Izquierda nueva

LUIS GARC?A MONTERO ?Qui¨¦n debe ser el candidato de Izquierda Unida a la presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa? La decisi¨®n, que es una responsabilidad de sus militantes, est¨¢ vinculada de modo inevitable al sentido de futuro que se le quiera dar a la coalici¨®n y a la profundidad con la que vayan a plantearse las causas de su desgaste electoral. Despu¨¦s de unos malos resultados, Izquierda Unida corre el peligro de intentar renovarse utilizando los argumentos de sus adversarios, en vez de buscar soluciones en su propia l¨®gica, en su propia necesidad de alternativa pol¨ªtica. No creo que baste con tomarse en serio las cr¨ªticas ajenas, que como es normal responden siempre a otros intereses. Conviene tambi¨¦n ser capaces de provocar un ejercicio de autocr¨ªtica, una indagaci¨®n en las razones internas para el cambio de postura. Si Izquierda Unida se limita a acercarse al PSOE, por miedo a la sombra de la pinza, si acepta sus l¨ªneas de comportamiento en los asuntos nacionales e internacionales, es previsible que muchos votantes vayan directamente al grano y le den sin rodeos su apoyo electoral a los socialistas. Aunque asuma la oportunidad de la colaboraci¨®n, Izquierda Unida debe meditar el modo en que llegar¨¢ a los pactos, su propio modo. ?Resulta l¨®gico que Julio Anguita no haya dimitido despu¨¦s de la ¨²ltima cat¨¢strofe electoral? ?Es convincente que Antonio Romero, uno de los representantes m¨¢s claros de los antiguos planteamientos, lidere tambi¨¦n la pretendida renovaci¨®n y sea el candidato a la presidencia de la Junta? Yo no comparto el sentido de las cr¨ªticas que reciben normalmente Julio Anguita y Antonio Romero. Sus opiniones sobre el GAL, sobre el car¨¢cter imperialista y b¨¢rbaro de la OTAN, sobre la descarada tendencia neoliberal del socialismo europeo, no me parecen el resultado de ninguna pinza, el fruto de sus voces dogm¨¢ticas, iluminadas, sino la postura razonable de una izquierda actual, posible, democr¨¢tica y preocupada por la desigualdad. Sin embargo, creo que Julio Anguita deber¨ªa haber dimitido despu¨¦s de las elecciones y que Antonio Romero no es el candidato id¨®neo para la pr¨®xima convocatoria andaluza. La permanencia en los cargos, m¨¢s all¨¢ incluso de los resultados desastrosos, va en contra del esp¨ªritu alternativo que Izquierda Unida est¨¢ obligada a defender. Izquierda Unida naci¨® como un movimiento pol¨ªtico social, frente a la idea burocr¨¢tica de los partidos tradicionales y de los cargos p¨²blicos. La necesidad de formular una nueva pol¨ªtica pasa inevitablemente por una nueva concepci¨®n de la figura del pol¨ªtico. Y es ah¨ª donde ha fracasado Izquierda Unida, repitiendo el mismo modelo de los dem¨¢s partidos. M¨¢s que debates ideol¨®gicos, nuestra izquierda posible ha provocado luchas internas por el poder, defensas personales de un puesto de trabajo. La preocupaci¨®n inicial por el estatuto del cargo p¨²blico, con limitaciones en el tiempo y en el espacio organizativo, pas¨® al desv¨¢n de los buenos prop¨®sitos. La imposibilidad de crear un nuevo modelo de organizaci¨®n le ha restado a Izquierda Unida buena parte de su fuerza original, de su di¨¢logo con los ciudadanos. La desprofesionalizaci¨®n de la pol¨ªtica est¨¢ en la ra¨ªz de sus futuras alternativas.