'Hiper' planetario

LA FUSI?N de los gigantes comerciales franceses Carrefour y Promod¨¨s crear¨¢ el primer gran grupo europeo de productos de gran consumo y el segundo mundial. Las cifras son escalofriantes: una cifra de negocios conjunta de casi nueve billones de pesetas, una capitalizaci¨®n burs¨¢til de unos 7,5 billones y unos beneficios unidos de 150.000 millones de pesetas. La decisi¨®n de ambas empresas es una demostraci¨®n elocuente de que el m¨¦todo preferido a finales de este siglo para ganar mercados y enfrentarse a los problemas de un mercado global son las fusiones y concentraciones de empresas.Las operaciones de fusi¨®n limitan la competencia y anulan los efectos de las liberalizaciones de los mercados. Tienen otros efectos perniciosos y uno de ellos es que, cuando, como en el caso de Carrefour y Promod¨¨s, se producen en grupos de un mismo pa¨ªs, pueden interpretarse como reacciones defensivas para proteger el mercado nacional. Por ¨¦sta y otras razones, en Europa deben someterse al dictamen de la Comisi¨®n Europea, que suele imponer condiciones para limitar sus efectos indeseables del deterioro de la pluralidad en el mercado. Esta megafusi¨®n tendr¨¢ efectos intensos en Europa.

Por ejemplo, en Espa?a. Carrefour es propietario de la cadena Pryca, y Promod¨¨s, de Continente. Ambos hipermercados contar¨¢n, cuando la fusi¨®n concluya, y si la Comisi¨®n la aprueba, con el 24% de la superficie total que se dedica en Espa?a a hipermercados y productos de gran consumo. Es una concentraci¨®n peligrosa, porque concede gran poder a las empresas no s¨®lo frente al consumidor -el factor m¨¢s importante del mercado-, sino frente a los proveedores y suministradores de las grandes superficies. Ser¨ªa deseable que el Gobierno espa?ol analizara las consecuencias de la fusi¨®n y transmitiera sus opiniones a la Comisi¨®n, como una informaci¨®n m¨¢s que debe ser tenida en cuenta; y que revisara la legislaci¨®n espa?ola para aumentar la protecci¨®n de los suministradores en lo que respecta a periodos de cobro. El tercer paso para establecer un equilibrio que favorezca al consumidor deber¨ªa ser la liberalizaci¨®n de los horarios comerciales; pero ¨¦sa es otra historia.