Londres tambi¨¦n recuerda a Goethe
Tras su fachada aparentemente popularista, los Proms londinenses son un festival en el que, casi a diario, se encuentran propuestas exigentes e inusuales. El pasado s¨¢bado, la efem¨¦ride del 250? aniversario del nacimiento de Goethe no pod¨ªa pasar inadvertida y se ha conmemorado de la manera m¨¢s inteligente posible. De entre las numerosas opciones, Escenas de Fausto, de Robert Schumann, es, sin duda, la obra de grandes dimensiones m¨¢s fiel al esp¨ªritu del Fausto del escritor alem¨¢n, y una de las pocas que realzan su condici¨®n de texto literario, dram¨¢tico y filos¨®fico. Como para muchos de sus contempor¨¢neos, Fausto fue una obsesi¨®n para Robert Schumann, que luch¨® con denuedo en varias fases de su vida para conseguir una plasmaci¨®n musical satisfactoria del drama de Goethe. Sus m¨¢s de 12.000 versos (quiz¨¢ los m¨¢s perfectos de la literatura alemana) o la enorme complejidad de su contenido son, sin embargo, un obst¨¢culo casi infranqueable. Desechada la idea de escribir una ¨®pera, Schumann opt¨® por poner m¨²sica a varias escenas significativas, entre ellas, por supuesto, la muerte y transfiguraci¨®n final del protagonista. Aunque tachada de fallida e inconexa, Escenas de Fausto es, quiz¨¢, la obra que m¨¢s se acerca a ese ideal mozartiano que dese¨® el propio Goethe para su drama ("la m¨²sica deber¨ªa ser a la manera de Don Giovanni", le confes¨® a Eckermann).
Ant¨ªdoto
John Eliot Gardiner plantea tambi¨¦n su visi¨®n de esta obra como una m¨²sica iluminada permanentemente por el texto, que no viceversa. Son los versos de Goethe los que marcan la pauta, servidos e incluso explicados admirablemente por el talento de Schumann para entender y acercarnos su significado ¨²ltimo. Hace a?os, confes¨® Gardiner que cre¨® su Orchestre R¨¦volutionnaire et Romantique como un ant¨ªdoto contra la sonoridad monocroma de las orquestas actuales. Con su colocaci¨®n antifonal de los violines o los instrumentos de metal y su b¨²squeda de combinaciones t¨ªmbricas imposibles de recrear con formaciones convencionales, el director ingl¨¦s ha conseguido con creces su objetivo.Con una orquesta as¨ª, las voces no tienen tampoco que luchar para hacerse o¨ªr, y el coro puede cantar con naturalidad un texto que resulta cercano y comprensible en todo momento. Dietrich Henschel compuso un Fausto l¨ªrico, casi fr¨¢gil, mientras que la Margarita de Hillevi Martinpelto qued¨® un poco m¨¢s desdibujada, al contrario que el Mefist¨®feles lleno de intenci¨®n de Mark Beesley. La sorpresa vocal de la noche fue la joven soprano sueca Miah Persson, extraordinaria en todas sus intervenciones. Los grandes triunfadores de la velada fueron, no obstante, los versos del propio Goethe, cuya figura est¨¢ siendo tambi¨¦n recordada estos d¨ªas profusamente en la BBC, la emisora que organiza los Proms, en un ejemplo mod¨¦lico de c¨®mo puede facilitarse el acceso a la alta cultura.
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