®n del gas¨®leo. Este oto?o va a ser el de Econom¨ªa y Hacienda quien tenga que bregar con uno de los sectores mimados por el departamento de Josep Piqu¨¦ para tratar de evitar que se desboquen los precios por parte de los sectores afectados por la subida de los combustibles, casi todos, al repercutir el incremento.La realidad es as¨ª de tozuda. El precio del barril de crudo ha pasado en poco tiempo de 9 a 20 d¨®lares, y si es cierto, como se?alan las compa?¨ªas petroleras, que ellas han repercutido en el precio final menos de lo que correspond¨ªa, va a resultar dif¨ªcil exigirles una mayor reducci¨®n de sus resultados, a no ser que se les conceda el dudoso t¨ªtulo honor¨ªfico de subvencionadores de la inflaci¨®n nacional.

Por otro lado, Econom¨ªa se ha apresurado a se?alar que no entra en sus planes una reducci¨®n de los impuestos indirectos, como el de la gasolina, en un momento de expansi¨®n y crecimiento de la demanda interna, teniendo en cuenta que este ejercicio presupuestario ya lleva una rebaja del impuesto sobre la renta.

El rebote inflacionario parece servido. O se aplican medidas, como el pasado mes de abril, recortando manu militari el precio del gas natural y estrechando el margen comercial de la distribuidora del butano con una repercusi¨®n del 2% en el resultado operativo del grupo Repsol, o se decide finalmente coger el toro por los cuernos para establecer un verdadero r¨¦gimen de libre competencia sin ¨¢reas geogr¨¢ficas ni segmentos cautivos.

A la espera del reglamento que desarrolle la Ley de Hidrocarburos, son muchas las circunstancias que auguran un oto?o caliente, al menos en los colectivos vinculados directamente con los costes energ¨¦ticos.

Con motivo de la fusi¨®n del Banco Santander y el Central Hispano, el Gobierno parece que ha tomado conciencia de la excesiva presencia de algunas entidades financieras en el sector energ¨¦tico, lo que no resulta muy conveniente para la libre competencia. La Caixa es, probablemente, el mejor ejemplo, al contar con una participaci¨®n significativa en empresas como Repsol, Gas Natural, Endesa e Hidrocant¨¢brico.