Scorsese vuelve a sus ra¨ªces con una obra sobre el neorrealismo
Venecia estrena 'Il dolce cinema', un documental homenaje al cine italiano
Il dolce cinema (El dulce cine), el documental del director norteamericano Martin Scorsese sobre el cine italiano, cerr¨® ayer con broche de oro esta edici¨®n de la Mostra. La obra, sobre todo, rinde tributo a los grandes del neorrealismo: Rosellini, De Sica, Visconti.
El propio Scorsese acudi¨® ayer al Lido para apoyar con su presencia la pel¨ªcula en la rueda de prensa de presentaci¨®n de Il dolce cinema, un documental todav¨ªa incompleto que constituye en cualquier caso un homenaje sin precedentes al cine del pa¨ªs anfitri¨®n de la Mostra: Italia. El filme, del que es productor ejecutivo uno de los italianos m¨¢s internacionales, el modista Giorgio Armani, pretende explicar a la audiencia americana, como aclar¨® Scorsese a los periodistas, "esta joya del arte cinematogr¨¢fico que es el cine italiano de la posguerra". El documental, aunque narrado en ingl¨¦s, conserva los fragmentos de pel¨ªculas en su versi¨®n original, por lo que, para una mejor comprensi¨®n del p¨²blico estadounidense, Scorsese hizo un llamamiento para que las autoridades italianas se hagan cargo de la situaci¨®n y traduzcan este valioso material.
En la primera hora y media del documental, el director de Taxi Driver recuerda la conmoci¨®n que le produjo la muerte de Aldo Fabrizi en Roma citt¨¤ aperta (Roma, ciudad abierta) y la impactante interpretaci¨®n de Anna Magnani en esta pel¨ªcula de Roberto Rossellini. "Son im¨¢genes que me causaron una emoci¨®n profund¨ªsima, en cierto modo era como si estuvieran ocurriendo mientras se desarrollaba el filme", explica Scorsese en su papel de narrador de Il dolce cinema.
De Pais¨¤, la otra gran pel¨ªcula de Rossellini realizada tambi¨¦n inmediatamente despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial, que con Alemania, hora cero, de 1947, cerrar¨¢ la trilog¨ªa del gran cineasta sobre la guerra, Scorsese recuerda sobre todo el episodio padano.
Y la emoci¨®n se mantiene durante toda la pel¨ªcula, en la que el genio de Rossellini brill¨® con tanta firmeza que, seg¨²n comentaron sus ayudantes, "parec¨ªa estar dirigiendo el desarrollo de la realidad". Tambi¨¦n de El ladr¨®n de bicicletas, de De Sica, Scorsese muestra una secuencia clave, la que m¨¢s le impresion¨®, la del robo fallido de la bicicleta. Esta primera parte del documental, -que una vez terminado pretende recoger la producci¨®n fundamental del cine italiano entre 1945 y 1974- se detiene en el trabajo de Federico Fellini y Michelangelo Antonioni, en 1960.
Scorsese justifica su inter¨¦s por ensamblar todas estas piezas del viejo cine, empresa que es el fin ¨²ltimo de Il dolce cinema, mencionando su deseo ¨ªntimo de no perder las propias ra¨ªces culturales italianas y de dejar constancia de la importancia de este cine, del que no han o¨ªdo siquiera hablar las j¨®venes generaciones de americanos.
Haciendo las veces de narrador, Scorsese recuerda en el documental que su primera impresi¨®n del cine italiano la tuvo a trav¨¦s de Pais¨¤, pel¨ªcula que vio en el televisor de su casa en una versi¨®n espantosamente oscura, cuando ten¨ªa tan s¨®lo seis a?os de edad.
La primera que sigui¨® adecuadamente sentado en una sala de proyecci¨®n fue un filme italiano, Stromboli, a?os despu¨¦s. En ambos casos se sinti¨® transportado a un mundo de emociones fuertes que no hab¨ªa conocido, dice, en ninguno de los filmes de Hollywood. ?Qu¨¦ decir de los planos oscuros de Roma, citt¨¤ aperta? "Eran im¨¢genes fuertes, inmediatas, reales, que cambiaron el cine para siempre y le hicieron descubrir otro mundo, otra forma de hacer pel¨ªculas distinta de la que se usaba en aquella ¨¦poca" al otro lado del Atl¨¢ntico.
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