El ?rtico est¨¢ envenenado
La sobrecarga de sustancias nocivas en esquimales de Canad¨¢ es s¨®lo superada por las v¨ªctimas de cat¨¢strofes qu¨ªmicas
El ?rtico, aparentemente virgen, se ha convertido en un vertedero de sustancias nocivas. De su mantenimiento se ocupa la industria qu¨ªmica, que no para de poner en circulaci¨®n nuevos venenos perjudiciales para el medio ambiente. El bi¨®logo Andrew Derocher caz¨® dos oseznos en 1966 para reunir datos sobre la poblaci¨®n de osos polares de Spitzenbergen. Quer¨ªa determinar el sexo de los j¨®venes animales de manera rutinaria. No era un problema trivial, porque en realidad ambos parec¨ªan ser hembras, pero mostraban una curiosa malformaci¨®n: un peque?o ap¨¦ndice sexual masculino demasiado peque?o.
Las dos osas doblemente dotadas no eran las ¨²nicas de su clase. El 1,5% de las osas polares del grupo de islas ¨¢rticas son hermafroditas, un ¨ªndice que est¨¢ muy por encima de la aparici¨®n natural de un sexo doble. "Se trata de un fen¨®meno", dice Derocher, "que no se hab¨ªa observado antes en los osos polares".
Los investigadores no han logrado aclarar todav¨ªa de forma definitiva la causa de esta anormalidad, pero hay algo seguro: los osos polares tienen en el cuerpo enormes cantidades de venenos nocivos para el medio ambiente: entre otros, bifenilos policlorados (BPC) y diversos pesticidas. Se sospecha que estas sustancias da?an el sistema de inmunidad, producen c¨¢ncer o dificultan la reproducci¨®n.
M¨¢s y m¨¢s estudios demuestran hasta qu¨¦ punto tambi¨¦n otros habitantes del ?rtico est¨¢n cargados de sustancias nocivas:
- Investigadores noruegos estudiaron a las gaviotas polares que hab¨ªan muerto sin motivo aparente y midieron altas concentraciones de sustancias que conten¨ªan cloro y bromo.
-Los cad¨¢veres de algunos cachalotes varados superaban los valores de sustancias nocivas admitidos para lodos residuales.
-Los beb¨¦s esquimales absorben junto con la leche materna hasta 20 veces m¨¢s BPC al d¨ªa de lo que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) considera tolerable. Los investigadores han encontrado pruebas de que los ni?os afectados son de menor estatura, se desarrollan mentalmente con mayor lentitud y enferman m¨¢s a menudo.
Los habitantes de la isla Broughton en Canad¨¢ tienen una triste fama: sufren una sobrecarga tal de sustancias nocivas que s¨®lo les superan las v¨ªctimas de grandes cat¨¢strofes qu¨ªmicas. Los dem¨¢s esquimales les llaman gente BPC y nadie se quiere casar con ellos.
"La gente m¨¢s contaminada del planeta", dice el especialista qu¨ªmico de Greenpeace Manfred Krauter, "es precisamente la que apenas recibe beneficios de la civilizaci¨®n".
Por qu¨¦ se acumulan las sustancias nocivas precisamente en el norte, donde nadie utiliza pesticidas agr¨ªcolas, ni se queman vertederos, es algo que los investigadores han llegado a comprender hace s¨®lo pocos a?os: la tierra funciona como un alambique gigante; los venenos liberados se evaporan en los pa¨ªses industriales y se desplazan hacia regiones m¨¢s fr¨ªas donde se condensan. Otras sustancias m¨¢s pesadas se precipitan sobre la superficie y, cuando las temperaturas suben, se convierten en vapor y se desplazan hacia el norte. Este fen¨®meno se llama efecto saltamontes.
Al final, todos estos productos qu¨ªmicos se depositan sobre los hielos perpetuos, o sea justamente donde apenas hay bacterias y poca radiaci¨®n solar para descomponerlos. "Aunque ha disminuido la producci¨®n de muchas sustancias venenosas, su concentraci¨®n en el medio ambiente ¨¢rtico sigue aumentando", advierte el bi¨®logo Shannon Bard del Instituto Oceanogr¨¢fico de Woods Hole.
Pero tambi¨¦n ser¨ªa falsa la conclusi¨®n opuesta de que el medio ambiente m¨¢s hacia el sur est¨¢ envidiablemente limpio: es cierto que la carga de sustancias cl¨¢sicas como el DDT y los BPC descienden en Europa Central; pero hace mucho que se difunden por todas partes venenos de la siguiente generaci¨®n: protectores bromados antiincendios para ordenadores y asientos de coches, flexibilizantes para el pl¨¢stico de los juguetes, olores sint¨¦ticos para detergentes y cosm¨¦ticos.
Los defensores del medio ambiente se encuentran de nuevo frente a la tarea herc¨²lea de cortar las cabezas de la hidra que vuelven a crecer constantemente. Con demasiada frecuencia, la industria qu¨ªmica se ha limitado a sustituir una sustancia problem¨¢tica por otra: por ejemplo, el BPC de las masillas impermeabilizantes por la parafina clorada, que produce c¨¢ncer.
Por eso la pol¨ªtica medioambiental avanza poco a poco en una nueva direcci¨®n. En lugar de esperar hasta que se demuestre que un producto qu¨ªmico es peligroso y entonces prohibirlo, en el futuro deber¨¢n desterrarse series completas de sustancias con determinadas propiedades qu¨ªmicas y sustituirlas a ser posible por sustancias m¨¢s inocuas.
?sta es por lo menos la meta a largo plazo de un futuro congreso de Naciones Unidas sobre los llamados contaminantes org¨¢nicos persistentes, m¨¢s conocidos por sus siglas en ingl¨¦s, POP. Entre estas sustancias se encuentran pr¨¢cticamente todos los venenos del medio ambiente que han hecho furor en los medios de comunicaci¨®n, desde el DDT hasta la dioxina. En general, se considera POP todo lo que al medio ambiente le cuesta descomponer, se acumula en los cuerpos y se difunde a trav¨¦s de distancias enormes.
Durante este mes, representantes de m¨¢s de cien pa¨ªses se reunir¨¢n para una tercera ronda de negociaciones en torno al congreso POP. Los especialistas siguen aquilatando la definici¨®n de las sustancias que deber¨¢n contemplarse en la normativa; el acuerdo no estar¨¢ listo para la firma antes del a?o 2001. Pero la organizaci¨®n para el medio ambiente de Naciones Unidas (UNEP), trata de prohibir de manera inmediata al menos 12 notorios productos qu¨ªmicos asesinos.
Entre los Doce del Pat¨ªbulo se encuentran casi exclusivamente sustancias prohibidas desde hace mucho tiempo en los pa¨ªses industrializados. Pero a los pa¨ªses en desarrollo les cuesta mucho renunciar a venenos insecticidas como el DDT que, por ejemplo en India, se sigue utilizando ampliamente para combatir al mosquito de la malaria.
? Der Spiegel
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