"?Efectos especiales yo? No, gracias, yo soy actor"
A las nueve de la ma?ana, Michael Caine est¨¢ de buen humor. Sentado en la terraza espl¨¦ndida del hotel del Lido donde Luchino Visconti rodara Muerte en Venecia, el actor habla y habla con ese acento cockney que le hizo famoso en Alfie de 1966.
Un acento bien distinto al del doctor Wilbur Larch, el personaje que interpreta en la pel¨ªcula que le ha tra¨ªdo a la Mostra, The cider house rules (Las reglas de la casa de la sidra), seleccionada entre las 18 que aspiran a conquistar el Le¨®n de Oro. "Estudiar el acento americano del personaje me ha llevado meses", dice el actor brit¨¢nico, de 66 a?os, "pero estoy satisfecho, el papel me gustaba".
Entre otras razones, "porque es el ¨²nico tipo de cine que puedo hacer. A mis a?os no puedo dedicarme a perseguir monstruos, como requieren las grandes producciones de Hollywood. Adem¨¢s, esas pel¨ªculas llenas de efectos especiales no necesitan actores".
Caine viste chaqueta y pantalones negros sobre una camisa gris sin corbata. El escaso pelo le blanquea ya, pero se mantiene delgado y con un aspecto excelente. Desde pasar una larga temporada en Miami, donde abri¨® uno de los seis restaurantes que posee, el actor, nacido en una barriada pobre del sur de Londres, ha regresado a su pa¨ªs. "Volv¨ª hace seis a?os, pero nadie se ha enterado: los periodistas me siguen preguntando por qu¨¦ vivo en Miami", dice.
Director de orfelinato
En The cider house rules, dirigida por el sueco Lasse Hallstr?m (director, entre otras, de Mi vida como un perro y What's eating Gilbert Grape?), Caine es el director de un orfelinato en Massachusets, en los dif¨ªciles a?os cuarenta, que intenta resolver los problemas cotidianos aplicando sus propias reglas morales, con independencia de que sean legales o no. Larch practica abortos, por ejemplo, a las mujeres que llegan desesperadas al orfelinato en busca de ayuda. ?Qu¨¦ opina Caine de esta actividad de su personaje? "Me parece que el doctor Larch tiene una posici¨®n muy correcta. En aquellos a?os, tanto en Estados Unidos como en mi pa¨ªs, el aborto estaba prohibido, y yo recuerdo bien haber o¨ªdo montones de casos de chicas que mor¨ªan en abortos clandestinos. As¨ª que conozco bien aquella etapa. Adem¨¢s, lo mejor de la posici¨®n del doctor es esa frase que dice en un determinado momento: 'Yo no aconsejo a nadie, ni siquiera hago sugerencias o digo a nadie lo que tendr¨ªa que hacer. Me limito a hacer lo que me piden".
Caine reconoce que lo que m¨¢s le interesa del personaje es su relaci¨®n con los ni?os del orfelinato y con el mayor de ellos, Homer, que interpreta Tobey Maguire. "Me he sentido muy cerca de la historia, por el periodo que retrata y por los personajes. Yo tambi¨¦n tuve que vivir una etapa alejado de mi familia durante la guerra. Cuando ten¨ªa 12 a?os fui evacuado con miles de ni?os al campo, a Norfolk. As¨ª que les comprendo muy bien, s¨¦ muy bien lo que es depender de adultos desconocidos. A nosotros nos trataban peor que a los de la pel¨ªcula. Tampoco quiero decir que fuera un drama. El caso es que tengo un sentimiento general de comprensi¨®n por lo que pueden sentir los ni?os".
En The cider house rules, Caine est¨¢ acompa?ado por varios actores j¨®venes, como la bella Charlize Theron y ¨¦l protagonista, Tobey Maguire. ?C¨®mo ve a esta nueva generaci¨®n de actores un veterano como ¨¦l? "Los encuentro fant¨¢sticos a todos. Chicos como Ewan McGregor, por ejemplo, o el hermano de River Phoenix, con el que he trabajado. Lo que me impacta m¨¢s es la entrega al trabajo que tienen, la dedicaci¨®n enorme. Hay que ver lo torturados que est¨¢n por el miedo a no ser lo bastante intensos en sus interpretaciones. La comparaci¨®n con mi generaci¨®n es llamativa, nosotros ¨¦ramos bastante vagos, la verdad. Por Dios, estos actores son tremendos, ser¨ªsimos, muy profesionales y entregados. Ahora bien, no hay ninguno alto. En mi ¨¦poca ¨¦ramos todos actores altos. Ni Maguire, ni McGregor, casi ninguno son muy altos. No s¨¦ a qu¨¦ atribuirlo, pero estamos ante una generaci¨®n de grandes actores bajitos. Son guapos, pero bajitos. Hay alguna excepci¨®n, como Liam Neeson".
En cuanto a las razones del tormento que les oprime, Caine tiene su propia teor¨ªa. "Yo creo que est¨¢n tan torturados porque tienen enormes ambiciones. Las nuevas generaciones de actrices son m¨¢s altas y no las veo tan torturadas como a ellos.
Probablemente se debe a que para los actores el triunfo es primordial. Si eres una actriz y no triunfas, siempre puedes casarte con un rico o con un m¨¦dico. Los m¨¦dicos son perfectos, porque siempre te escuchan y no hablan de s¨ª mismos, cosa estupenda para la gente del teatro. Ya s¨¦ qu¨¦ hay una mayor igualdad entre los sexos, pero creo que todav¨ªa se ven las cosas as¨ª de forma subconsciente. Si dijera esto en Am¨¦rica ser¨ªa escandaloso, terriblemente incorrecto".
Am¨¦rica, sin embargo, marca las reglas en la industria cinematogr¨¢fica de hoy, tan diferente a la que ha conocido un actor como Caine, con m¨¢s de 70 pel¨ªculas a las espaldas y un Oscar al mejor actor secundario por su papel en Hannah y sus hermanas. "El cine est¨¢ cambiando siempre. Lo ¨²nico que ha representado una transformaci¨®n total es la inclusi¨®n masiva de los efectos especiales en las pel¨ªculas, que cuestan cientos de millones de d¨®lares. Yo no pinto nada en este tipo de producciones. Yo soy un actor. No me puedo pasar tres semanas pegado a una pantalla gris. Adem¨¢s, soy demasiado viejo para andar corriendo detr¨¢s de monstruos; en estas pel¨ªculas colosales no hay sitio para los actores, no se necesitan actores".
Caine no es pesimista del todo ante esta situaci¨®n. "No, porque este tipo de cine ha producido una reacci¨®n contraria y en estos momentos hay un mercado considerable para las pel¨ªculas de actores, de personajes de carne y hueso. No hay m¨¢s que ver el ejemplo de Full Monty, una pel¨ªcula que quiz¨¢ sea uno de los mayores ¨¦xitos de taquilla de todos los tiempos, y que ha costado poco. He le¨ªdo que los productores de Hollywood est¨¢n preocupados porque ellos se gastan 150 millones de d¨®lares en pel¨ªculas que recaudan 150 millones de d¨®lares, y Full Monty ha costado dos millones de d¨®lares y ha recaudado lo mismo. O sea, que les ha dejado en rid¨ªculo".
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