El d¨ªa en que Maragall y Rib¨® se pusieron de acuerdo M. V?ZQUEZ MONTALB?N
El d¨ªa en que Pasqual Maragall y Rafael Rib¨® se pusieron de acuerdo y presentaron el proyecto electoral de ir juntos en Tarragona, Girona y Lleida y por separado en Barcelona, aguard¨¦ con curiosidad c¨®mo reflejaba la noticia TV-3 en el telediario de la noche. Antes de llegar a la informaci¨®n y tratamiento audiovisual del hecho pol¨ªtico m¨¢s importante del d¨ªa, el canal p¨²blico de todos los catalanes merode¨® en torno a informaciones menores, hizo aparecer a Jordi Pujol subiendo a, o bajando de, alguna parte y finalmente ah¨ª qued¨® de cuerpo presente el cad¨¢ver de la noticia devaluada. Durante toda su existencia, TV-3 ha sido el No-Do del honorable y ser¨¢ justo hablar de ¨¦l alg¨²n d¨ªa como el Gal¨¢n de TV-3, donde s¨®lo Mari Pau Huguet le supera en persistencia y excelencia corp¨®rea y simb¨®lica. No digo que los informativos de TV-3 sean malos, porque no lo son, pero les sobra ese culto a Pujol que no s¨¦ de d¨®nde sale, porque no lo ha votado el Parlament ni ha sido fruto de un acuerdo entre notables de medios de comunicaci¨®n. Es l¨®gico que el honorable aparezca m¨¢s porque es el presidente, y como consecuencia lo preside casi todo; adem¨¢s, no es un presidente est¨¢tico, sino molt belluguet y cuando no est¨¢ examinando de cerca los efectos de la plaga del sarpullido del cerezo est¨¢ subiendo una monta?a sagrada o presagrada, o se baja de un helic¨®ptero a pegarle una bronca a ciudadan¨ªa incorrecta, o se va al peaje de la autopista a comprobar si los controladores aplican las rebajas. Lo ¨²nico que no ha hecho el presidente ante las c¨¢maras de TV-3 es subirse a un castell humano, y supongo que no lo ha hecho para que no se molesten los castellers excluidos, a la vista de lo reticentes que est¨¢n los seguidores del Espanyol por la decantaci¨®n barcelonista de Jordi Pujol. Pero vuelvo al d¨ªa en que Maragall y Rib¨® se pusieron de acuerdo y me planteo desde qu¨¦ c¨®digo informativo -es decir, no reclamo un c¨®digo ¨¦tico, sino de rigor informativo- se escogi¨® en TV-3 que era un acontecimiento para relegar y que adem¨¢s deb¨ªa contar con la sombra de una aparici¨®n de Pujol en plan de marcador de las figuras del d¨ªa, como aquel famoso Flotats que anul¨® a Di Stefano en Les Corts. Es posible incluso que ni siquiera fuera un orden informativo expresamente escogido, sino fruto de lo habitual, del criterio aplicado desde siempre: Pujol, y si queda algo, para los dem¨¢s. Tambi¨¦n resultar¨ªa interesante un an¨¢lisis de las apariciones de los dem¨¢s y deducir hasta qu¨¦ punto esa otredad es la que mejor o peor le va a la hegemon¨ªa pujolista. Presumo que de aqu¨ª a las elecciones del 17 va a haber una batalla televisiva seria y que a la junta electoral le aguardan memoriales de agravios. Si el 17 de octubre gana Converg¨¨ncia i Uni¨®, todo seguir¨¢ igual y uno de los placeres gratuitos a nuestro alcance ser¨¢ contemplar c¨®mo Pujol envejece dignamente en su papel de Gal¨¢n de TV-3. Pero si ganaran Maragall y Rib¨®, deber¨ªamos exigirles desde ahora un juramento de Santa Gadea, un seguimiento democr¨¢tico futuro del uso que el nuevo poder har¨ªa de la cadena auton¨®mica, a partir de la casu¨ªstica que ha llevado al honorable Pujol a convertirse en una presencia obsesiva. Desde la campa?a pro OTAN de Televisi¨®n Espa?ola bajo Gobierno socialista, tenemos el derecho y el deber de ser suspicaces ante el uso y el abuso del poder de los medios informativos p¨²blicos. Recuerden aquella memorable sesi¨®n en la que en una rueda de entrevistadores ante los diferentes l¨ªderes espa?oles, a Gerardo Iglesias, secretario general del PCE y antiatlantista, lo machacaron y a Felipe Gonz¨¢lez le pusieron el felpudo. Por eso, cuando se abra la caja de Pandora de los programas de Maragall y de Iniciativa per Catalunya ser¨ªa de agradecer que nos dijeran qu¨¦ piensan hacer para que TV-3 no est¨¦ en perpetuo estado de excepci¨®n electoralista. Hay que huir de la tentaci¨®n de controlar el ¨²nico medio cultural importante que ha creado la Generalitat nacionalista, caracterizada por reducir su oferta cultural a vampirizar la televisi¨®n y la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica a medias; es decir, el instrumento de inculcaci¨®n y el exclusivo factor diferencial que el nacionalpujolismo ha sido capaz de detectar. A veces tengo la impresi¨®n de que la relaci¨®n entre la idea nacional pujolista y su traducci¨®n simb¨®lica se ha reducido al momento en el que, al comienzo de la transmisi¨®n de Dallas en catal¨¢n, JR se despierta y exclama: mare! y a las repetidas apariciones del honorable ante las c¨¢maras para entrevistas m¨¢s may¨¦uticas todav¨ªa que las que le hacen a Jos¨¦ Luis N¨²?ez y menos trascendentales que las entrevistas may¨¦uticas que sus disc¨ªpulos le hac¨ªan a S¨®crates.
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