"Aznar se ha buscado un verano amargo por no subir las pensiones m¨ªnimas"
Pregunta. Su iniciativa de subir las pensiones no contributivas y asistenciales ?le ha amargado el verano al presidente Aznar?Respuesta. ?l se ha buscado este verano amargo por no subir las pensiones. Le falt¨® sensibilidad para adoptar una medida de justicia social y solidaridad hacia los pensionistas. Si en vez de entrar en un debate absurdo con la Junta, hubiera entendido que en un a?o de bonanza econ¨®mica, en el que las grandes empresas han obtenido grandes beneficios e incluso los trabajadores han incrementado sus salarios por encima de la inflaci¨®n, los que menos tienen, los pensionistas, necesitaban tambi¨¦n un incremento de su capacidad adquisitiva, se hubiera evitado esa amargura.
P. ?Qu¨¦ tiene que hacer Aznar
R. Rectificar, convocar el Pacto de Toledo e incluir una partida en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), con el acuerdo de sindicatos y partidos pol¨ªticos, que evite que las comunidades aut¨®nomas tengamos que asumir la responsabilidad de incrementar esas pensiones por encima del IPC.
P. Hoy mismo [por ayer], el presidente Jordi Pujol aprueba una paga extra a los pensionistas a s¨®lo 48 d¨ªas de las elecciones catalanas. ?Eso es electoralismo?
R. Tiene algo de electoralista. Una medida que se adopta a un mes y medio de las elecciones es evidente que est¨¢ sujeta a la acusaci¨®n de electoralista. Pero esa acusaci¨®n no puede ocultar el problema de fondo: los pensionistas quieren un incremento en un a?o de bonanza.
P. ?Usted tambi¨¦n hizo electoralismo?
R. No se puede trasladar esa acusaci¨®n a la Junta, que adopt¨® esa medida en diciembre de 1998, cuando no estaban convocadas las elecciones auton¨®micas, y siguen sin estarlo. P. Si el Gobierno no recoge esa subida en los PGE, ?volver¨¢ a subir las pensiones este a?o? R. S¨ª. Lo tengo claro.
P. ?En qu¨¦ cantidad?
R. El doble de la inflaci¨®n prevista. Igual que en 1998, y nadie nos podr¨¢ acusar de electoralismo. Es inconcebible lo que dice el Gobierno: que cuando se sube una pensi¨®n de 38.000 pesetas por encima del IPC se rompe la cohesi¨®n del Estado. Eso es bastante fuerte, es una pasada.
P. Ma?ana [por hoy] se re¨²ne el Gobierno con los sindicatos.
R. No le veo ning¨²n sentido a la reuni¨®n, si no tiene como objetivo incrementar las pensiones y que se refleje en los PGE. El Pacto defraudar¨¢ las expectativas generadas entre los pensionistas.
P. ?Mantiene su idea de reunirse con los presidentes auton¨®micos?
R. Si el Gobierno no toma la iniciativa, s¨ª. Los presidentes deber¨ªamos ponernos de acuerdo en una subida com¨²n y homog¨¦nea.
P. La respuesta por parte del PP ha sido rechazar su convocatoria...
R. Que cada uno asuma su responsabilidad. No puedo garantizar que todos los presidentes acudan a esa reuni¨®n, pero lo voy a intentar.
P. Por subir las pensiones, a usted le han dicho desde el PP de casi todo: s¨¢trapa, gamberro institucional, demagogo... ?Por qu¨¦? R. La pol¨¦mica surge porque quien toma la decisi¨®n de subir las pensiones es el presidente socialista de Andaluc¨ªa. Si hubiera sido otro presidente, del PP, o de otra comunidad, seguro que la reacci¨®n del Gobierno, desmesurada y sectaria, no habr¨ªa tenido lugar.
P. El Gobierno recurri¨® la subida al Tribunal Constitucional (TC), que sentenci¨® en julio que la Junta tiene competencias para realizar esa subida, y que adem¨¢s no se rompe la caja ¨²nica. ?Por qu¨¦ sigue empecinado entonces el Gobierno?
R. La subida de las pensiones m¨ªnimas se ha convertido en un tema de debate nacional. Por tanto, al Gobierno no le queda m¨¢s remedio que rectificar, pero acude a argumentos que ya han sido rechazados por el Tribunal Constitucional. En un pa¨ªs donde el Gobierno permite que las comunidades tengan capacidad normativa para establecer deducciones e IRPF distintos, o que haya salarios distintos para los funcionarios, hablar de que la cohesi¨®n territorial del Estado se rompa porque se suban pensiones de 38.000 pesetas es inconcebible.
P. Un ayuntamiento canario ha anunciado su propia subida de pensiones.
R. Cada uno tiene el derecho de subir las pensiones sobre las que tiene competencia, si no lo hace el Gobierno de la naci¨®n. Al final, todo se reduce a las prioridades que uno pueda establecer dentro de su propio presupuesto.
P. ?Ese reparto de fondos p¨²blicos es, entre otras cosas, lo que puede diferenciar a la izquierda de la derecha?
R. Hay dos elementos en las estrategias de los partidos: las medidas para asegurar un crecimiento econ¨®mico, y en Europa hoy es muy dif¨ªcil distinguir en ese terreno una pol¨ªtica de derechas de una de izquierdas; donde s¨ª se diferencian es en la redistribuci¨®n de los recursos: si benefician a unos pocos o al conjunto de la sociedad.
P. Usted ha subido las pensiones m¨¢s bajas porque las quiere igualar al salario m¨ªnimo. El presidente Pujol, porque dice que la inflaci¨®n en Catalu?a ha crecido 2,5% puntos m¨¢s que la media nacional en los ¨²ltimos siete a?os. ?Son comparables los argumentos?
R. Pujol ha querido evitar la acusaci¨®n de que nos copia y de que nosotros nos hemos adelantado. Pero su argumento es peligroso, porque ahora se le pueden echar encima y reclamar esa subida los funcionarios de la propia Generalitat, por ejemplo.
P. Otro tema candente este verano: la financiaci¨®n auton¨®mica. El PP se est¨¢ gastando, en publicidad pagada en los peri¨®dicos, un dineral pare decir que Andaluc¨ªa ha perdido 26.140 millones por no aceptar su sistema.
R. Cuando se gastan muchos millones para hacer una campa?a, quiere decir que los argumentos no convencen. El actual sistema de financiaci¨®n no sirve. Es insolidario y nos perjudica. Con el no reconocimiento del censo por parte del Gobierno de Aznar, nos dejan de dar 40.000 millones de pesetas al a?o.
P. Por ¨²ltimo: usted naci¨® en Ceuta, por lo que sentir¨¢ en sus carnes los problemas de esa ciudad y de Melilla.
R. Yo tengo tambi¨¦n el problema GIL en La L¨ªnea de la Concepci¨®n y en Marbella. Pero lo de Ceuta y Melilla es uno de los episodios m¨¢s tristes en la historia democr¨¢tica de los partidos pol¨ªticos. El PP y el PSOE tenemos que asumir que la historia de nuestros partidos en esas ciudades est¨¢ llena de escisiones, de transfuguismo y de incapacidad para vertebrar, asumir y representar los intereses de la poblaci¨®n musulmana en esas ciudades.
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