La nueva generaci¨®n ¨¢rabe
La desaparici¨®n de dos importantes dirigentes ¨¢rabes a lo largo de este a?o, los monarcas Hussein de Jordania y Hassan II de Marruecos, y la avanzada edad de muchos otros ha planteado la cuesti¨®n del relevo generacional en un mundo ¨¢rabe cuyas ¨¦lites gobernantes apenas han practicado la alternancia desde la construcci¨®n del Estado-naci¨®n. Pero este cambio generacional en la jerarqu¨ªa pol¨ªtica, introducido por los j¨®venes herederos, se enfrenta a la necesidad de reconciliarse con el profundo cambio generacional que est¨¢n experimentando las sociedades ¨¢rabes en los ¨²ltimos a?os, representado por nuevos y relevantes actores: los j¨®venes, sobre todo urbanos, en su mayor¨ªa enajenados con el sistema.Fruto de la articulaci¨®n del crecimiento demogr¨¢fico y urbano, la poblaci¨®n considerada dentro de la categor¨ªa social "joven" (por debajo de los 25 a?os) supone m¨¢s del 65% de la poblaci¨®n total de los pa¨ªses ¨¢rabes. Se trata, pues, de una generaci¨®n que ha crecido aceleradamente a la sombra del Estado desarrollista y protector de los a?os sesenta y setenta, que se ha visto afectada directamente por la crisis socioecon¨®mica y pol¨ªtica derivada de este modelo en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, y que hoy d¨ªa se enfrenta al problema de su integraci¨®n en la sociedad.
Para la generaci¨®n actual, las posibilidades de desarrollo han disminuido de forma dram¨¢tica y, a pesar de las considerables inversiones que se han realizado para asegurarle un futuro mejor, las grandes expectativas generadas por la descolonizaci¨®n han sido escasamente satisfechas, sobre todo en lo que concierne a las esperanzas de ascenso socioecon¨®mico que aliment¨® en ellos su acceso masivo a la educaci¨®n. Por el contrario, los ajustes estructurales de la ineludible liberalizaci¨®n econ¨®mica han incrementado el desempleo, que, adem¨¢s, se ha vuelto discriminador, afectando m¨¢s a las mujeres que a los hombres, a los j¨®venes que a los adultos y, notablemente, a los licenciados universitarios.
Las cifras son elocuentes: el 57% de la poblaci¨®n ¨¢rabe en paro hoy d¨ªa tiene un nivel de educaci¨®n secundario o superior; en Marruecos, el 33% de los desempleados son j¨®venes licenciados o diplomados, mientras que la tasa de desempleo de los j¨®venes marroqu¨ªes alcanza casi el doble de la del conjunto de los activos; en Argelia, el 90% de los parados tienen menos de 30 a?os, aumentando una media anual del 8% en medio urbano; en Jordania, la tasa de desempleo alcanza al 20% de la poblaci¨®n activa, porcentaje que afecta de lleno a universitarios y diplomados...
En la actualidad se puede afirmar, pues, que el problema del desempleo de los j¨®venes ¨¢rabes es impresionante y que la nueva generaci¨®n de parados es hoy el sector social m¨¢s excluido del sistema, en un momento en que su peso en la sociedad alcanza dimensiones que nunca antes hab¨ªa tenido.
Unido a esto, el largo periodo de paro al que se ven sometidos acrecienta la tensi¨®n y su participaci¨®n masiva en manifestaciones y revueltas estudiantiles; asimismo ha tra¨ªdo consigo su marcada resistencia a la militancia en los partidos tradicionales. Seg¨²n manifiestan las encuestas sociol¨®gicas realizadas, en general experimentan una gran insatisfacci¨®n con respecto a su vida, se identifican escasamente con el discurso pol¨ªtico y con el comportamiento de sus mayores, y se sienten decepcionados ante la sociedad a la que pertenecen porque no suscita en ellos sentimientos de identificaci¨®n suficientes.
De hecho, ante esta situaci¨®n, los j¨®venes optan bien por la deserci¨®n, tratando de huir de la situaci¨®n mediante la emigraci¨®n a Europa o a los pa¨ªses ricos de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga, bien por la sumisi¨®n, a la espera de encontrar una v¨ªa que les permita beneficiarse del sistema, o bien por la alienaci¨®n, rechazando el sistema establecido y, muchos de ellos, buscando nuevos actores y marcos ideol¨®gicos que les representen.
Asimismo, las encuestas realizadas en Jordania, Egipto, L¨ªbano y Palestina en los ¨²ltimos a?os por el Market Research Organisation de Amm¨¢n y el Center for Palestine Research and Studies de Nabl¨²s muestran elevados niveles de "enajenaci¨®n" de los j¨®venes entrevistados con respecto al statu quo del actual sistema pol¨ªtico y econ¨®mico. Unido a esto, de dichos estudios se desprende que los niveles m¨¢s altos de alienaci¨®n con respecto al sistema est¨¢n asociados a j¨®venes instruidos y con estudios universitarios; y que los niveles m¨¢s altos de alienaci¨®n se corresponden con los niveles m¨¢s altos de apoyo a la tendencia islamista; sin embargo, casi no existe una asociaci¨®n directa entre alienaci¨®n y religiosidad personal. Lo cual viene a confirmar que no es por una ola expansiva de puritanismo religioso por lo que los partidos islamistas obtienen apoyos sociales, sino por razones sociol¨®gicas derivadas de su condici¨®n de oposici¨®n con capacidad de alternancia frente al statu quo del sistema.
Y es que los gobernantes, anta?o plebiscitados como "padres de la patria" por su conquista de la independencia colonial, han acabado constituyendo una "vieja guardia" que bloquea el acceso a la res p¨²blica a esta nueva generaci¨®n. As¨ª, en el espacio p¨²blico ¨¢rabe se da un conflicto generacional en el sentido de que la pol¨ªtica est¨¢ dominada por la generaci¨®n precedente; por esa generaci¨®n que adquiri¨® poder y prestigio por su liderazgo nacionalista y que cre¨® las bases de los nuevos Estados-naci¨®n poscoloniales, pero que hoy d¨ªa se ve confrontada a la falta de cauces pol¨ªticos, sociales y econ¨®micos que integren a una nueva generaci¨®n de j¨®venes atra¨ªdos por modelos pol¨ªticos y sociales alternativos, en los que la autoafirmaci¨®n isl¨¢mica desempe?a un papel clave, reflejo de una evoluci¨®n cultural que les lleva a la revalorizaci¨®n de "lo propio" y la negaci¨®n de "lo importado". Y esto, como consecuencia de una doble vivencia: la de la dif¨ªcil relaci¨®n experimentada a lo largo de este siglo con el Otro, Occidente, y la de la relaci¨®n consigo mismos y su necesidad de promover una realidad propia, dados los escasos ¨¦xitos obtenidos con los modelos importados. Estos j¨®venes necesitan sentir que la modernidad y la democracia no son obra del Otro (herencia del mundo occidental o concesi¨®n paternalista de la ¨¦lite gobernante), sino que la construyen ellos desde sus categor¨ªas culturales y pol¨ªticas.
Es por todo esto que el verdadero relevo generacional de los nuevos gobernantes que est¨¢n actualmente heredando el poder consiste en superar la ruptura del consenso entre poder y sociedad que ha tra¨ªdo consigo el actual conflicto generacional. Lo cual no se logra con la sola llegada de un nuevo gobernante, si ¨¦ste no encuentra el camino de la transici¨®n democr¨¢tica y crea las condiciones para que ¨¦sta sea percibida como parte de la identidad colectiva musulmana.
En Jordania, y sobre todo en Marruecos, se han dado importantes pasos en el ¨¢mbito de la liberalizaci¨®n pol¨ªtica, y en este sentido las expectativas son considerables, pero en el resto de la regi¨®n ¨¢rabe m¨¢s bien parece prevalecer la coerci¨®n y la cada vez mayor dependencia de apoyos externos -econ¨®micos y de seguridad- como medio para contener la inmensa presi¨®n que padecen esas sociedades del sur mediterr¨¢neo, lo cual no augura buenos tiempos ni para la democracia ni para los j¨®venes.
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