Cables abandonados en el fondo del oc¨¦ano permiten crear una red de sensores s¨ªsmicos
Los cient¨ªficos han empezado a montar una red submarina de observatorios geol¨®gicos utilizando los miles de kil¨®metros de cables de telefon¨ªa abandonados en el fondo del oc¨¦ano. Los viejos cables servir¨¢n para conectar las estaciones terrestres y los sensores, algunos ya en funcionamiento, situados en el fondo del mar. Ge¨®logos y otros especialistas han empezado a recoger informaci¨®n sobre terremotos, explosiones nucleares subterr¨¢neas, cambios en la estructura interna de la Tierra y su campo magn¨¦tico, fluctuaciones en la ionosfera e incluso migraciones de ballenas.
Aunque sism¨®metros y otros sensores geof¨ªsicos operan desde hace tiempo en la mayor¨ªa de las ¨¢reas terrestres, hay vac¨ªos muy importantes en la cobertura s¨ªsmica global en las profundidades marinas, y los oc¨¦anos cubren la mayor parte de la superficie del planeta. Esto est¨¢ empezando a cambiar gracias, en parte, al r¨¢pido avance de la tecnolog¨ªa, que ha convertido en obsoletos los viejos cables telef¨®nicos submarinos. "Docenas de dichos cables son todav¨ªa utilizables", afirma Rhett Butler, director de una red de recogida de datos en Washington denominada Research Institutions for Seismology (IRIS). "Estos cables fueron hechos para durar", comenta, "y algunos de ellos todav¨ªa funcionan perfectamente".
Una de esas l¨ªneas es un cable coaxial (similar al cable que lleva los programas de televisi¨®n a los hogares) que fue tendido a lo largo del fondo del Pac¨ªfico por la compa?¨ªa AT&T en 1964 desde San Luis Obispo, en California, hasta Makaha, en Hawai, una distancia de casi 4.200 kil¨®metros. En aquel tiempo era una de las l¨ªneas m¨¢s avanzadas del mundo. El cable, llamado Hawaii-2, soportaba hasta 138 conversaciones simult¨¢neas.
Pero en 1989 un buque pesquero que faenaba en aguas poco profundas cerca de la costa californiana cort¨® accidentalmente el cable, valorado en 30 millones de d¨®lares. La compa?¨ªa telef¨®nica decidi¨® abandonarlo. Por entonces se usaban ya los cables de fibra ¨®ptica, que pod¨ªan transportar hasta medio mill¨®n de conversaciones telef¨®nicas con una calidad de sonido muy mejorada. AT&T anunci¨® que el cable abandonado estar¨ªa disponible para los cient¨ªfcos que encontrasen alguna utilidad para ¨¦l.
"Llev¨® varios a?os a los cient¨ªficos considerarlo", dice Alan Chave, investigador del Instituto Oceanogr¨¢fico Woods Hole, en Massachusetts. "Pero el a?o pasado todo cuadr¨® y mostramos que era posible hacer una vigilancia s¨ªsmica constante en las profundidades marinas utilizando los viejos cables".
El primer observatorio submarino profundo del mundo capaz de funcionar prolongadamente comenz¨® a operar en septiembre del a?o pasado, pero sus sism¨®metros fallaron a los dos meses debido a un cortocircuito. Chave y sus colegas planean recuperarlo y repararlo. Actualizado y completado, el observatorio, llamado H2O (Hawaii-2 Observatory) volver¨¢ a funcionar, entre California y Hawai, a una profundidad de 6.500 metros.
Una caracter¨ªstica del observatorio autom¨¢tico del fondo del mar es una caja de enlaces equipada con conectores que permite a los cient¨ªficos enchufar m¨¢s sensores submarinos en la l¨ªnea. Entre los instrumentos suplementarios que planean instalar est¨¢ un hidr¨®fono capaz de o¨ªr los gritos de las ballenas y seguir sus migraciones.
Coste reducido
El coste del H2O, financiado por la National Science Foundation, es de aproximadamente 2,5 millones de d¨®lares (unos 380 millones de pesetas). Los cient¨ªficos estiman que si el proyecto hubiera tenido que tender su propio cable, el coste habr¨ªa subido hasta unos 120 millones de d¨®lares (algo m¨¢s de 18.000 millones de pesetas). Toto el mundo puede utilizar los datos generados en la red, afirma Chave. Otros grupos, incluido uno japon¨¦s, est¨¢n tambi¨¦n utilizando viejos cables telef¨®nicos. "Cuantas m¨¢s se?ales s¨ªsmicas puedas recoger de sensores repartidos por todo el mundo, mejor imagen tomogr¨¢fica obtienes de la estructura interna profunda de la Tierra", comenta Chave.
En colaboraci¨®n con un investigador de los laboratorios Bell, Chave est¨¢ tambi¨¦n utilizando 10 cables abandonados, todos con un extremo en alg¨²n lugar costero, como sensores pasivos para medir las corrientes oce¨¢nicas profundas y los cambios en la ionosfera.
Hace tres a?os, la Marina de EE UU anunci¨® que abandonaba algunos sensores hidr¨®fonos que hab¨ªa utilizado para vigilar submarinos y barcos potencialmente hostiles. Algunos de esos sensores, sus cables y sus dispositivos electr¨®nicos se han puesto a disposici¨®n de la investigaci¨®n civil. "Todo esto est¨¢ realmente expandiendo el alcance de la geof¨ªsica", dice Chave.
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